Síndrome de la amapola alta en el trabajo

Síndrome de la amapola alta en el trabajo

A veces, el que más brilla y disfruta del mayor talento en el lugar de trabajo es visto como una amenaza por los colegas y la gerencia. El síndrome de la amapola alta tiene graves efectos psicológicos.

Síndrome de la amapola alta en el trabajo

Última actualización: 30 de abril de 2022

Cuando una amapola es más alta y hermosa que las demás, parece romper la armonía y el equilibrio de los demás elementos del campo; más bajos y más comunes. ¿Solución? Cortalo. una situación parecida a menudo ocurre en el lugar de trabajo y toma el nombre, precisamente, del síndrome de la amapola alta.



Es curioso notar que la sociedad nos transmite ideas claramente contradictorias. Por un lado, nos impulsa la excelencia, a desarrollar todo nuestro potencial humano para contribuir al progreso y la innovación.

Desde pequeños aprendemos que es bueno desarrollar habilidades y que los más brillantes deben ocupar puestos más altos.

Sin embargo, la realidad es un poco más gris, más irónica y también mucho más cruel. Algunas veces el que domina a los demás es visto como ese clavo al que hay que martillar para que vuelva a entrar. Además de esto, la competencia en el lugar de trabajo muchas veces significa considerar a las figuras más calificadas y brillantes como una amenaza.

un muy buen trabajador

Es esa figura que genera desconfianza en los demás, despierta malestar por sus brillantes habilidades. A veces incluso supone un riesgo para la propia organización.

A menudo tiene que lidiar con aquellos que, en lugar de alegrarse por la brisa del cambio y apoyar la innovación, prefieren continuar con los patrones habituales. Situaciones complejas que muchos hombres y mujeres viven a diario.


Síndrome de la amapola alta: cuando ser el mejor es un problema

Por síndrome de la amapola alta entendemos el sentimiento de rechazo y hostilidad experimentado en el lugar de trabajo por la persona con altas habilidades y gran talento.


spesso ser bueno o "el mejor" en ciertos contextos lleva a la persona a optar por mantener un perfil bajo. En otras palabras, minimizar sus resultados para mimetizarse con los demás y evitar conflictos. Un fenómeno claramente problemático y degradante. Sin embargo, ocurre con mucha frecuencia.

Así mismo, es común que los compañeros de trabajo recurren a estrategias encubiertas para boicotear el trabajo de la persona brillante, difundir chismes, subestimar o incluso causar daño. El deseo de cortar la amapola más alta del campo esconde en realidad una serie de dimensiones psicológicas que vale la pena conocer.

Envidia, desconfianza y miedo al cambio

El síndrome de la amapola alta pone de manifiesto un hecho innegable: nuestra sociedad no sabe explotar el capital humano y el talento. Algunas veces muchas empresas adoptan el concepto "cuidado con que nada cambie".

Esta política de proteccionismo significa en muchos casos cortar más de una amapola, relegando al trabajador talentoso al rincón del olvido porque sus ideas y talento representan una amenaza.

Al miedo al cambio se suma la envidia de los compañeros. Trabajar al lado de una persona brillante, productiva, con gran carisma e impacto personal genera malestar y fricciones.

Cuando aparece una amapola más alta, solo hay dos opciones: o las otras amapolas la alcanzan o la que sobresale es eliminada. Por lo general, se elige la segunda opción.


Finalmente, cabe señalar que las mujeres son las principales víctimas del síndrome de la amapola alta. Así lo demuestra un estudio realizado en la Universidad McMaster de Canadá.


Cuando la mujer se presenta a ocupar altos cargos en una empresa, muchas veces surgen múltiples obstáculos e incluso se le exige tropezar para que se considere el ascenso.

Las graves consecuencias del síndrome de la amapola alta

Quien renuncia a su talento, renuncia a su persona. Pensémoslo, metámonos por un momento en la piel y la mente de quienes son víctimas de tal condición. Elegir mantener un perfil bajo como mecanismo de supervivencia (y para ganar un salario) destruye la autoestima.


Quien se atreve a rebelarse y brillar corre un riesgo. En ocasiones, el entorno que nos rodea se convierte en el extintor que apaga la luz de los demás, el esplendor de quienes, por un momento, se atrevieron a mostrar su talento. Tales dinámicas suelen ser la raíz de muchos trastornos de ansiedad y depresiones.

Por otro lado, el estudio realizado en la Australian Psychological Society por el Dr. Norman Feather nos muestra que El síndrome de la amapola alta ocurre en la mayoría de las empresas, reduciendo su productividad hasta en un 20%. La actitud hacia quienes tienen talento o proponen cambios que en muchos casos representan un progreso sigue siendo negativa hoy en día.


Esta dinámica limita el progreso personal y genera molestias a cualquier empresa. Vale la pena tener en cuenta el mensaje que nos dejó el escritor Elbert Hubbard: “Hay algo mucho más precioso, refinado y raro que el talento. Es el talento para reconocer a las personas talentosas”.

Añade un comentario de Síndrome de la amapola alta en el trabajo
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.