Equilibrio emocional, ¿cómo lograrlo?

Equilibrio emocional, ¿cómo lograrlo?

Gracias al equilibrio emocional nos sentimos bien y somos capaces de arriesgarnos y hacer crecer a los demás con nosotros. Pero, ¿cómo lograrlo?

Equilibrio emocional, ¿cómo lograrlo?

Última actualización: 09 de febrero de 2021

Equilibrio emocional es sinónimo de estabilidad, pero no significa que necesariamente deba ser equidistante de los extremos. Es un estado de calma, aunque está sujeto a fluctuaciones; no es sinónimo de quietud, sino de armonía.

En cuanto a la parte emocional, se refiere al momento en que estamos en paz con nosotros mismos, un estado de ánimo en el que prima el conocimiento personal, la correcta gestión y expresión de las emociones y sentimientos. ¿Cómo podemos mejorar nuestro equilibrio emocional?



Para lograr la armonía interior, necesitamos una conexión entre nuestro interior y nuestro exterior, nuestro mundo exterior. Alcanzar este equilibrio requerirá autoconocimiento, o autoconocimiento. Conocerse a sí mismo implica autoconciencia. Saber definirse, saber cuestionarse, no tener miedo a exponerse, tolerar la incertidumbre.

Si bien puede parecer una tarea sencilla, requiere tiempo y, por supuesto, su principal requisito es la práctica diaria. El autoconocimiento es un viaje muy dentro de nosotros, pero será una de las mejores experiencias y relaciones que podamos tener.

Permítete ser y encontrarte, permítete sentir emociones y miedos. Saber quiénes somos y cómo somos. Saber por qué somos y cómo podemos llegar a ser quienes queremos y podemos ser.

El equilibrio emocional como punto de partida y meta final

Tras iniciar el camino hacia el autoconocimiento y el descubrimiento de las emociones que albergamos y sentimos en cada momento, llega el control y la regulación.

Las emociones son un tesoro que todos poseemos: nos informan que existe una conexión entre lo que sucede fuera de nosotros y lo que sentimos. Nos educan y protegen, nos acogen y nos dan fuerza.



Las emociones dependen y funcionan, requieren acción y cambio. El control y la regulación vienen después del conocimiento preliminar; cuando somos capaces de identificarnos y reconocernos y saber cuándo podemos decidir qué hacer y cómo hacerlo.

Si crees que eres capaz de respetar este tipo de gestión y control emocional, te proponemos un ejercicio: lee cada una de estas emociones y responde las siguientes preguntas: amor, ira, nostalgia, miedo, decepción, admiración, satisfacción.

  • ¿Cómo podemos saber si sentimos alguna de estas emociones?
  • ¿Qué síntomas físicos y pensamientos sentimos cuando los experimentamos?
  • ¿Cómo los mostramos a los demás?
  • ¿Cómo son nuestras relaciones interpersonales?
  • ¿Sabes qué situaciones/personas/pensamientos pueden provocarlas?

El motor que nos mueve

¿Cuál es el siguiente paso para trabajar en nuestro equilibrio emocional? Automotivación. Cuando alcanzamos el autoconocimiento y regulamos adecuadamente nuestras emociones, somos capaces de centrar nuestros esfuerzos en conseguir lo que queremos cada día y esto nos hace felices.

Construir tu ego requiere tiempo y cuidado. El control y regulación de las emociones requiere muchas veces voluntad y trabajo personal e interpersonal. Para mejorar la automotivación necesitamos varios ingredientes como el optimismo, la iniciativa y la toma de decisiones, las ganas de éxito y, por supuesto, el compromiso.

Dirigir nuestros esfuerzos a veces no es una tarea fácil, pero si podemos ser persistentes, confiar en nuestras emociones y confianza en nosotros mismos, si adquirimos la capacidad de firmeza, estaremos más cerca de lograr nuestro equilibrio interior. por que nNadie camina sin rumbo, porque nadie toma un camino fácil., pero lo que imaginas.



Empatía y habilidades sociales para lograr el equilibrio emocional

¿De qué sirve crecer si no podemos compartir nuestro camino? Después de haber realizado la parte individual, que requiere una renovación continua, llega la parte social. La empatía y el contacto con los demás nos ayudan a continuar con nuestro desarrollo, probar nuevas emociones y alimentarnos de todo lo que nos ofrecen los demás.


Las relaciones interpersonales, y hacer que funcionen, son parte de un viaje personal, por lo que las habilidades sociales nos permiten crecer y fortalecer el equilibrio emocional. Somos seres sociales y de nada sirve tener todo el éxito del mundo o ser felices si no podemos compartir estos estados de ánimo.

El crecimiento personal viene con el trabajo, pero la recompensa por lograr la estabilidad y el equilibrio emocional es el mayor regalo.

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