Un estudio ha revelado cómo cuatro dimensiones de la personalidad evolucionan con el tiempo. Las conclusiones a las que se ha llegado permiten empezar a considerar la entrada en la mediana edad como una fase interesante de nuestro ciclo vital.
Última actualización: 24 marzo, 2022
El paso del tiempo deja una profunda huella en todos nosotros. El cumpleaños es un juego en el que nos sentimos perdedores, aunque en realidad somos ganadores. Un estudio reciente analizó las cuatro dimensiones de la personalidad y cómo evolucionan con la edad. Entre estos, la incomodidad y los sentimientos asociados a ella fueron los primeros en disminuir con la edad.
Las cuatro dimensiones de la personalidad estudiadas en esta investigación son la generatividad, el estancamiento, la integridad del yo y el desánimo. Estas cuatro dimensiones están tomadas de la teoría de la personalidad de Erik Erikson y se refieren a los extremos de dos de los 8 estados psicosociales propuestos por el estudioso. Estos dos estados psicosociales corresponden a las dos últimas etapas de la vida.
Cada etapa de la vida se caracteriza por una serie de conflictos que tenemos que afrontar para nuestro desarrollo personal. Entre los 40 y los 60 años, el conflicto se extiende entre el estancamiento y la generatividad. Mientras que la integridad del yo y la desesperación corresponden a la etapa vital a partir de los 60 años.
Veamos en qué consiste cada dimensión, por qué se caracteriza y qué conclusiones arroja este estudio, realizado por un equipo de psicólogos liderado por Nicky J. Newton y Elisabeth A. Wanderwater y publicado en el Journal of Research in Personality.
Generatividad vs estancamiento
La generatividad es la dimensión de la personalidad que se refiere al grado de participación activa en la construcción de un futuro saludable. Esta dimensión de la personalidad desarrolla la comprensión y la consideración de los demás, la capacidad de ver el corazón del problema más allá de las apariencias y ofrece consejos basados en la sabiduría adquirida con el tiempo.
Por el contrario, el estancamiento se refiere a la ausencia de crecimiento personal y el desarrollo de estas habilidades generativas. Se caracteriza por una baja tolerancia a la frustración, un manejo deficiente de la incertidumbre y problemas que requieren un análisis complejo.
Integridad del ego frente a la desesperación
En esta fase vital, la dimensión La integridad del ego se refiere a la resiliencia de las personas frente a la adversidad., o más bien a la resiliencia. Se caracteriza por sentimientos de satisfacción con la propia vida, punto de partida para que la persona muestre un buen autocontrol.
Por el contrario, la dimensión de la desesperación está ligada a la falta de integridad del ego. Se asocia a sentimientos de desesperación, se pierde el sentido de la vida y se genera una gran hostilidad hacia los demás y hacia situaciones que no comprendemos.
Investigación
El estudio se realizó en 166 mujeres de mediana edad, particularmente entre las edades de 43 y 72 años. Se desarrolló en cuatro etapas y tomó un total de 28 años, desde 1986 hasta 2014. La investigación consistió en registrar las cuatro dimensiones de la personalidad de las que venimos hablando a lo largo de estos 28 años.
Los datos muestran que el tamaño de la generatividad y la integridad aumentaron constantemente desde los 43 a los 70 años de edad. Por el contrario, el estancamiento alcanzó niveles más altos a medida que nos acercábamos a 60 y luego comenzó a declinar hacia 70.
Finalmente, la desesperación fue la primera dimensión en alcanzar su punto máximo a una edad temprana, a partir de los 50 años. Sin embargo, los sentimientos de desesperación disminuyeron drásticamente entre los 60 y los 70 años.
El abatimiento y los sentimientos que lo acompañan.
Los sentimientos de abatimiento y estancamiento parecen retroceder con el tiempo, mientras que el aspecto positivo parece destacarse cada vez más a medida que pasan los años. Durante la última fase de la vida de las mujeres involucradas en el estudio, de hecho, se redujeron los sentimientos de incomodidad, como consecuencia del aumento de la integridad del yo.
El estancamiento también disminuyó con el tiempo, mientras que la generatividad y la integridad permanecieron constantes o aumentaron con el tiempo. Parece que esta disminución del estancamiento también está asociada con la integridad del ego, lo que genera un nuevo sentimiento de crecimiento personal.
Desesperación y mediana edad: conclusiones
Estos resultados nos llenan de esperanza. Parece que una buena resolución de conflictos en etapas posteriores de la vida puede generar una reducción considerable del malestar y un aumento significativo de las dimensiones positivas de la personalidad. Quizá por eso debemos empezar a afrontar la mediana edad con ilusión, con una profunda conciencia, sin desesperarnos y con la máxima confianza.
