Mirar fijamente a los ojos no es la mejor manera de convencer

    Mirar fijamente a los ojos no es la mejor manera de convencer

    En la fantasía popular, se ha establecido la idea de que mirar directamente a los ojos es una excelente estrategia para convencer a una persona. Ahora, sin embargo, una investigación realizada por las universidades de Harvard y Columbia cuestiona el hecho de que el contacto visual directo es la mejor manera de influir en alguien.

    De hecho, los investigadores argumentan que en algunos casos incluso podría tener el efecto contrario. Para llevar a cabo este estudio, los investigadores pidieron a los participantes que vieran un video en el que una persona discutía algunos temas políticos. A un grupo se le pidió que mirara al hablante directamente a los ojos, mientras que al otro grupo se le pidió que evitara el contacto visual y que se concentrara en los movimientos de la boca.



    Sorprendentemente, aquellos que hicieron contacto visual estaban menos convencidos por las razones del hablante. Y lo interesante fue que cuanto más largo era el contacto visual, menos convincentes eran los argumentos. Por lo tanto, estos hallazgos subrayan el hecho de que el contacto visual puede enviar diferentes tipos de mensajes, que varían según la situación.

    Es decir, a veces mirar directamente a los ojos puede ser una señal de conexión y confianza, mientras que otras veces puede asociarse a la voluntad de dominar e intimidar, especialmente en el caso de un enfrentamiento. Como resultado, las personas reaccionan encerrándose en su posición y rechazando diferentes argumentos. Entonces, ¿qué puede hacerse?

    Cuando sepa de antemano que su audiencia está en contra de las ideas que desea transmitir, es mejor no hacer contacto visual persistentemente. No es necesario escapar de la mirada cuando las miradas se encuentran ya que esto indicaría una falta de confianza, pero no es recomendable hacer un esfuerzo por captar la mirada de los demás. Lo ideal sería hacer contacto visual solo cuando la audiencia comience a ser receptiva a nuestros argumentos.


    Una posible explicación de este fenómeno es que en situaciones de enfrentamiento, el contacto visual se percibe como una forma de agresión, un intento de dominar, y en consecuencia se responde defendiéndose, lo que significa volverse sobre uno mismo. De hecho, los investigadores afirman que el contacto visual es una actitud tan primitiva que no les sorprendería descubrir que desencadena una serie de respuestas inconscientes y cambios fisiológicos que claramente nos pondrían a favor o en contra del tema que nos ocupa.



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