Sentirse fracasado: una emoción dolorosa

Sentirse fracasado: una emoción dolorosa

¿Quién no ha experimentado nunca la sensación de fracaso? Todo el mundo se ha sentido como un fracaso en algún momento de su vida. 

Sentirse fracasado: una emoción dolorosa

Última actualización: 20 de marzo de 2019

¿Quién no ha fallado al menos una vez en su vida? ¿Quién no ha experimentado nunca esta sensación? Ciertamente a todos les ha pasado sentirse como un fracaso en algún momento de su vida. 

La sensación de no haberlo logrado suele ser intensa, vital, dolorosa y, en ocasiones, beneficiosa para el desarrollo personal. Con el fracaso sufrimos, pero podemos aprender muchas cosas de él si lo enfrentamos con determinación, coraje y fuerza de voluntad.



Sentirse fracasado es una experiencia amarga

¿Qué es la quiebra? Hablamos de un sentimiento asociado a no poder alcanzar las metas deseadas a largo o corto plazo. Viene con una experiencia amarga, desagradable y frustrante. Todos pasamos por una experiencia similar. ¿Es parte de la vida, es la otra cara, la otra cara del éxito?

En este sentido, es bueno distinguir entre el sentimiento de fracaso ante un error o un verdadero contratiempo y ese sentimiento que se produce sin motivo alguno. En el primer caso, el sentimiento deriva de la experiencia de haber fracasado, donde es importante señalar algunos aspectos: la intensidad, la coherencia con el hecho que lo desencadenó y la forma en que se reacciona.

Por otro lado, en la mayoría de los casos sucede que la persona, una vez pasados ​​los primeros momentos, comienza a pensar en los motivos de su fracaso. Una vez hecho esto, será capaz de superarlo y evitar que la situación vuelva a ocurrir. Sin embargo, anormal es una reacción que es demasiado intensa, que dura demasiado o que no conduce a nada. 


Nuestra personalidad afecta la forma en que manejamos la bancarrota

Cuando se trata de reaccionar ante el fracaso, la personalidad es uno de los principales factores a considerar. En este sentido, personalidades fuertes y maduras ponen en marcha todos los mecanismos de defensa y para superar el revés de forma positiva. Las personalidades más débiles e inseguras tienden a colapsar ante obstáculos relativamente pequeños. Necesitan mucho apoyo externo para superarlos.


Por otro lado, pasa de sentirse fracasado sin razón, de experimentar fracasos imaginarios. Las cosas pueden ir relativamente bien para nosotros, pero aún así puede pasar que nos sintamos golpeados y hundidos, sin poder resolver el más mínimo contratiempo.

A veces tenemos la sensación de fallar y fallar, en general, o en algo en específico. En ese caso hablamos de fracaso imaginario. Este sentimiento de fracaso enciende los complejos de inferioridad y disminuye o acompaña los episodios de depresión.

Y luego, en una fase de depresión, se produce un colapso que puede ir acompañado de esta sensación y que entra dentro del campo de acción de la patología. No hay argumentos que lo sostenga: el punto de partida de este sentimiento no es ni real ni lógico.

El síndrome del fracaso

El síndrome del fracaso es esa sensación constante de haber fracasado, de no haber acertado en nada. Quien se siente fracasado cree que ya no tiene oportunidad. Este síndrome involucra el pasado, el presente y persiste en el futuro.

Puede ser tanto el resultado de motivos reales como de los imaginarios, pero el resultado siempre será que la persona se sienta insatisfecha consigo misma y con su vida. Una reacción casi predecible es hundirse en la frustración, la renuncia y el abandono.


Es una de las experiencias más desalentadoras para vivir. y el sujeto se convierte en un ser pasivo. Se hunde en la tristeza y la incapacidad de superarse a sí mismo.


Quien se siente fracasado pierde la iniciativa, la capacidad de lucha, la resistencia a lo inesperado; se hunde en fases depresivas y puede desear morir. No pocas veces, el alcoholismo y las drogas se convierten en la única salida.

Superar el fracaso es posible

Ante el fracaso, hay quien siente que se hunde y quien se siente perdido; los que recuperan fuerzas de la debilidad y no tardan en volver al camino. Sentirse fracasado no es el fin del mundoni la conclusión de aquello en lo que hemos fallado. Este es un punto de partida para superar el momento.


Necesitamos analizar el fallo y averiguar las causas. Tales causas pueden ser metas sobredimensionadas, no haberlo hecho todo, mala preparación, exigencias excesivas, etc. Lo mejor es conocer tus errores, corregirlos y superarlos, planificando nuevas estrategias de actuación y comportamiento.


Sentirse fracasado: hay que reaccionar

Recuerde: los fracasos se pueden superar. Sentirse fracasado es una sensación pasajera y depende de nosotros evitar que se vuelva crónico. Además, en ciertas situaciones solo podemos aprender a comportarnos después de cometer un error.

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