Cultivando la Paciencia: Estrategias y Beneficios

Cultivando la Paciencia: Estrategias y Beneficios

Muchos piensan que la paciencia es esa dudosa virtud que lleva a algunos a soportar cualquier adversidad, sin decir casi nada. Pero esta interpretación es inexacta.

Cultivando la Paciencia: Estrategias y Beneficios

Última actualización: 09 de febrero de 2022

Cultivar la paciencia es un arte, especialmente en los tiempos modernos. caracterizada por la prisa y el estrés. El término "paciencia" deriva de otro más universal: "paz".

Si falla, podríamos decir que es la "ciencia de la paz". Con el tiempo se ha producido una cierta alteración del significado original de la palabra.



Muchos piensan que la paciencia es esa cuestionable virtud que lleva a algunos a soportar cualquier adversidad, sin decir casi nada. Pero esta interpretación es inexacta.

Es una perspectiva que entiende la paciencia como una virtud pasiva, cuando en realidad constituye un elemento que nos obliga a recurrir a muchos de nuestros recursos emocionales.

Aunque la paciencia implica mantener la calma durante los momentos difíciles o ante la ofensa, no significa "quedarse quieto" y "aguantarse" hasta el agotamiento.

Impulsividad y paciencia

Dentro de cada uno de nosotros todavía hay un mamífero, más o menos depredador. Cuando el temperamento no está domado, tendemos a ser impulsivos.

Reaccionamos rápidamente para atacar o defendernos, sin tener claro lo que pretendemos conseguir ni la estrategia que utilizaremos para ello.

A veces ni siquiera podemos definir exactamente cuál es la amenaza que produce tales reacciones en nosotros. La paciencia es el extremo opuesto de la impulsividad. No es un estado de pasividad, sino una respuesta basada en la sabiduría y no en lo que nos gritan nuestras entrañas.

El tipo de paz que conduce a la paciencia es principalmente interno. Presupone un grado suficiente de equilibrio para frenar los impulsos primarios y reemplazarlos por un camino lento de análisis.



Esta paz interior requerirá un gran cultivo interior de una mente comprensiva, empática y paciente. Una mente que, a pesar de lo que sucede ahí fuera, sabe mantener la calma.

Mientras que la paciencia nos lleva a ser asertivos (decir lo que queríamos decir, hacer lo que queríamos hacer y pensar lo que queríamos pensar), lala impulsividad nos lleva a cometer errores.

Terminamos agravando problemas menores, creando distancias donde debería haber cercanía, y diciendo lo que nos manda nuestro impulso, en lugar de lo que puede hacer bien a todos.

Es por eso que el la paciencia es una de las grandes virtudes universales que incluso los guerreros más atrevidos han cultivado a lo largo de la historia.

cultivar la paciencia

Nadie nace con la virtud de la paciencia.. Por el contrario, el niño quiere lo que necesita y de inmediato. No tiene el sentido de la expectativa ni las herramientas intelectuales o emocionales que le permitan posponer un deseo. Crecer, por tanto, está íntimamente relacionado con aprender el significado de la paciencia.

Para alcanzar esta meta, en principio, se trata de negarse a reaccionar inmediatamente. A veces, unos segundos marcan la diferencia entre actuar de manera errática o comportarse de manera inteligente.

Como dice el sabio Shantideva: "Cuando veo que un amigo o un enemigo hace algo mal, recordaré que sucede debido a las circunstancias y mantendré la calma".

Shantideva nos presenta de esta manera que el comprender las circunstancias de una situación nos llevará a fortalecer nuestra paciencia.



es un entrenamiento Cuanto más entrenemos, más pacientes seremos. Cuanto más nos acostumbremos a esperar un momento antes de responder o actuar, más fácilmente insertaremos este comando en nuestro cerebro, obligándolo a razonar.

La respiración profunda siempre es un recurso fácil, que siempre tenemos a mano. Para cultivar la paciencia, también ayuda convencerse en su corazón y mente de que tiene el control de sí mismo.


Que todo lo que hacemos y no hacemos es exclusivamente nuestra responsabilidad. Que todo lo que suceda dependerá de nuestra forma de actuar.

Reflexiones finales

Teniendo esto en mente y con un toque de esperanza, podemos cultivar la paciencia. Recuerda que todo en la vida tiene un principio y un final.

Así como los momentos de felicidad van y vienen, la adversidad o los momentos tristes tampoco son eternos. La paciencia ayuda a que cualquier problema sea más manejable., menos duraderos y de consecuencias más controlables.


Si comenzamos a cambiar el enfoque hacia el control de nuestras emociones, comenzaremos a controlar la paciencia. En lugar de dar a los demás el poder de ponernos nerviosos, decidimos estar tranquilos o enojados.

Cuando seamos conscientes de que tenemos el poder de mantener la calma a pesar de los acontecimientos, habremos dado un paso muy importante. Un paso que nos llevará a disfrutar de una vida mucho más tranquila y serena.

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