Confía más en lo que escuchas que en lo que piensas

Confía más en lo que escuchas que en lo que piensas

Confía más en lo que escuchas que en lo que piensas

Última actualización: 04 2015 noviembre

"En lo más profundo de cada uno de nosotros yace una conciencia instintiva y sincera que resulta ser, si se lo permitimos, la guía más segura".

 

A veces sentimos que tenemos un sexto sentido, como cuando, por ejemplo, percibimos la presencia de algunas personas que podrían hacernos daño. Por lo general, tendemos a subestimar este tipo de información intuitiva porque no se basa en parámetros racionales, y esto aumentaría la probabilidad de equivocarnos.



No obstante, nuestra voz intuitiva puede ser extremadamente útil e importante cuando nos disponemos a conquistar el mundo. Nuestro cerebro, de hecho, procesa enormes cantidades de información de las que no somos conscientes.

Es decir, cuando tenemos una corazonada, debe haber una razón. Nuestra mente trabaja sin declarar lo que hace, nos habla, pero no nos da explicaciones. Por supuesto, el mundo no está estructurado de tal manera que se base únicamente en intuiciones, pero a veces deberíamos prestarles un poco más de atención.

La intuición es claridad desconocida para la mente, pero conocida para el corazón.

Dicen que el intelecto siempre tiene razón, pero que la intuición nunca se equivoca. Aunque esto no siempre sea cierto, sigue siendo cierto que la conciencia a menudo sobreestima su capacidad de control.

Como se mencionó en las primeras líneas de este artículo, sucede que a veces no nos gusta algo, pero no podemos entender por qué. A menudo en estos casos somos llevados a ignorar casi automáticamente la información que nos está enviando nuestro sexto sentido, siguiendo adelante.

De hecho, es posible tener una idea de una persona en solo unos momentos; en la práctica, solo seis son suficientes. Es una técnica fácilmente adaptable a múltiples contextos, dado que saber discriminar rápidamente sujetos que pueden ser tóxicos o conflictivos es de suma importancia para proteger nuestra integridad.



Intuición emocional: empatía

 

El poder de la comprensión intuitiva te protegerá de cualquier dolor hasta el final de tus días.

La intuición juega un papel particularmente importante cuando se trata de emociones. Aquí es donde entra en juego la empatía, que no deja de ser una especie de intuición. ¿Con qué certeza podemos decir que las emociones que estamos experimentando son reales?

Con el tiempo, lidiar con este tipo de información conduce a la formación de una capacidad espontánea destinada a favorecer el desarrollo de la disposición intuitiva. En el amor esto adquiere especial relevancia. Si bien es posible que no sepamos exactamente qué es ese sentimiento que nos hace decir que alguien nos ama, por lo general nunca nos equivocamos.

Otro discurso es la tendencia o no de todos a prestar atención a su sexto sentido; el corazón tiene muchas buenas razones para dejarse guiar por la intuición. De hecho, es gracias a ella que uno puede protegerse de múltiples sufrimientos.

La intuición se convierte en la capacidad de reconocer situaciones, personas y las consecuencias de lo que sucede a nuestro alrededor. Sin embargo, prestar atención ciegamente a tu sexto sentido puede provocar una ruptura en nuestro interior, por lo que es importante no exagerar.

A este respecto, parece probado con certeza que, en la actualidad, las mujeres son más capaces de discriminar y leer las emociones de otras personas rápidamente, saber si existe una ficción, identificar la mentira o reconocer si una pareja se ama de verdad.


Los peligros de la intuición

Ser capaz de generar juicios de forma rápida y sin esfuerzo puede llevar a situaciones equívocas y, por tanto, hacerte perder de vista gran parte de la belleza de la vida y de las personas con las que te encuentras todos los días.


Por estas razones se hace imprescindible saber contenerse, tratando de elaborar hipotéticas situaciones mentales en las que nuestros prejuicios adquieren la característica de ser erróneos. En otras palabras, cuando nos damos cuenta de que estamos actuando a partir de suposiciones o sentimientos reflejos sin grandes cimientos, es bueno detenerse un momento y pensar.


No hay misterios: lo importante es saber reaccionar cuando nos damos cuenta, para que no nos dominen los sentimientos, sino que sabemos cómo monitorearlos y equilibrarlos en el momento de la acción.

 

Es esencial atribuir a nuestra intuición el lugar que le corresponde. Debemos mostrarnos capaces de darle la debida importancia, comparándola al mismo tiempo con la realidad, para lograr el equilibrio que nos permita avanzar por todos los caminos de la vida.

 

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