¡Errores, benditos errores!

¡Errores, benditos errores! Desde temprana edad, la sociedad nos ha estado enseñando que cometer errores es algo negativo, algo que se debe evitar a toda costa ya que el camino hacia la realización está libre de errores y pasa de un éxito a otro. Sin embargo, es una creencia errónea que muchas veces se convierte en un obstáculo en nuestro camino. De hecho, nunca nadie ha podido escapar de los errores porque también son parte de la formación, los errores nos hacen quienes somos y, en última instancia, nos hacen personas más resilientes. Los errores nos permiten aumentar nuestra tolerancia a la frustración, obligarnos a madurar y, sobre todo, enseñarnos qué estrategias no debemos seguir y cuál es el camino más adecuado.

Sin embargo, cuando sabemos aceptar un error, se convierte en un obstáculo en nuestro camino que desgarra nuestra autoestima y nos mantiene en nuestra zona de confort, donde nos sentimos seguros y protegidos, pero donde nos atascamos.



5 consejos para aprender de nuestros errores

1. Acepte sus errores. El miedo a cometer errores es a menudo tan grande que muchas personas intentan negar sus errores a toda costa poniendo la responsabilidad en otros o en causas externas. Sin duda es una estrategia muy cómoda y fácil, pero no nos permite crecer. Cuando aceptamos nuestros errores estamos dando un paso de gigante en el camino del crecimiento personal, porque aceptamos que podemos cometer errores y asumimos nuestra parte de responsabilidad.

2. Identifique dónde se equivocó. No basta con aceptar que nos hemos equivocado, si queremos aprender de ello debemos reflexionar sobre los hechos que nos han llevado a cometer errores. Solo así podremos aprovechar la oportunidad de crecer que nos ofrece el error. Pregúntese qué sucedió y descubra dónde salió mal. Descubrir las razones le permite no cometer el mismo error en el futuro.



3. Elimina el sentimiento de culpa. A menudo, después de analizar un error y asumir nuestra parte de responsabilidad, comenzamos a sentirnos culpables. Sin embargo, la culpa es uno de los sentimientos más limitantes y dolorosos que experimentamos. Reflexionar sobre un error no significa iniciar una caza de brujas, sino emprender un camino de crítica constructiva. El hecho de que nos hayamos equivocado no significa que seamos peores personas o que nuestro valor haya disminuido, sino que tendremos que esforzarnos más la próxima vez con el apoyo de una experiencia más rica detrás de nosotros también. Recuerda que un error puede marcar tu vida de forma permanente, volviéndote una persona más infeliz y consumida por la culpa o, por el contrario, puede ayudarte a crecer.

4. Apóyese en los que le rodean. A veces estamos tan inmersos en una situación que no podemos evaluarla objetivamente, en estos casos las opiniones de quienes nos rodean son invaluables. No deberíamos sentirnos avergonzados de admitir que nos equivocamos o disculparnos y ayudar a identificar qué, cómo y por qué hicimos mal. De hecho, te sorprenderá descubrir que reconocer tus errores también te puede hacer ganar puntos, en lugar de quitarlos, es lo que se conoce como el Efecto Pratfall, según el cual las personas que cometen errores nos simpatizan más porque los sentimos. más cerca de nosotros.


5. Diversifique sus intereses. A veces estamos tan obsesionados con la perfección y con el logro de nuestras metas en un área en particular (como el trabajo o una relación) que nos olvidamos por completo de los demás aspectos de nuestra vida. Entonces, cuando nos equivocamos en alguna de esas áreas que consideramos "sagradas", el mundo cae sobre nosotros. Sin embargo, a medida que aprendemos a darle a todo el peso que le corresponde y nos sumergimos en más actividades, nos damos cuenta de que un simple error no es el fin del mundo.


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