Ser emocionalmente fuerte no significa saber resistir y aguantar, sino saber "recargar"

Ser emocionalmente fuerte no significa saber resistir y aguantar, sino saber

Nos hicieron creer que ser fuertes significa poder aguantar más. Cuanto más lo intentamos, más fuertes nos volvemos. Entonces llega el momento en que las fuerzas nos abandonan, pero algo siempre nos empuja a seguir adelante, no podemos fallar. De hecho, en los últimos años, incluso la publicidad ha empezado a jugar con esta idea recomendándonos consumir alimentos energizantes, reconstituyentes y vitamínicos, porque ralentizar y parar está mal visto. Entonces, todo lo que nos rodea nos da el mensaje de que no podemos detenernos, debemos seguir adelante, porque eso significa que somos fuertes.



¡El mensaje completamente equivocado!

Las personas más fuertes no son las que más se resisten, sino las que han aprendido a recargarse. Si nos privamos de nuestra parte del descanso y no nos damos tiempo para recuperarnos, nos volveremos más débiles y menos productivos. Para mantener el equilibrio y no dañar nuestro cerebro, necesitamos relajarnos y tomarnos un descanso. Si siempre nos esforzamos al límite terminaremos pagando las consecuencias, tanto físicas como emocionales.

Si no descansa, su productividad y eficiencia disminuirán

En realidad, no se trata simplemente de producir más, sino de ser eficaz, lo que significa realizar cualquier actividad sin que sea demasiado pesada. Para conseguirlo es fundamental que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente estén descansados. Si nos privamos del sueño necesario, por ejemplo, probablemente podremos terminar el proyecto en el que estamos trabajando, pero la calidad del trabajo no será buena ya que no estamos dando el 100% de nosotros.

Además, si no descansamos lo suficiente, la fatiga aumenta y el rendimiento cognitivo disminuye, por lo que todas las tareas que tenemos que realizar a diario se sentirán titánicas. La falta de sueño también afecta la toma de decisiones, provocando que tomemos decisiones apresuradas sin evaluar adecuadamente las consecuencias.



Por el contrario, si descansamos lo suficiente no solo rendiremos más, sino que también podremos hacer las cosas con menos esfuerzo y, por supuesto, nos sentiremos mucho mejor.

Desconectarse del trabajo y las preocupaciones

El verdadero descanso no se trata solo de salir de la oficina, volver a casa y sentarse en el sofá. Se debe permitir que la mente se recupere, lo que significa liberarse de las preocupaciones. De hecho, las preocupaciones son como una carga pesada que mantiene el cerebro continuamente activo, evitando que la red neuronal predeterminada se haga cargo, lo cual es esencial para que se produzca un descanso auténtico.

Por lo tanto, es conveniente darle un descanso a tu mente para desconectar de las preocupaciones. Puedes optar por hacer algo divertido o creativo, hacer meditación de atención plena o dedicar al menos una hora al día a una de tus pasiones. Cuando hacemos algo que nos gusta, nuestro cerebro libera dopamina, que nos ayuda a relajarnos y nos da una increíble sensación de bienestar. Y esto es esencial para avanzar y enfrentar los desafíos y adversidades de la vida.

Tómate el tiempo para recuperarte y empezar de nuevo

A menudo, cuando pasamos por una situación difícil, como la ruptura de una relación o la muerte de un ser querido, las personas que nos rodean nos animan a volver rápidamente a nuestra vida normal. Sin embargo, cada uno de nosotros tiene su propio ritmo, y antes de tomar decisiones importantes, lo mejor es descansar un poco para permitir que las heridas cicatricen. Volver a la rutina diaria con heridas "emocionales" aún no curadas aumenta el riesgo de que estas se abran al menor contratiempo. Un poco de sentido común es suficiente, pero a veces la presión de otros nos obliga a "recuperarnos" demasiado rápido.


Al atravesar una situación difícil, es una buena idea recordar que no hay necesidad de apresurarse ni demostrar nada a nadie. Tómate el tiempo para sanar, redescubrir tus pasiones, repensar algunos aspectos de tu vida y aprender a vivir con la pérdida y superar la adversidad.


Por último, recuerda que para cuidar tu salud física y mental, el descanso es fundamental. No tenemos que seguir un estilo de vida ajetreado o conducir siempre por el carril rápido. Siempre que lo necesite, tómese un descanso y recargue energías. Siempre esforzarse hasta el límite no es una buena idea, necesitamos saber cómo mantener el equilibrio. El hecho de que necesite descansar no significa que esté débil. Recuerda que lo importante no es llegar más lejos y más rápido, sino disfrutar del viaje. Y para ello, a veces hay que detenerse o incluso dar un paso atrás.


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