Bullying en el trabajo: una realidad silenciada

Bullying en el trabajo: una realidad silenciada

Bullying en el trabajo: una realidad silenciada

Última actualización: 17 septiembre, 2019

Un día en el trabajo, tu jefe o compañero se ríe de ti en público o te asigna tareas que no son de tu competencia y si no las haces te regaña y ridiculiza delante de tus compañeros. Sin darte cuenta, cedes a esta enorme presión y aceptas hacer lo que te diga, solo para que te dejen en paz.



La estrategia funciona. Por un momento'. Pero siempre llega un día en que, por mucho que hagas lo que te ordene el jefe, éste da un paso más allá y te pide que hagas algo aún más humillante. O burlarse de ti. O incluso ir tan lejos como para gritarte. No puedes soportarlo más. Acudes a su superior, pero solo te dice que tienes que apretar los dientes y que no tiene solución. Pero, ¿por qué deberías seguir aguantando? ¿Por qué quien debería remediar tu situación no toma medidas? ¡Eso es suficiente!

"Si no hay héroes que te salven, debes convertirte en héroes".

-Denpa Kyoshi-

Las causas del bullying en el trabajo

Bullying significa la sucesión de comportamientos agresivos hacia una víctima dentro de un ambiente de trabajo que pueden mejorar, o empeorar, esa situación abusiva. Aunque es un dato muy preocupante, hoy en día los casos de maltrato en el trabajo van en constante aumento. Aunque deben ocurrir numerosos factores para poder hablar sobre el acoso real, hay algunos centrales de los que queremos hablarle a continuación.

La persona que comete el abuso suele tener una personalidad bastante peculiar. Los atacantes tienden a ser narcisistas, de mal genio y vengativos. Es más, a menudo tienen baja autoestima y altos niveles de ansiedad. A esto se suma el hecho de que, si ocupan un nivel jerárquico superior al de la víctima, pueden ocurrir una serie de hechos que agravarán la situación.



“Las personas que se aman no dañan a los demás. Cuanto más nos odiamos a nosotros mismos, más queremos que los demás sufran también".

-Dan Pearce-

Si la situación es la de un supervisor/empleado, El maltratador puede acosar a la víctima mediante un descuido excesivo de su trabajo y demostraciones de desconfianza que empeoran su desempeño. Pero no sólo eso: muchas veces tiende a quitar responsabilidad a la víctima y cambiar sus funciones, reemplazándolas por tareas más denigrantes. De esta manera, el conflicto se agrava.

A estas características del agresor hay que sumar una serie de condiciones que pueden darse en el entorno laboral y que permiten que se dé esta situación. Por ejemplo, si la exigencia es muy alta en el lugar de trabajo, pero la disponibilidad de recursos es baja, los casos de bullying son más probables. Además, las características de los ejecutivos corporativos que supervisan el trabajo del jefe en cuestión también juegan un papel importante.

Si los gerentes no son muy hábiles, esto afecta el trabajo de todo el equipo. E igualmente afecta sus habilidades de liderazgo en el grupo. Si son ejecutivos pasivos y despóticos, que toman decisiones arbitrarias, facilitarán la proliferación de episodios de bullying en la empresa.. ¿Porque? Porque son las características de los supervisores que muchas veces adoptan una posición permisiva frente a la agresión y el bullying en el trabajo.

Las consecuencias del acoso

El hecho de que los ejecutivos permitan que continúe el bullying es muy preocupante. Este irrespeto no solo repercute negativamente en el trabajador víctima, sino que implica costos adicionales para la empresa y para la sociedad en general.. Precisamente por eso, resulta paradójico que los supervisores que podrían acabar con estas situaciones no lo hagan y lo dejen pasar, porque las situaciones muchas veces se complican y resolverlas se vuelve cada vez más complicado.



El acoso laboral tiene una serie de repercusiones en la víctima. En primer lugar, tendrá un impacto en su salud psicológica. Pueden aparecer los primeros síntomas de ansiedad y depresión, junto con sentimientos de ira y agotamiento emocional.. Pero también se producen cansancio y dolencias físicas, así como alteraciones del sueño.

Además de estos problemas para el trabajador, el bullying también tiene consecuencias negativas para todo el grupo empresarial. Debido a esta situación cada vez más insoportable, la víctima suele pedir una baja por motivos de salud. Los empleados que no lo hacen, en todo caso empeoran su rendimiento en el trabajo, porque disminuye su satisfacción y su apego a la empresa, mientras que aumentan las ganas de dimitir.

Esta situación también afecta al resto de empleados que son testigos de la misma.. Quienes son testigos de bullying pueden desarrollar estrés, agotamiento emocional y una actitud negativa hacia el entorno laboral. Finalmente, estos conflictos en el trabajo también pueden afectar a otros ámbitos de nuestra vida, como la familia.

Cómo prevenir el acoso

Dados los altos costes del bullying, tanto a nivel sanitario, económico y empresarial, se hace cada vez más necesario afrontar esta situación y ponerle remedio. De manera concreta, las empresas deben abandonar la actitud pasiva y permisiva ante estas situaciones. ¿Cómo?

Fomentando una actitud positiva y eliminando los factores que influyen en el desarrollo del bullying, como la sobrecarga de trabajo, la falta de un líder capaz de motivar al grupo o la sensación de injusticia percibida por los empleados.


En este sentido, es bueno formar jefes de equipo que sean justos y solidarios, potenciando el uso de la inteligencia emocional, para que sepan comportarse si alguien denuncia una situación de mobbing. Además, es bueno que sepan y sepan implementar un protocolo de medidas que elimine la situación de raíz. Desafortunadamente, muy pocas empresas cuentan con un protocolo de este tipo y muy a menudo el personal toma decisiones inciertas y mal pensadas cuando se presenta una situación así.


“Nunca te dejes maltratar en silencio. Nunca te permitas ser una víctima. No aceptes que alguien más defina tu vida: tú te defines a ti mismo".

-Tim Fields-

La propia empresa debe establecer una política clara con respecto al acoso escolar, evitando cualquier ambigüedad. y establecer protocolos prácticos sobre cómo denunciar y tratar situaciones de abuso en el trabajo. Es bueno que haya mediadores especializados en el lugar de trabajo. Además, también es buena idea que los empleados realicen un curso de autocontrol emocional y manejo del estrés, de forma que adquieran las herramientas necesarias para gestionar las distintas situaciones de conflicto que se puedan presentar.

El bullying es un problema real y mucho más común de lo que reflejan las estadísticas, ya que una de sus principales características es que muchas veces las personas intentan silenciarlo. A ninguna empresa le gusta verse envuelta en un escándalo de este tipo y muchas consideran, aunque no lo digan abiertamente, que la "ropa sucia" debe lavarse en casa. Es por tanto un problema que a muchos les gustaría que permaneciera invisible.

Pero dado el alto costo psicológico, físico y económico, no solo para la víctima, sino también para la empresa y la sociedad en general, es necesario desarrollar políticas para atenderlos. Y tanto más importante cuanto que son políticas que surgen de la propia empresa.

No se puede adoptar una actitud permisiva frente al bullying. Es fundamental que la víctima perciba que hay algo que puede hacer para remediarlo y que la empresa le ayude a hacerlo, para evitar que quienes sufren maltrato se sientan impotentes y que el problema del acoso laboral siga agravándose.

Añade un comentario de Bullying en el trabajo: una realidad silenciada
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.