Nuestro comportamiento: ¿por qué actuamos así?

Nuestro comportamiento: ¿por qué actuamos así?

¿Qué motiva nuestro comportamiento? ¿Qué modelos tenemos para interpretarlo? ¿Cómo puede ayudarnos a ser precisos en este análisis? Lo vemos en este artículo.

Nuestro comportamiento: ¿por qué actuamos así?

Última actualización: 18 agosto 2020

¿Alguna vez te has preguntado por qué nos comportamos como lo hacemos? Uno de los objetivos de la psicología, de hecho, una de sus principales aspiraciones, es responder a esta pregunta. En este artículo tratamos de identificar y definir el llamado propósito de nuestro comportamiento.



Para hacer esto, debe hablar sobre las necesidades esenciales, la motivación y cómo recuperar el control cuando las emociones aumentan y el instinto quiere tomar el control.

Para elegir sabiamente en la vida, tienes que escucharte a ti mismo, en cada momento de la vida".

- Abraham Maslow -

Necesidades primarias y propósitos de la conducta.

Existen diferentes modelos psicológicos o perspectivas para describir nuestras necesidades. Uno de los más conocidos es quizás la pirámide de Abraham Maslow. El psicólogo estadounidense sugirió que para superar un grupo de necesidades primero se deben satisfacer las del nivel subyacente. La pirámide de necesidades de Maslow se distribuye de esta manera:

  • Necesidades psicologicas: incluyen necesidades como la alimentación, el sueño, el descanso, el sexo o la respiración.
  • Seguridad: trabajo, salud, propiedad privada, seguridad física propia y familiar, etc.
  • Afiliación: amistad, cariño, familia, intimidad sexual.
  • Reconocimiento: confianza, autoestima, respeto, éxito.
  • Autorrealización: moralidad, espontaneidad, creatividad, aceptación de juicios y resolución de problemas.

De acuerdo con este esquema, por lo tanto, nuestro comportamiento puede estar motivado por necesidades. Por ejemplo, si no se satisfacen las necesidades de seguridad, nuestras acciones se orientarán hacia este objetivo. Estaremos motivados por el nivel de necesidades fisiológicas.



Todos compartimos las necesidades básicas, que es la base de la pirámide.. Estas necesidades explican nuestra forma de actuar. En otras palabras, la motivación estaría íntimamente ligada a la finalidad a la que se dirige nuestra conducta.

Motivación y comportamiento

Según el diccionario Sabatini Colletti, la motivación es el conjunto de fuerzas, factores, fenómenos internos de un individuo que contribuyen a dirigir sus acciones, su comportamiento.

La La motivación es una de Variables que afectan nuestro comportamiento. Es intrínseco cuando nos empuja a satisfacer un placer, extrínseco cuando está ligado a incentivos externos. Hay otras formas de clasificar la motivación:

  • Motivación orientada al éxito. Está en sintonía con la necesidad de actuar y superarse.
  • Orientado a la membresía. Está ligado a la necesidad de formar parte de un grupo, por lo tanto de estar en contacto con los demás.
  • Orientado al poder. Se trata de la capacidad de influir y controlar, pero también de ser reconocido.

Las fuentes de motivación son, por tanto, diferentes; varían según nuestra conciencia de la relación entre nuestras necesidades y nuestras acciones. A veces esta relación es aprendida, determinada por la cultura o la familia.

Es individual aunque algunos objetivos pueden ser compartidos. El punto es que no siempre reconocemos nuestras necesidades; Esto significa que podríamos actuar para satisfacer una necesidad que no hemos identificado conscientemente.

Esto muchas veces nos lleva a errar en la identificación de los vectores motivacionales que dirigen nuestras acciones; o las identificamos, pero mentimos cuando se nos pide que las expresemos.


¿Cómo evitar ser gobernado por sentimientos, hábitos y pensamientos?

Cuando no eres consciente de tus necesidades, es más fácil sentirse perdido, cortado de la vida. Es como si estuviéramos siendo guiados por una fuerza superior. Por ejemplo, si estamos dominados por el miedo y la vergüenza, mostramos evitación. Otras emociones como la ira y la alegría nos invitan a la acción.



Esto también se extiende a los pensamientos y hábitos. En otras palabras, traducir en acción e instantáneamente lo que sentimos y pensamos o simplemente seguir la inercia que marca la costumbre nos lleva a no entender lo que realmente queremos.

¿Qué podemos hacer entonces?

Necesitamos trabajar con nuestra conciencia para evitar que el propósito al que se dirige nuestra forma de actuar esté dictado por estos factores. Para ello, podemos:

  • Vive con la cabeza en el presente. Nos ayudará a estar más conectados. Desde esta posición será más fácil encontrar nuevas y mejores soluciones.
  • Meditar. Facilita la reflexión y el análisis.
  • Preguntándonos “¿por qué hago esto o a quién va dirigida mi conducta?”. Hacernos esta pregunta nos llevará a prestar más atención a los comportamientos que realizamos de forma automática; aquellos con los que a menudo dejamos que otros dirijan nuestra vida.

Más allá de eso, debemos estar en sintonía con nuestro bienestar, permaneciendo atentos a nuestra salud mental, física y social. De esta forma somos más conscientes de las necesidades que requieren nuestra atención.


Puede ser de ayuda practicar mindfulness, una técnica que, según algunas investigaciones, nos aleja del peligro de comportamientos sin sentido. Kudesia (2019) en un artículo publicado en Academy of Management Review, atribuye a esta práctica una mejor gestión de las situaciones a través de procesos de transformación.

En resumen, el propósito de nuestro comportamiento está determinado por varios factores. Es diferente en cada uno de nosotros y podemos seguirlo de la manera más auténtica tomando conciencia de por qué actuamos. Al hacerlo, tendremos más oportunidades de retomar las riendas de nuestra vida.

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