Brechas emocionales: ¿Por qué las sentimos?

Brechas emocionales: ¿Por qué las sentimos?

Todos nos sentimos vacíos de vez en cuando. Lo importante es detectar el vacío emocional, aceptarlo y llenarlo de la forma más sana posible.

Brechas emocionales: ¿Por qué las sentimos?

Última actualización: 31 de marzo de 2021

Es posible que hayas oído hablar de las "deficiencias emocionales", una expresión muy utilizada para describir estados emocionales específicos que incluyen ciertas actitudes. Más que carencias, sería correcto hablar de lagunas emocionales. Estas brechas metafóricas son comunes y se cree que tienen la mayor influencia cuando ocurren en la infancia.



La psicología utiliza varias metáforas en un intento de describir un fenómeno tan complejo. Sin embargo, no todas las metáforas son igualmente útiles.

El vacío, en este caso, no es un espacio con una presión inferior a la atmosférica, como describe la Física a través de la American Void Society. Más bien, describe un espacio que tiende a llenarse. En otras palabras, todo vacío genera la necesidad de ser llenado por quien lo siente.

Así que los vacíos emocionales son espacios en nuestro ser que tienden a llenarse. Los llamamos emocionales porque afectan el nivel emocional. Entonces, todos tenemos brechas, que crecen o se reducen según lo que sucede en nuestras vidas.

¿Por qué sentimos vacíos emocionales?

Muchos piensan que los vacíos emocionales son necesariamente producto de un trastorno. Nada más lejos de la realidad. La mayoría de las brechas emocionales resultan de la constante adaptación al entorno que tenemos que realizar cada día.

La vida es cambio y los cambios que se dan en las relaciones alteran nuestros vacíos. Ya sea creando vacíos, ampliando los existentes o llenándolos total o parcialmente, nuestras experiencias de vida afectan nuestro estado emocional.


Por otra parte, las brechas están relacionadas con las interacciones no solo con los demás, sino también con nosotros mismos. La autoestima, pero sobre todo el concepto de uno mismo, son fundamentales para que estas lagunas nos influencien más o menos. Depende de nosotros elegir llenarlos de cierta manera.


¿Cómo se pueden llenar?

Los vacíos emocionales necesitan ser "llenados". Obviamente es una necesidad emocional. Hay muchas maneras de llenar estos vacíos, que se pueden agrupar en dos categorías principales:

Llena los vacíos emocionales a través de los demás.

Los vacíos se pueden llenar con una miríada de elementos, como atención, aceptación, compasión y una sensación de seguridad. Una forma de llenar estos "vacíos" es buscar estos elementos en otras personas. Es decir, nuestras necesidades emocionales podrían ser satisfechas a través de la aceptación o atención de otras personas.

Sin embargo, si nos acostumbramos a llenar estos vacíos a través de otros, corremos el riesgo de desarrollar una adicción emocional en casi todas las relaciones que establecemos. Además, si una relación termina, nuestro vacío tendrá que ser llenado nuevamente por otra persona o por más personas.

Llenando los vacíos emocionales a través de ti mismo

Tomando una dirección muy diferente, estas necesidades pueden ser satisfechas a través de los mismos elementos mencionados anteriormente, solo que en este caso no las buscaremos en otras personas, sino en nosotros mismos.

Por lo tanto, nuestros vacíos pueden llenarse a través de la autoaceptación. Así no necesitaremos a nadie para llenar ese vacío, porque podemos hacerlo nosotros mismos. Por supuesto, esta solución requiere más tiempo y un enfoque más personal.


¿Por qué usar metáforas?

El uso de metáforas en psicología es muy útil en muchas áreas. Si nos referimos a la metáfora actual, existen varios casos de estudio que pueden beneficiarse de ella. Puede servir como una poderosa herramienta de introspección en personas que tienen o han tenido adicción emocional, y lo más importante, aquellas que tienden a tenerla.

De hecho, las brechas emocionales se pueden utilizar en un contexto más terapéutico, como herramienta proyectiva. Decirle al paciente cómo dibujaría o describiría su vacío, cómo es, cuándo se llenó por última vez o cuándo se vació, puede ayudarlo a tomar conciencia de estos mecanismos inconscientes que se generan en las interacciones.


Los vacíos emocionales son parte de nuestro ser. Más que negarlos conviene observar cómo son, cómo los llenamos y si hay algo que podamos hacer para evitarlos de forma que no nos priven de nuestra felicidad.

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