Me gusto a mí mismo: no necesito gustar a todos

Me gusto a mí mismo: no necesito gustar a todos

Crecer significa, entre otras cosas, darse cuenta de que no es necesario complacer a todos para ser feliz. Solo ámate y respétate a ti mismo. Reflexionemos sobre esto en este artículo.

Me gusto a mí mismo: no necesito gustar a todos

Última actualización: 26 de enero de 2022

Mi forma de ser es auténtica y no necesito pretender complacer a todo el mundo. Llevo tiempo practicando el valor de la dignidad personal, no soy esclava de nadie y no necesito la aprobación de los demás para ser feliz. Me gusto y eso es suficiente.



Es fundamental llegar a la mencionada conclusión lo antes posible en su ciclo de vida. Es una idea que todo adolescente debe adoptar y que todo individuo debe poner en práctica para lograr un adecuado equilibrio interior y bienestar emocional.

No soy lo que esperas, acéptame por lo que me define, por mi forma de ser, por mi manera de hacerte feliz: construimos un mundo en el que ni tú ni yo nos empujamos a dejar de ser “yo” y “tú” .

Sabemos que no siempre es fácil hacer esto. Tenemos la sensación de que si no le gustamos a todo el mundo, no seremos aceptados.. La vida, sin embargo, no se construye con la necesidad de ser amado: basta con saber respetarse.

Sentimos la necesidad de ser apreciados por la familia del compañero, de llevarnos bien con sus amigos y de adaptarnos a sus compañeros. Cada uno de nosotros debe tener en cuenta que es imposible complacer a todos. Cada persona es única, todos tenemos nuestra forma de ser, de ver el mundo, de vivir la vida.

Si no te gusto, al menos acéptame, respétame. Lo más probable es que haya un aspecto, o más, de mí que nos una, lo más probable es que a pesar de nuestras diferencias, podamos enriquecernos mutuamente.



Y si no, no pasará nada. Lo esencial es aceptarnos a nosotros mismos.: el amor propio es una relación que debería durar toda la vida.

Soy yo, me gusto y me acepto en mi forma de ser: soy un regalo

Somos un regalo para nosotros mismos y nadie puede decirnos lo contrario. Solo nosotros sabemos lo que hemos vivido, los obstáculos superados; nuestra forma de ser es la ventana que nos permite ver el mundo con toda su intensidad, en libertad e integridad.

Soy como soy, no pretendo ser una versión de nadie ni un títere guiado por hilos ajenos: tengo voz, corazón y sé lo que merezco en esta vida para ser feliz.

Nuestra forma de ser no se define únicamente por rasgos como la extroversión, la timidez o la introversión. Es una amalgama de matices en la que se inscriben experiencias vitales, pensamientos y aprendizajes. Son fracasos y heridas, pero también son triunfos y caminos de felicidad.

La adversidad enseña y los éxitos guían, cada experiencia construye nuestra forma de ser; integra también los estilos educativos, los valores que asumimos o a los que renunciamos, y la esencia de cada persona que pasa por nuestra vida.

  • Nuestra forma de ser es la energía que empuja y que debe poner barreras a lo que no queremos en la vida, a lo que no nos define.
  • Las personas que intentan encajar con todos necesitan aprobación ante todo. Ahí es cuando se sienten completos, pero si solo buscamos aprobación en el día a día, dejaremos de ser nosotros mismos.
  • El psicólogo y escritor Wayne Dyer solía decir que es probable que el 50 % de las personas con las que nos encontramos todos los días estén en contra de nuestros puntos de vista. Si nos encontramos con alguien a quien no le gusta lo que decimos o lo que hacemos, no tenemos que preocuparnos, otro 50% nos apoyará.
  • Desde niños se nos educa en la necesidad de complacer a todos: sonríe, da la mano, esto no se puede hacer... Pasamos buena parte de nuestra vida “buscando aprobación”, hasta que un día, de repente, nos damos cuenta de que hacer felices a todos es imposible.

Tratar de complacer a todos te hará sentir miserable

El budismo ha estado diciendo esto desde la antigüedad: si persistimos en complacer a todos, sólo encontraremos sufrimiento e infelicidad.



No vale la pena, no es necesario amar a los de corazón egoísta, a los que no reconocen, a los que carecen de nobleza y a los que simplemente no se adaptan a su forma de entender el mundo.

Soy parte de todo lo que he encontrado en mi camino, mi forma de ser es mi esencia y mi identidad. Me tomó mucho tiempo llegar a donde estoy y no puedo darme el lujo de fingir ser quien soy no solo para hacer felices a los demás.

Si lo pensamos bien, nada podría causar más estrés y dolor emocional que tratar de complacer a todos. Sin embargo, también sabemos que el "disgusto" puede causar más que críticas y reproches.

  • Tienes que entender eso Las críticas están más relacionadas con quienes las dirigen que con quienes las reciben.. No nos definen, muchas veces son un reflejo de la frustración de quienes te critican.
  • No es saludable vivir dependiendo de las opiniones de los demás., ni bajo el yugo de encontrar aprobación: uno se hará esclavo del mundo en lugar de ser dueño de su corazón.

La vida es diversidad, y las personas tienen tantos matices que vale la pena ser únicos, auténticos y mantener siempre la dignidad adecuada. Ámate por lo que eres, ámate por lo que eres.


Imágenes cortesía de Jo Parry y Pascal Campion

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