Relaciones líquidas: la fragilidad de los lazos

Relaciones líquidas: la fragilidad de los lazosSomos un fiel reflejo de nuestra empresa. Nos guste o no, el mundo que nos rodea influye en nuestras decisiones, comportamientos, nuestro sistema de valores e incluso en las emociones que sentimos. No podemos abstraernos de la sociedad en la que vivimos para que, de una forma u otra, las formas de relacionarse que se establezcan acaben por contagiarnos también a nosotros. Nos guste o no, somos hijos de nuestro tiempo. El filósofo y sociólogo polaco Zygmunt Bauman dice que nuestra época se caracteriza por "Relaciones líquidas", vínculos muy frágiles que establecemos con las personas que nos rodean, las relaciones líquidas se pueden ver en todos los ámbitos de la vida, tanto en el contexto de pareja como en la amistad y en la familia. El punto que tienen en común es su fragilidad, que les impide perdurar en el tiempo. Como ocurre con el agua, estos lazos efímeros ocupan temporalmente un espacio en nuestra vida, pero se drenan tan rápido como entraron en nuestra existencia. Estas relaciones desaparecen por infidelidad, conflicto o con el pretexto de la necesidad de libertad, las relaciones líquidas siempre "pierden fuerza". Pero nunca desaparecen antes de haber mojado o incluso ahogado a los protagonistas, que naufragan en un pozo de soledad. Sin duda, esta es una realidad muy triste porque, al fin y al cabo, significa que estamos solos.

¿Por qué se desarrollan las relaciones líquidas?

La fragilidad tiene sus raíces en la inmediatez y el deseo de satisfacer las necesidades sin demora. Una vez que estamos satisfechos, simplemente recurrimos a otra cosa y tiramos el artículo o la persona de la que nos cansamos. En realidad, muchos temen la idea de "para siempre", es una expectativa y una responsabilidad que no quieren aceptar. Esta forma de relacionarse, según Bauman, deriva de "Modernidad líquida". En la práctica, debemos integrarnos y adaptarnos a una sociedad que cambia muy rápidamente, por lo que se requiere de nosotros una identidad flexible y polivalente que nos permita afrontar estos cambios. Como resultado, hemos desarrollado una "identidad líquida", que Bauman compara con la corteza volcánica. Esta identidad, endurecida por fuera, vuelve a cambiar de forma cuando se fusiona. Desde fuera parece estable, pero por dentro la persona experimenta constante fragilidad y sufrimiento, cuando la sociedad nos empuja a cambiar constantemente y adaptarnos a contextos muy diferentes, nos impide construir relaciones fuertes y duraderas, relaciones a través de las cuales conectamos con nuestra esencia más allá. Necesidades inmediatas Por supuesto, la tecnología también juega su papel y determina el patrón de relaciones. Muchos jóvenes, ante la falta de relaciones sólidas y profundas, buscan un sustituto en la cantidad, número de seguidores en las redes sociales y la rapidez con la que difunden sus mensajes. Son jóvenes que quieren moverse y vivir ligeros, sin cargas sobre sus hombros, y para ellos esto significa no comprometerse. Por lo tanto, son incapaces de establecer vínculos sólidos, pero cambian rápidamente de amigos y socios, al tiempo que pierden gradualmente el vínculo con la familia también.Las personas que tienen relaciones líquidas han renunciado a planificar su vida a largo plazo, experimentan un desarraigo emocional muy profundo. . La sociedad requiere una enorme flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos. Para tener éxito, deben estar dispuestos a cambiar de táctica y traicionar los compromisos y la lealtad. Esto ha generado la idea de que es mejor romper una relación rápidamente porque los sentimientos pueden ser adictivos. El arte de romper relaciones debe cultivarse antes de que sea demasiado tarde, por lo que se establecen más que "relaciones", "conexiones". Estas personas conectan por un tiempo con una pareja o amigo, pero sin ahondar en su esencia y sin comprometer.

¿Cómo romper el modelo de relaciones líquidas?

Es difícil ser diferente en una modernidad líquida. Sin embargo, aunque no se pueda cambiar el mundo, es posible cambiar nuestro entorno y construir relaciones que perduren en el tiempo y que realmente nos satisfagan. El primer paso para romper el modelo de relaciones líquidas es solidificar nuestra identidad. No se trata de convertirnos en personas rígidas, sino de ponernos en contacto con nuestro "yo" más profundo para comprender realmente qué queremos y cuáles son nuestras necesidades. Solo cuando nos conocemos podemos volvernos auténticos y conectarnos con los demás desde nuestra esencia. Esto será visible y nos ayudará a construir relaciones más sólidas El segundo paso es cambiar de perspectiva. No se trata de cuántas parejas o "amigos" ha tenido, sino de la calidad de esas relaciones. ¿Estas relaciones realmente te llenaron o solo ayudaron a dejar un gran vacío dentro de ti? Es mejor tener un círculo cercano de personas que estén realmente dispuestas a ayudarlo cuando sea necesario en lugar de conocer a cientos de personas que lo consideran indispensable. El tercer y último paso es aprender a comprometerse y asumir, de una vez por todas, que para conseguir algo tenemos que arriesgarnos y estar dispuestos a dar algo. Las relaciones son un bálsamo en tiempos difíciles, pero debemos estar dispuestos a cuidar las heridas de la otra persona. De hecho, recuerde que no tenemos que preocuparnos por lo que obtenemos, sino por lo que damos.
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