Vivir plenamente, una decisión importante

Vivir plenamente, una decisión importante

Vivir en plenitud no es un estado, sino un camino en el que comprendemos que valemos más de lo que hemos hecho o logrado. Significa apreciar nuestra esencia mágica y comprender que somos un bien muy preciado.

Vivir plenamente, una decisión importante

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 19 de febrero de 2022

Vivir en plenitud es posible si valoramos lo que tenemos, lo que somos y lo que hemos vivido. El arte de sentirnos completos también nos permite ser emprendedores, exploradores de mejores caminos de vida con la fuerza necesaria que da la experiencia y el amor propio, en definitiva seguros. Pocos estados psicológicos son tan poderosos y satisfactorios.



TS Elliot solía decir que la plenitud que anhela el corazón humano está siempre disponible. Sin embargo, no lo vemos. No sabemos cómo llegar a esa dimensión porque en muchos casos no logramos captar un aspecto fundamental: la plenitud fluye en nosotros sólo cuando nos deshacemos de lo superfluo.

Se trata de entender que tenemos más de lo que pensamos. Tenemos que dejar de lado el miedo a perder ciertas personas o cosas para descubrir que a veces podemos vivir bien sin muchas de estas realidades. Al fin y al cabo, vivir en plenitud es como despertar consciente de quién eres para vivir con mayor equilibrio.

Suele decirse que esta dimensión llega en una etapa precisa de nuestro ciclo de vida, que es producto de la madurez. En los últimos años, la atención se ha centrado en la década comprendida entre los 50 y los 60 años en la que, presumiblemente, se alcanza el mayor grado de bienestar psicológico.

Sin embargo, nos gustaría subrayar que, en lo que respecta a la edad, nada es absoluto. Todos alcanzan la cima del desarrollo y la realización personal a su propio ritmo. Otros, sin embargo, nunca lo alcanzan.



"Para salir de donde no estás, para llegar, tienes que tomar un camino en el que no haya éxtasis".

-TS Elliot-

Vivir plenamente, vivir en equilibrio y satisfacción personal

Vivir plenamente no es un estado; no significa llegar a la cima de la pirámide de las necesidades de Abraham Maslow, el lugar donde reside la autorrealización, y pensar que todo acaba ahí, que por fin hemos alcanzado la felicidad.

En realidad, vivir plenamente es un camino: significa ser parte activa del fluir de la vida, sentirse fuerte y capaz hacia los eventos.

Por lo tanto, no se trata de una dimensión del desarrollo personal que sea fácil de alcanzar o conquistar. Las ciencias sociales tienen mucho interés en entender por qué logramos este desarrollo en tanto tiempo. Ahora más que nunca, la psicología social investiga nuestros recursos internos para alcanzar el bienestar.

Daniel Kahneman, psicólogo de la Universidad de Princeton, suele decir que gran parte de esta investigación presenta un problema curioso: la gente no sabe cómo definir la felicidad exactamente. En un estudio que realizó y publicó en la revista Science, mostró un hecho muy interesante que, al parecer, está claro para la mayoría de nosotros.

En su trabajo, el Dr. Kahneman nos ha demostrado que, en promedio, la gente sabe que el dinero no da la felicidad. También sabemos que la felicidad difiere de la realización personal. Sin embargo, la mayoría de nosotros aspiramos a esta última dimensión: sentirnos completos, plenos, en equilibrio con nosotros mismos y con la vida.


¿Cuáles son los secretos para vivir plenamente?

Vivir plenamente es lo contrario de vivir una vida vacía. Esta última condición ocurre cuando uno está desanimado, angustiado, lleno de miedo y se siente solo. Está claro que, de alguna manera, siempre tendremos que lidiar con estas realidades psicológicas.


Sin embargo, la persona que se esfuerza cada día por vivir plenamente es capaz de gestionarlos mejor. Así que veamos cómo alcanzar y desarrollar esta dimensión.


No somos lo que hacemos, somos lo que llevamos dentro

Pocas veces nos hacemos la pregunta: "¿Qué llevamos en nuestro ser?". Muchas veces nos definimos por lo que hacemos (soy enfermero, mecánico, etc.) o por lo que hemos vivido. Sin embargo, para vivir plenamente Convendría ser conscientes de lo que define nuestra personalidad:

“Soy pasión, soy esperanza, soy optimismo, soy determinación, llevo conmigo la compasión por mi trabajo, llevo el amor por mi familia, me gusta lo que soy y lo que he logrado”.

Sintámonos vivos en el “aquí y ahora”, con todas sus posibilidades

Vivir en plenitud no es un estado, es un camino y sobre todo una actitud. Significa tener claro lo que llevamos dentro y aprovechar al máximo el presente, el “aquí y ahora”.

Si vivimos con pasión, nos sintonizamos con nuestra realidad y podemos aprovecharla al máximo. Asimismo, si sentimos cariño, podemos cuidar de nosotros mismos y de nuestros seres queridos.


Además, si somos curiosos y nos gusta aprender y probar siempre nuevas experiencias, debemos aprovechar cada segundo para vivir y sentir la vida. Se trata de encontrar el equilibrio y la armonía entre lo que somos y lo que nos rodea.

Vivir plenamente no significa arrepentirse de lo que nos falta ni sufrir por lo que nos queda. Significa sentirse capaz de aceptar lo que no se puede cambiar, tener el coraje de transformar lo que se puede cambiar y seguir adelante sin perder el equilibrio personal.

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