Chocolate: ¿una cura antiestrés?

    Chocolate: ¿una cura antiestrés?
    Me atrevería a decir que a muy pocas personas no les gusta el chocolate, quizás no todo el mundo es un consumidor habitual, pero tarde o temprano aprecian con gusto una cierta cantidad. Entonces, con la llegada de la Navidad, chocolate se convierte en protagonista, es casi prácticamente imposible no comerlo cuando casi todas las tiendas ofrecen los más diversos paquetes y tipos. Pero el chocolate ¿Es un enemigo oculto que nos lleva a la adicción o es simplemente un gran remedio antiestrés? Hay un término en inglés para las personas adictas a chocolate: “Chocoholics”. Incluso hay un sitio donde se puede hacer una prueba que nos dirá si somos o no adictos al chocolate. Mucha evidencia científica con respecto a las sustancias contenidas en él respalda la teoría del chocolate que sería adictivo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que las mismas sustancias también se encuentran presentes en grandes cantidades en otros alimentos que no se reconocen por tener el papel de generar adicción. Profesor Rogers dell 'Universidad de Bristol en el Reino Unido nos ofrece una explicación que es útil tener en cuenta a la hora de considerar el poder adictivo de chocolate: nuestras actitudes ambivalentes hacia el chocolate (deseo y rechazo a la vez) son los que generan adicción. Además, para corroborar su hipótesis se señala que la mayoría de las personas prefiere el chocolate envasado, muchas veces mezclado con otras sustancias que refuerzan el poder de los principales componentes generadores de adicción. En resumen, sería más fácil decir que el chocolate causar adicción y dar la responsabilidad de esto a un mecanismo eminentemente químico y biológico, totalmente ajeno a nuestra voluntad, en lugar de reconocer que no somos capaces de controlar nuestros impulsos, ni con respecto a la chocolate y menos con respecto a otros ámbitos de nuestra vida. Rogers, en esencia, nos propone que mucho más allá de las causas químicas de la adicción que pueden dar al chocolate, el mecanismo psicológico por el que ubicamos las referencias de control en algún lugar fuera de nosotros es la principal causa del consumo descontrolado de chocolate. La idea no es del todo una tontería, especialmente porque sabemos que todo proceso físico tiene su contraparte psicológica. Por otro lado, cambiando por completo el discurso, un ensayo clínico publicado recientemente en el Journal of Proteome Research realizado con 30 personas de entre 18 y 35 años, afirma que ingerir 40 gramos de chocolate durante dos semanas reduce el nivel de estrés a partir de la producción regular de cortisol y catecolaminas, que se excretan con la orina. Los antioxidantes presentes en la chocolate también reducirán el riesgo de enfermedades cardíacas y ayudarán al metabolismo. Por lo tanto, la chocolate, como muchos otros alimentos o sustancias, nos muestra sus efectos positivos pero también sus lados oscuros, sin embargo, debemos recordar que el autocontrol y la autodeterminación son fundamentales para manejar mejor nuestra dieta.
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