Baja tolerancia a la frustración

Baja tolerancia a la frustración

Tolerar la frustración es aceptar que no siempre podremos conseguir lo que queremos, pero eso no debería causarnos dolor.

Baja tolerancia a la frustración

Última actualización: 24 marzo, 2022

La vida no es perfecta y ni siquiera podemos controlarla. Está lleno de situaciones y desenlaces alejados de nuestras expectativas. Aprender a aceptar y gestionar esta realidad es parte de nuestro desarrollo. Sin embargo, cuando este no es el caso e se crece con poca tolerancia a la frustración, se está condenado a numerosos sufrimientose.



Cuando algo no sucede como esperábamos, tenemos dos opciones: aceptarlo y seguir adelante o permanecer en el rol de negatividad y víctima.

En ningún caso cambiar lo sucedido es una opción. Entonces, ¿qué decidimos? La rigidez causa incomodidad y malestar..

Tolerancia a la frustración en la infancia

Durante la infancia aún no hemos desarrollado por completo nuestras habilidades cognitivas, lo que nos lleva a ser impulsivos e impacientes.

Es difícil para los niños posponer la gratificación, quieren algo lo antes posible. Ante la negación de sus deseos, suelen reaccionar con ira, lágrimas, gritos y mal comportamiento.

Enseñar a los niños a tolerar la frustración es una de las tareas más complicadas, pero absolutamente necesaria. No siempre es posible conseguir lo que quieres y esto no debería perjudicarnos.

Cuando a un niño se le niega algo en la infancia, se le priva de la oportunidad de desarrollar esta importante habilidad.

Deseando proteger a sus hijos del dolor y la desilusión, unAlgunos padres cumplen con todas sus solicitudes. Se rinden y tratan de satisfacer, con antelación, cada necesidad y deseo del niño para que no tenga que enfrentarse a ningún tipo de malestar.


Semejante actitud parte ciertamente de buenas intenciones, de un pensamiento amoroso: “ya tendrá tiempo de sufrir cuando sea grande”. Sin embargo, el niño tiene que lidiar con la frustración para aprender a tolerarla.


De lo contrario, en la vida adulta se presentará en mayor medida y no se contará con las herramientas necesarias para hacerle frente.

¿Cómo trabajar la baja tolerancia a la frustración?

Crecer con padres sobreprotectores marca nuestro punto de partida, pero no nos condena. En cada momento de nuestra vida adulta podemos decidir cambiar nuestra actitud y trabajar en nuestros puntos carenciados.

Si nos cuesta afrontar la adversidad, si la percibimos como una enorme injusticia, si sentimos un gran malestar cuando nuestros deseos no son concedidos, recordamos que podemos cambiar. ¿Cómo se puede hacer esto?

  • Deja de querer controlarlo todo. No trate de predecir cada pequeño evento de la vida. No hay razón para temer la incertidumbre o el cambio. Dejamos que todo siga su curso sin ceñirnos al resultado. La necesidad de control no da la posibilidad de cambiar los acontecimientos, sino que priva de tranquilidad.
  • establecer expectativas realistas. Es ingenuo creer que podemos conseguir todo lo que queremos en cualquier momento, que nunca tendremos que enfrentarnos a la adversidad. Ni las personas ni los acontecimientos giran a nuestro alrededor y debemos ser lo suficientemente maduros para aceptar este hecho.

En base a esto, debemos tratar de tomar una perspectiva más amplia, que tiene en cuenta la realidad y no sólo el ideal que uno tiene de ella.


  • Se Flexible. Es totalmente legítimo tener sueños y deseos, esperar que se hagan realidad y trabajar para hacerlos realidad. Sin embargo, también necesita entender que las circunstancias cambian y que hay que saber adaptarse a los cambios.

Si el escenario cambia, es importante poder cambiar también tus pensamientos y acciones. No nos quedamos rígidos en lo que creíamos que sucedería, buscamos una alternativa a la luz de la nueva información que ofrece el entorno.


Una cuestión de confianza

Ante cualquier adversidad o contratiempo, es recomendable aceptar la realidad y ser optimista. La baja tolerancia a la frustración esconde inseguridad, el miedo a no poder hacer frente a los aspectos negativos que nos depara la vida.


Para evitarlo, confiemos en nosotros mismos, en nuestra capacidad para gestionar el malestar y seguir adelante. Tal vez no todo salga como se espera y, a veces, esto es incluso bueno.

Así que recordamos aceptar el curso de los acontecimientos y adaptarnos a los cambios. No somos víctimas del destino, tenemos el poder de decidir cómo reaccionar.

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