Uno de los mayores enemigos de la productividad y el éxito es el miedo. Tenemos miedo de perder la inversión, de cómo reaccionan las personas que nos rodean, de cómo nos ven, de perder el tiempo sin obtener resultados… Sin embargo, a la hora de emprender un nuevo proyecto la lista de miedos es prácticamente interminable. A veces el miedo es tan grande que nos presenta una imagen aterradora y nos hace abandonar el proyecto incluso antes de iniciarlo. Entonces tal vez vemos a alguien más haciendo lo que queríamos hacer y nos quejamos por no tener suficiente coraje, sin embargo, la diferencia entre una persona comprometida y otra que retrocede no es la valentía, sino la forma de manejar el miedo. Es normal sentir miedo cuando nos vemos obligados a tomar decisiones importantes y creemos que no hay posibilidad de volver sobre nuestros pasos para cambiar un posible error. Las personas que avanzan no necesariamente han eliminado el miedo, pero han aprendido a aprovecharlo, aprendiendo a vivir con el miedo al fracaso. ¿Cómo lo hicieron?- Olvidar la posición de “todo o nada”. El miedo suele aparecer cuando consideramos que las decisiones son inevitables, cuando pensamos que no podemos volver atrás. En ese momento, es como si recibiéramos un golpe en el estómago y empezáramos a sentir ansiedad e inseguridad. Sin embargo, recuerda que un proyecto siempre puede mejorar, siempre puedes reconsiderar los objetivos y cambiar de rumbo. Es cierto que siempre hay un elemento de riesgo pero no estás saltando por un acantilado, estás descendiendo gradualmente. - Aprovechando la eustress. Las personas más efectivas no son las que viven sin estrés, sino las que son capaces de obtener beneficios de esa dosis extra de energía que nos ofrece el eustress (estrés positivo). Estas personas alcanzan un nivel óptimo de ansiedad y lo aprovechan antes de que se vuelva negativo. Este sentimiento les da el impulso que necesitan y les ayuda a decidir. - Al restar importancia. ¿Cuál es el peor resultado posible? Imagina el escenario más oscuro. ¿Cuáles son las probabilidades de que esto suceda? ¿Cuántas cosas tienen que salir mal para que esto suceda? De hecho, nuestra mente tiende a imaginar situaciones catastróficas. Y normal. Pero objetivamente, las probabilidades de que ocurra el peor escenario posible son mucho menores de lo que podría pensar, porque siempre tiene la opción de cambiar de rumbo. Además, se ha demostrado que los peores escenarios a menudo no nos hacen sentir tan mal como pensamos. - Aprendiendo más sobre ti. Muchas veces, el miedo tiene un mensaje que transmitirnos. Las personas más exitosas no ocultan sus miedos y no intentan ignorarlos, sino escucharlos. ¿Por qué tienes miedo al fracaso? ¿Qué experiencias y emociones ocultas subyacen a este miedo? ¿Son meras exageraciones o son advertencias a las que se debe prestar atención? Cuando escuchas tus miedos y ganas, te conviertes en una persona más segura y fuerte, alguien que ha logrado integrar sus experiencias de vida y que está en equilibrio con su pasado. Por lo tanto, podemos mirar hacia el futuro con confianza.