Antes de criticar, piensa en lo que dice esta crítica sobre ti.

Antes de criticar, piensa en lo que dice esta crítica sobre ti.

La palabra "crítica", como muchas otras que usamos a diario, se ha desviado mucho de su significado original. De hecho, proviene de la raíz indoeuropea "skribh", que originalmente significaba separar y discernir. Posteriormente esta palabra adquirió un significado diferente, más relacionado con la capacidad de tomar una decisión y emitir un juicio. Posteriormente siguió evolucionando y hoy en día mucha gente le atribuye un significado completamente negativo.


Sin embargo, la crítica en sí no es negativa, todo depende de cómo se haga. Hay críticas que pueden ayudar a crecer y críticas que pueden destruir. Entonces, en esencia, la crítica también dice mucho de nosotros, es decir, de la persona que critica.


Los 3 tipos de críticas que revelan tu "yo" más profundo

Niccolò Machiavelli dijo que "en general, los hombres juzgan más con los ojos que con la inteligencia, ya que todos pueden ver pero pocos entienden lo que ven". Así, la crítica siempre expresa quiénes somos y qué pensamos. A través de la crítica revelamos nuestros estereotipos y expectativas y, a veces, incluso nuestro estado de ánimo. De hecho, aunque muy pocos se den cuenta, nuestra forma de criticar es una de las expresiones más íntimas de nuestra personalidad, a través de la cual nos ponemos completamente desnudos ante el ojo más sensible.

Hay varios tipos de críticas:

- Crítica amistosa. En este caso la persona que critica es capaz de establecer un vínculo emocional con el otro, por lo que su crítica se basa en la empatía. Su finalidad es ayudar, proteger, motivar y / o desarrollarse. Este tipo de crítica está ligada al concepto griego de “parresía”, que significa hablar abierta y libremente por el bien de los demás, aunque signifique correr algunos riesgos. Evidentemente, las personas que utilizan este tipo de críticas son invaluables y debemos asegurarnos de tenerlas siempre a nuestro lado porque nos ayudan a ver lo que no podemos imaginar.



- La crítica "objetiva". En este caso la persona adopta una actitud más indiferente, establece una distancia emocional y muchas veces utiliza argumentos más abstractos e impersonales para sustentar su opinión. El problema es que, por lo general, el objetivo de esta crítica es corregir y, a menudo, se usa como excusa para encubrir la hostilidad y la envidia o para resaltar la superioridad intelectual y moral de uno. De hecho, muchas personas enmascaran sus sentimientos bajo este disfraz de "objetividad", que suele esconder la idea de que solo ellos están al servicio de la verdad y la perfección o saben hacer bien las cosas.

- Crítica hostil. En este caso, la persona ataca directamente a través de la crítica, independientemente del daño que pueda causar. En realidad, el objetivo es rechazar, culpar, desacreditar o destruir directamente. Pero para lograrlo se pueden utilizar diferentes estrategias, y no siempre es un ataque frontal, por lo que en ocasiones es difícil distinguir estas críticas. Básicamente, estas críticas expresan la incapacidad de la persona para ponerse en el lugar de los demás, manejar sus emociones y relacionarse desde una posición respetuosa. Evidentemente, es imperativo aprender a protegerse de estas críticas, porque pueden hacer mucho daño.

Piensa dos veces, habla menos

La crítica siempre dice más de quienes critican que de quienes son criticados porque expresan su forma de ver el mundo y sus valores en las relaciones interpersonales. Por eso, es deseable que antes de criticarte pienses qué dirán de ti las palabras que te gustaría decir y te preguntes si esta es la imagen de ti mismo que quieres cultivar y mostrar al mundo.


De hecho, puedes utilizar la crítica como una herramienta de cambio, para conocerte mejor y crecer como persona.

1. Analice qué motiva esta crítica. Si a menudo reaccionas con críticas ácidas y exageradas, probablemente no estés reaccionando a esa situación específica oa la persona que tienes enfrente, pero tu reacción es más bien un reflejo de un problema mucho más profundo, ya que denota frustración, enojo, decepción y / o inseguridad. Por tanto, el problema no está en lo que estás criticando, sino en algo dentro de ti que debes resolver.

2. Ponte en el lugar de la otra persona.
Antes de criticar, intente ponerse en el lugar de la otra persona. Recuerde que a menudo es más fácil convertirse en juez que ayudar. Trate de entender por qué el otro actuó de esa manera. La comprensión y la empatía dirán cosas mucho más positivas sobre ti que la ira y la intolerancia.



3. Dar una opinión, no un juicio. La crítica, para no generar una actitud defensiva, debe seguir siendo una opinión y no convertirse en un proceso. Si te conviertes en juez, solo estás demostrando tu incapacidad para ser empático y tu arrogancia. No es lo mismo que decir "lo que hiciste es inútil" en lugar de "no me gusta lo que hiciste". En el primer caso es un juicio de valor, que también es exagerado, en el segundo caso es solo una opinión cuestionable y, como tal, una oportunidad de crecimiento para ambas partes.


En cualquier caso, siempre es mejor criticar menos y ayudar más, hablar menos y pensar más, mirar más dentro de uno mismo que señalar con el dedo a los demás.

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