Validar las emociones de los demás.

Validar las emociones de los demás.

La validación emocional es un ejercicio que hace sentir bien a los demás, pero a pesar de su bajo costo y los beneficios que ofrece, no siempre lo hacemos. En muchos casos, porque no somos conscientes de ello.

Validar las emociones de los demás.

Última actualización: 21 de marzo de 2022

"Estás exagerando, no es tan grave", "¿Cómo reaccionas así de tonto?", "No llores más, tienes que ser fuerte" son algunas frases que dejaremos de decir después de entender porque es importante validar las emociones de los demás.



Es una valiosa herramienta para cuidar y fortalecer las relaciones sociales. Tal es el valor de esta estrategia que la Dra. Marsha Linehan, creadora de la Terapia Dialéctica Conductual (TDC), la llama "la aspirina de la TDC".

Se refiere a que representa una de las herramientas fundamentales para construir un buen vínculo cliente-terapeuta en cualquier proceso psicoterapéutico. Pero también en la vida cotidiana. saber validar las emociones de quienes nos rodean es una estrategia valiosa.

¿Qué es la validación emocional?

La validación emocional se trata de comunicar a otra persona que la estamos escuchando. Es aceptar la experiencia emocional que alguien siente en un momento dado y comunicarlo claramente a través de nuestras palabras o acciones. Significa hacer válidas sus reacciones y su punto de vista.

Hacer entender a la otra persona que aceptamos las emociones que siente y manifiesta, independientemente de que las compartamos o no.

En resumen, validar significa expresarle a otra persona que sus emociones tienen sentido., que son lógicamente relevantes, significativos o coherentes.

"La validación es la respuesta 'sí' a la pregunta ¿puede ser verdad?".

-Marsha Linehan-

La validación emocional es una poderosa herramienta que fortalece las relaciones.

Podemos hacer lo mismo con nosotros mismos. En este caso, hablaríamos de autovalidación emocional. Aceptar la validez de nuestras emociones nos ayuda a gestionarlas de forma más adaptativa. Por eso, reafirmamos que lo que sentimos es importante, agradable o desagradable.



Al contrario, invalidación emocional hacia uno mismo o hacia los demás significa minimizar o juzgar las emociones. Sorprendentemente, las respuestas incapacitantes pueden tener buenas intenciones, pero tienen consecuencias disfuncionales.

Con esto queremos decir que es común invalidar las emociones de alguien que amamos sin siquiera darnos cuenta. Por el contrario, nuestra intención es ofrecer apoyo.

Pongamos un ejemplo para entender mejor este punto: imaginemos que nuestra hija de cinco años olvida su coche de juguete favorito en un autobús. Él lo nota, rompe a llorar y se angustia.

Tratamos de ayudarla y le decimos: “No pasó nada, no hay necesidad de llorar, te puedo comprar otro juguete”. Al hacerlo, invalidamos la tristeza de los niños que se preguntarán “¿Pero cómo no pasó nada? ¿Está mal llorar? Estoy triste porque he perdido mi juguete”.

Cómo validar las emociones de los demás

Validar otras emociones puede ser una tarea más compleja de lo que pensamos. Afortunadamente, La terapia conductual dialéctica propone seis niveles de validación..

1. Presta atención

El nivel más básico de validación emocional se refiere escucha y observación atenta del hablante. No basta con mirar a la persona, es necesario interesarse por lo que tiene que decir, apoyar su mirada, hacerle saber que lo estamos escuchando.

Ponerse en su lugar y tomar su mano son estrategias útiles, porque transmiten la idea de que nos preocupamos por sus sentimientos.

2. Reflexiona

Es importante reflexionar detenidamente sobre la comprensión real de lo escuchado. Se trata de "devolver" a la persona lo que nos ha dicho mediante la repetición o la paráfrasis, como un espejo.


En este caso, hay que tener cuidado de no interpretar o añadir ideas o hipótesis personales, sino de extraer correctamente la idea central expresada por el interlocutor.


3. Nombra lo no dicho para validar las emociones de los demás

El tercer nivel de validación consiste en en articular lo que no ha sido explícitamente verbalizado por la otra persona, pero que anotamos en su discurso, asegurándonos de que es correcto.


Por ejemplo, si alguien nos dice “He estudiado mucho, pero no puedo aprobar el examen. De nada sirve estudiar”, podríamos responder “Entiendo que esta situación te frustre, ya que sientes que el esfuerzo no valió la pena, ¿verdad?”.

4. Comprende la reacción de la otra persona

Para validar las emociones de los demás, es fundamental comprender las causas de su reacción. Cada emoción parte de un contexto, una situación, una historia.

Este nivel de validación consiste en comprender que la otra persona tiene derecho a reaccionar de determinada manera. Por ejemplo: “Entiendo que desconfíes de la gente, considerando que tu ex te ha engañado”.

Validar las emociones de los demás significa empatizar con la otra persona y tener en cuenta su historia y experiencias.

5. Valida las emociones de los demás reconociéndolas

Reconocer la validación emocional significa comprender por qué el comportamiento de la otra persona tiene sentido en las circunstancias actuales. Es notar y comunicar que los sentimientos son respuestas válidas porque se adaptan al contexto actual.


Si nuestro hijo tiene miedo a las tormentas eléctricas, podríamos validar su miedo diciendo lo siguiente: “Entiendo que ahora mismo tengas miedo, porque llueve mucho y no te gusta”.

6. Reconocer la singularidad de los demás.

Demostrar igualdad es una de las grandes estrategias de validación emocional. Se trata de ponerse a la par con los demás y aceptar que todas las respuestas emocionales y las diferentes perspectivas son válidas.

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