El acné en la adolescencia no es solo un problema cosmético sino que también afecta la autoestima ya que provoca un gran malestar emocional. Presentamos los principales efectos psicológicos.
Última actualización: 28 de mayo de 2022
Durante la adolescencia, cada pequeña imperfección, cada aspecto de uno mismo que se desvía un poco de la norma, corre el riesgo de generar una gran angustia y un fuerte sentimiento de inferioridad. Esto es lo que sucede con la aparición de espinillas y acné. Aunque es una imperfección común, los efectos psicológicos del acné juvenil no deben subestimarse.
Esta condición tiende a manifestarse con el inicio de la pubertad debido a desequilibrios hormonales. Se estima que alrededor del 80% de los jóvenes de entre 12 y 18 años sufren acné y que en muchos casos puede prolongarse hasta la edad adulta, especialmente en las mujeres.
Aunque no es una enfermedad grave, puede causar angustia emocional y social. En las siguientes líneas analizamos en detalle los efectos psicológicos del acné juvenil.
Los efectos psicológicos del acné en la autoimagen
La adolescencia es una etapa de búsqueda, transformación y formación de la identidad. En este proceso la autoimagen adquiere gran importancia como un medio utilizado por los jóvenes para mostrarse al mundo.
A través de su apariencia pueden proyectar actitudes, gustos y preferencias y fusionarse con el grupo. Por esta razón, es común que los adolescentes se vistan muy parecidos a sus amigos o cambien su apariencia cuando cambian de grupo.
El acné contribuye a una percepción negativa de la propia imagen, ya que genera rechazo y baja autoestima. Hoy en día este sentimiento se ve acentuado por las numerosas imágenes retocadas, filtradas e irreales que abundan en las redes sociales.
En el caso del acné juvenil, el adolescente siente que no puede confiar en su apariencia para presentarse al mundo; en reversa, se convierte en un elemento que causa vergüenza y malestar constante.
Rechazo interpersonal entre los efectos psicológicos del acné juvenil
Si la autoimagen es fundamental durante la adolescencia, el grupo de iguales lo es aún más. Los compañeros se convierten en punto de referencia y cobijo; la socialización es fundamental en esta etapa e sentirse aceptado es crucial para un correcto desarrollo emocional.
El acné puede convertirse en motivo de rechazo, burlas o críticas. Por ello, dificulta la construcción de amistades y muy importantes primeras relaciones sentimentales durante la adolescencia. Los que sufren de acné pueden sentirse humillados y excluidos; en algunos casos, además, no es sólo una sensación, sino una realidad.
El acné juvenil afecta principalmente a la cara, por lo que es muy evidente. Esto hace que sea difícil ocultar y estando siempre presente influye constantemente en la socialización.
efectos emocionales
Lo descrito provoca, a su vez, diferentes efectos emocionales que pueden manifestarse de diferentes formas:
- La adolescente con acné sufre de baja autoestima y tiene una imagen negativa de sí mismo. No le gusta cómo se ve, por lo que se siente inferior o inadecuado. Incluso después de tratar o resolver el problema del acné, estas repercusiones emocionales pueden persistir, ya que la adolescencia es un período crítico para desarrollar la autoestima.
- La vergüenza del acné puede llevar al joven a aislarse y limitar su socialización y actividades de ocio. Renunciar a estas oportunidades estimulantes puede conducir a la apatía y estados emocionales negativos; en casos severos puede incluso desencadenar depresión.
- Los trastornos de ansiedad también son muy comunes.. La ansiedad puede llevar al joven a tratar desesperadamente de deshacerse del acné, lo que resulta en lesiones en la piel y signos posteriores. Si el menor es particularmente vulnerable, su malestar es tal que afecta el rendimiento académico y otras áreas de la vida. La fobia social suele ser una de las consecuencias más habituales en estos casos.
Reducir los impactos psicológicos del acné juvenil
Esta mancha en la piel no es solo un problema estético, ya que es afecta profundamente el bienestar emocional, las relaciones sociales, el rendimiento académico y el tiempo libre. Su impacto puede extenderse a prácticamente todas las áreas de la vida de un joven.
Por eso es importante no subestimes el malestar que experimenta el adolescente con acné y busca ayuda. Consultar a un dermatólogo y encontrar el tratamiento adecuado para el acné es crucial. Sumado a esto, es fundamental tratar el plano psicológico y emocional; el joven necesita expresar sus inseguridades y sufrimientos, así como encontrar apoyo y comprensión.
La familia debe ayudar al adolescente a construir una autoestima sólida que no se base solo en la apariencia física; para no sentirse inferior a sus compañeros.
En el mundo superficial de las redes sociales, y en la complicada (y a veces cruel) etapa de la adolescencia, el papel de los padres es fundamental para educar en valores y una correcta gestión emocional.
A pesar de ello, si el impacto psicológico del acné juvenil es elevado, es recomendable emprender un camino psicoterapéutico que pueda ayudar al joven a afrontar el problema.
