El interaccionismo simbólico, el sentido de la comunicación

El interaccionismo simbólico, el sentido de la comunicación

El interaccionismo simbólico se originó en los Estados Unidos y es una teoría de la interacción social que analiza la creación de significado en la vida y las acciones humanas.

El interaccionismo simbólico, el sentido de la comunicación

Última actualización: 04 agosto 2020

El interaccionismo simbólico es una teoría que ha surgido en la sociología, luego se extendió a otros campos como la antropología y la psicología social. Esta teoría analiza las interacciones y sus significados para comprender los procesos por los cuales las personas se convierten en miembros de las sociedades. En otras palabras, estudia las actividades sociales y la construcción del ego.



El interaccionismo simbólico se basa en las interpretaciones, aquellas que todos damos a la realidad y que parecen más parecidas entre los miembros de un determinado grupo social. Por ejemplo, al visitar un país extranjero, una de las mayores diferencias culturales que causan problemas son los gestos. Hacer el gesto de parar, con la mano abierta y el brazo extendido, es absolutamente normal para nosotros. Sin embargo, pedir un alto de esta manera en Grecia o Líbano podría considerarse una verdadera ofensa.

Los inicios del interaccionismo simbólico

El interaccionismo simbólico se posiciona en contra de las verdades absolutas. Sostiene que no hay una sola verdad, sino varias verdades situadas. Hay diferentes verdades para cada comunidad. Para comprender estas diferentes verdades, el interaccionismo estudia las relaciones entre las personas y los símbolos: el objetivo final es comprender la identidad individual y la organización social.

Un ejemplo clásico de interaccionismo simbólico se encuentra en el té. Esta bebida se puede consumir acompañada de diferentes rituales, a su vez con diferentes simbolismos. Por ejemplo, no significa lo mismo para una persona europea que para una asiática.


Probablemente, un europeo bebe té para calentarse o relajarse, independientemente de su preparación o consumo. Un japonés o pakistaní, en cambio, realizará un ritual de preparación y beberá té en compañía. En resumen, el "significado" del té es diferente en las tres culturas.


El interaccionismo simbólico sugiere que las personas se definen a sí mismas extrapolando el significado de los individuos de su contexto específico.. Dado que somos animales sociales, el significado de individuo dependerá en gran medida de las interacciones que tengamos con otras personas.

Generaciones de interaccionistas simbólicos

Hay dos grandes generaciones de interaccionistas simbólicos que proponen interpretaciones diferentes: la primera considera que las acciones siempre tienen un sentido, mientras que la segunda describe la vida social como una especie de teatro.

Primera generación

La propuesta de estos interaccionistas era que la identidad personal se construyera a través de las relaciones con otras personas. Estas relaciones siempre tuvieron un significado, eran simbólicas. Por lo tanto, la identidad de cada persona se forma en situaciones y lugares específicos al interactuar con los demás. El significado que se le da a estas interacciones es definir la identidad individual.

Esta propuesta argumentaba que las acciones son más que hábitos o comportamientos automáticos. Por lo tanto, todas las acciones deben ser interpretadas. El lenguaje se entiende, por tanto, como la representación de las actitudes, intenciones, posiciones y objetivos del sujeto de la comunicación. El lenguaje fue visto como una forma de interacción, útil para la construcción de la realidad.

El individuo, desde esta perspectiva, es una representación construida a través del lenguaje.. Cada sujeto se “forma” a través de significados que circulan interactuando con otros individuos. Sin embargo, lo que se construye no es la persona, sino el yo de esa persona, el ego, la identidad personal.


Segunda generación

La segunda generación introdujo un cambio importante. Incluso para estos interaccionistas simbólicos, la identidad se entiende como resultado de los roles que adoptan las personas. Cuando actuamos en compañía, solemos adoptar roles sociales, patrones de comportamiento definidos por la sociedad.

Para comprender esta dinámica, solo mire programas de televisión de realidad. En ellos los participantes juegan roles específicos. Siempre hay un sujeto que está en contra de los demás, otro que se siente solo y no para de llorar, dos que acaban juntándose, etc.



Con esta segunda generación, aparece una nueva perspectiva en la que somos actores. Los individuos actúan y representan un rol específico dentro de los roles sociales. Hacemos lo que los demás esperan en relación con el rol que hemos elegido para nosotros. Pero la interpretación de esta “tarea” no se da sólo cuando interactuamos, sino también en los espacios y momentos en que nadie nos ve. Es decir, es un rol que acabamos interiorizando y pegando a nuestra identidad.

Interaccionismo simbólico en psicología social

La relación de la interacción simbólica con la psicología se explica principalmente en el contexto de la psicología social. Según esta rama, las personas forman identidades sociales que tienen normas y valores específicos. A medida que las identidades sociales se vuelven más importantes, es más probable que las personas actúen de acuerdo con esas normas y valores.

Pero la psicología social va más allá de los roles y acepta que el comportamiento es impulsado por las normas sociales, desde sus inicios en la interacción simbólica. Es innegable que las personas desarrollan sus identidades, tanto individuales como sociales, al interactuar con los demás.. Interactuar con personas de diferentes culturas, manteniendo una adecuada apertura mental, nos ayudará a conocernos mejor, a redefinir nuestra identidad personal y a cambiar la forma de entender el mundo.


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