Los falsos líderes y cómo desenmascararlos

Los falsos líderes y cómo desenmascararlos

Las crisis exponen a los políticos deshonestos. Su incapacidad para ofrecer o adoptar soluciones eficaces a los problemas y desafíos a menudo los traiciona.

Los falsos líderes y cómo desenmascararlos

Última actualización: 23 agosto 2021

¿Quiénes son los falsos líderes? Son personas que se encuentran en la cúspide de un organismo por motivos distintos a su capacidad o competencia para liderar o alcanzar los objetivos comunes de un grupo. Las crisis son una excelente oportunidad para revelar de qué están hechas las personas que están en la cima del sistema.



Las situaciones de emergencia son momentos en los que se crean complejidades e incertidumbres sin resolver. En situaciones como estas, alguien que es dirigido o dirigido por otra persona espera que esa persona se haga cargo de la situación y allane el camino para una buena solución.

Es precisamente entonces que quedan expuestos los falsos líderes, los mismos que no solo no toman el timón, sino que incluso pueden empeorar la situación.

En el mundo actual, sin embargo, muchos falsos líderes compensan su incompetencia con un arma relativamente eficaz: el marketing político. Una de las características de estas figuras es dedicarse más energía para silenciar sus fracasos que para resolver problemas.

""Para guiar a los demás, camina detrás de ellos".

-Lao Tse-

Falsos líderes y honestidad

Si hablamos de falsos líderes, está claro que su fuerza no es la honestidad. Han llegado a posiciones de liderazgo con atajos.

Son hijos del dueño de la empresa, engañaron a los votantes, pagaron para estar donde están, etc. No llegaron a donde están por méritos.

Asimismo, y derivado de lo anterior, son falsos líderes principalmente porque poner sus intereses personales primero. Un verdadero líder representa los intereses de muchos y busca un bienestar o solución colectiva, no particular.



Cuando surge una situación de crisis, es esta última la que emerge primero. Un líder falso ante todo tratará de protegerse a sí mismo y a sus intereses. frente a las amenazas, en lugar de ofrecer una solución que beneficie a muchos, incluso en contra de sus propios intereses.

Decisiones impopulares o impactantes

Las crisis, especialmente las más graves, a menudo requieren decisiones que son impopulares o desagradables para algún sector o grupo.

Si, por ejemplo, hay una crisis económica y resulta que la mejor salida es bajar los salarios de los altos directivos, está claro que no estarán nada contentos con esta solución.

Asimismo, si hay una crisis de salud, puede ser necesario limitar algunas actividades, como sucedió en 2020 y 2021. Muchas personas se oponen a estos límites por una variedad de razones. Sin embargo, desde el punto de vista de salvaguardar el todo, es en interés de la mayoría.

Solo un verdadero líder es capaz de tomar este tipo de decisiones. No le interesa tanto mantener su nivel de aceptación o popularidadsino para resolver el problema de fondo.

Lo que impulsa su criterio es el bienestar de la mayoría y considera la incomprensión o el rechazo como un tema secundario. Los falsos líderes, por otro lado, a menudo toman decisiones cuyo único propósito es ganar la aceptación general.

Interés personal y marketing

Muchos líderes, especialmente políticos, hacen un uso intensivo del marketing en tiempos de crisis. Su objetivo es tomar decisiones que les favorezcan, pero al mismo tiempo promover la idea de que se trata de decisiones positivas para la mayoría.


Tratan de mantener una buena imagen, dado que muchas veces las crisis no presentan salidas inmediatas y desgastan la imagen pública de los responsables.



El falso líder actúa según el criterio de "cada uno para sí mismo" y, por supuesto, ante todo se salva a sí mismo. Sin embargo, sabe que esto podría poner en peligro sus intereses futuros, por lo que oculta sus acciones bajo un manto de propaganda. Son comunes acciones como las siguientes:

  • Promover un falso optimismo. Intentan reducir la actitud crítica hacia la gestión.
  • Desinformación. Presentan datos que pueden ser ciertos, pero solo parcialmente. Entonces, en lugar de decir que murieron 20.000 personas, estamos hablando de las 20.000 que se salvaron o recuperaron.
  • Soluciones ineficientes pero impactantes. Más que buscar soluciones reales, se orientan hacia acciones que provocan un gran efecto emocional. Al final, hay más espectáculo que avances concretos.
  • Culpar a algo o a alguien más. Como estos falsos líderes en realidad no resuelven nada, llega un punto en que esto se vuelve evidente. Es el momento en que culpan a un factor externo de su ineficiencia.

Los falsos líderes hacen mucho daño porque tienen el poder, pero solo lo usan para su beneficio. No importa qué cargo ocupe una persona o qué tan bien la prensa o todos hablen al respecto.


Los líderes son conocidos por sus acciones, por sus resultados reales, y no por la pompa y las circunstancias que puedan rodear sus acciones.

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