El síndrome del niño invisible: carencias afectivas

El síndrome del niño invisible: carencias afectivas

El síndrome del niño invisible es una condición que se desarrolla cuando el niño no recibe atención, especialmente emocional, por parte de los padres.

El síndrome del niño invisible: carencias afectivas

Última actualización: 12 2021 noviembre

El Síndrome del Niño Invisible es una condición que se desarrolla cuando el niño no recibe atención, especialmente emocional, de los padres. El resultado es una intensa sensación de abandono, como si no existiera o fuera invisible.


Por regla general, los niños con este síndrome son de mal genio, distantes, retraídos y aislados. Asimismo, al no sentirse amados y valorados por sus padres, tienden a crear un universo fantástico para lidiar con la soledad.


Las carencias afectivas les llevan a aislarse del grupo. Incluso pueden sentirse como una "carga" para la familia. Peor aún, sienten un enorme sentimiento de culpa.

"Para qué entender el abandono, hay que ser abandonado".

-Laura Esquivel-

El curso del síndrome del niño invisible

Cuando el síndrome del bebé invisible ocurre durante los primeros años de vida, sí se manifiesta como un lágrimas desconsoladas y predisposición a la irascibilidad. También hay un marcado estado de ansiedad y angustia por la aparente negativa de los padres.

Asimismo, a medida que crece, el niño muestra una actitud rebelde y es se nota su actitud desafiante. Asimismo, es común la torpeza en los movimientos al realizar diversas actividades físicas. Esto también conduce a un retraso en el desarrollo psicológico y motor.

A pesar de esto, tiende a mostrar uno fantasía desbordante, distinguida por su nitidez. En comparación con el grupo, tiende a tener severas limitaciones de carácter social.


A menudo, sus compañeros se burlan de él, lo que reduce aún más su autoestima. Siguiendo esto, percibe el entorno como una realidad amenazante, lo que fortalece el sentimiento de culpa y lo lleva a experimentar constantes estados de tristeza.


Algunas consecuencias

Cuando no se presta suficiente atención a las necesidades del niño, especialmente en términos emocionales, puede surgir el síndrome del niño invisible.

Los efectos se manifestarán con mayor intensidad durante la adolescencia: se vuelve desconfiado, inseguro y fácilmente manipulable.

Tal imagen lo lleva a hacer todo lo posible para ser aceptado por el grupo; Además de esto, en la edad adulta es común buscar consuelo en las drogas o el alcohol.

Establecer relaciones sanas será muy difícil, por lo que se establecerán lazos frágiles que se romperán por cualquier motivo. En casos severos, la sensación de vacío será una constante, así como la frustración del fracaso.

Cómo lidiar con el síndrome del bebé invisible

La mejor manera de prevenir el síndrome del bebé invisible es brindar los cuidados que tu pequeño necesita desde el momento en que nace. Las manifestaciones de cariño, como besos, abrazos y caricias., son muy importantes.

Es fundamental jugar con él, animarlo a que se exprese sobre lo que le gusta y lo que le disgusta. Apóyalo cuando tenga miedo y valora sus éxitos.; todo esto fortalecerá su autoestima.


También es recomendable mantener abiertos los canales de comunicación con el niño y ayudarlo a expresar sus sentimientos, estados de ánimo y conflictos. Si esto no funciona, o los padres no saben cómo hacerlo, se debe consultar a un especialista.

Otros aspectos del abandono

No se debe perder de vista el hecho de que el síndrome del niño invisible subyace puede haber negligencia física y/o psicológica. En el primer caso, las consecuencias se pueden observar en la falta de cuidado personal, mala salud, desnutrición y falta de actividad física, entre otros casos.


En cuanto a la negligencia psicológica, las consecuencias pueden ser menos obvias, pero más graves. La ausencia de actividades sociales conduce necesariamente a diferentes niveles de alienación. La tristeza resulta en un estado de desilusión que fácilmente conduce a la depresión.

Así, la vida del niño se transforma en un espacio de incertidumbre, pero sobre todo de ira y dolor. Finalmente, es bueno aclarar que esta situación debe ser prevenida. Si ya está presente, habrá que tomar todas las medidas necesarias para superarlo.

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