Volverse más tolerante de 4 maneras

Volverse más tolerante de 4 maneras

Ser más tolerante significa abrir la mente, escuchar y respetar las opiniones de los demás, incluso cuando no las compartimos. Descubre cómo desarrollar esta habilidad.

Volverse más tolerante de 4 maneras

Última actualización: 18 de febrero de 2022

La tolerancia es una virtud fundamental que todos debemos ejercer, dado que vivimos en sociedad y nos relacionamos con los demás todos los días. Ser más tolerante es útil, en primer lugar, para evitar discusiones y conflictos interpersonales. Además, nos permite conocer las opiniones y puntos de vista de los demás. Entonces, ¿por qué es tan difícil para nosotros?



Los seres humanos construyen su identidad en torno a sus valores, opiniones y creencias. Por eso tratamos de proteger esta esfera y mantenerla intacta a lo largo de los años.

De hecho, sentimos que parte de lo que somos entra en juego cuando nos enfrentamos a puntos de vista que entran en conflicto con los nuestros, especialmente si somos personas que no son muy flexibles y tienden al pensamiento dicotómico de "blanco o negro". Sin embargo, si quieres empezar a ser más tolerante, existen varias estrategias posibles a seguir.

Formas de volverse más tolerante

Reconocer prejuicios personales.

Como decíamos, es normal tratar de mantener intactas las propias creencias. Es por eso que desarrollamos varias distorsiones cognitivas. Por ejemplo, tendemos a buscar y aceptar información que coincida con nuestras ideas, mientras que al mismo tiempo ignoramos o rechazamos información que las contradice. Este mecanismo suele ser automático y se desarrolla sin plena conciencia. Por eso, considerar esta tendencia puede ayudarnos a abrir la mente.

Antes de rechazar una idea, intente pensar si lo está haciendo porque realmente cree que no es cierto o correcto o simplemente porque va en contra de su posición actual. Del mismo modo, trata de preguntar sobre diferentes puntos de vista sobre el mismo tema, en lugar de quedarte en tu percepción inicial.



Apertura a la diversidad

Muy a menudo la intolerancia es el resultado de la ignorancia porque vivimos en círculos sociales cerrados y en contextos poco heterogéneos. Cuando esto sucede, recurrimos a estereotipos para juzgar a una comunidad o apoyamos una posición de todos respecto a una idea que en realidad no logramos comprender. Para evitarlo, nada mejor que abrirnos a la diversidad y la novedad.

Viajar, conocer otras culturas, hablar con personas de diferentes nacionalidades, opiniones e intereses puede ampliar mucho nuestra mirada. Tener una experiencia directa de otras realidades nos llevará sin duda a tener una actitud más abierta y tolerante.

Escucha activamente

Para ser más tolerantes, es fundamental aprender a escuchar. Muchas de nuestras discusiones no son más que una lucha por el poder, en la que, en realidad, no nos interesa lo que el otro tiene que decir.; no hacemos más que replicar a sus argumentos (sin siquiera evaluarlos) e imponer nuestras opiniones como las únicas dignas de mención.

Escuchar implica una demostración de puro interés en las palabras de la otra persona; significa escucharlos, analizarlos, reflexionar sobre ellos y hacer preguntas útiles para aclarar su punto de vista. Este proceso no necesariamente tiene que hacernos cambiar de opinión, pero nos ayudará a comprender las razones de la otra persona y empatizar con ella.

Estar dispuesto a cambiar de opinión

Por imposible que parezca, en ocasiones la intolerancia es un reflejo del miedo a perder esas creencias que tenemos desde hace tiempo. Cambiar de opinión no es fácil, porque implica admitir que estamos equivocados y esto puede ser percibido como una señal de debilidad o fracaso.


Nada más lejos de la realidad: cambiar de opinión es sabio y no hay vergüenza en adoptar una posición diferente después de enterarse de hechos que antes ignoramos. Esta es una señal de madurez y nos ayuda a crecer como personas.


Ser más tolerantes no significa cambiar quiénes somos

En primer lugar, recuerda que ser tolerante no significa estar de acuerdo con la opinión de otra persona, sino simplemente respetarla. Cada uno de nosotros es único y nuestros gustos, intereses y decisiones de vida no siempre pueden coincidir; sin embargo, esto no significa tener que rechazar a los demás.

Tal vez no compartes el estilo de vida elegido por un amigo, no estás de acuerdo con la opinión de tu pareja sobre un tema en particular, o tal vez no entiendes por qué otra persona ha tomado una determinada decisión.


Sin embargo, la intolerancia solo causará sufrimiento, ira y confusión, además de crear conflictos interpersonales. El respeto, la capacidad de escucha y una mentalidad más flexible te ayudarán a crear relaciones más armoniosas y, en ocasiones, incluso a descubrir puntos de vista que antes no habías considerado.

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