Cómo dejar de castigarte por un error del pasado

Cómo dejar de castigarte por un error del pasado Todos cometemos errores, algunos más y otros menos, algunos son errores reales mientras que otros son equívocos sin ninguna consecuencia. Sin embargo, la forma en que manejamos los errores varía mucho de una persona a otra. Algunas personas pasan más fácilmente mientras que otras quedan atrapadas en la culpa y comienzan a auto-castigarse.

Vale la pena recordar que cuando cometemos un error una de nuestras primeras reacciones es culparnos a nosotros mismos. Esto es perfectamente normal. Pero una cosa es buscar responsabilidades y aprender de los errores y otra muy distinta es llorar por la leche derramada y pasar años de nuestra vida castigándonos por el error que cometimos.



¿Por qué surge la necesidad de castigar?

El autocastigo suele estar profundamente ligado a la autoestima. Cuando tenemos baja autoestima tendemos a pensar que todo lo que pasa es culpa nuestra y merecemos ser castigados. Luego nos autoimponemos penitencia, que puede ser más o menos pesada. Sobre la base de este mecanismo no solo existe la creencia de que no somos dignos de estima, sino también mucha rabia que nos volvemos hacia nosotros mismos.

Las personas que tienden a castigarse más cruelmente son precisamente las que crecieron en entornos demasiado autoritarios y rígidos en los que los errores se consideraban defectos más que oportunidades de crecimiento. Esta tendencia también se observa en los perfeccionistas que tienden a ver los errores como un ataque a su imagen y a la integridad que han estado construyendo.

Otras veces, las personas se castigan a sí mismas porque no pueden disculparse o porque son demasiado rígidas para perdonarse a sí mismas. De hecho, a menudo se dice que somos nuestros jueces más severos.


De cualquier manera, la verdad es que castigarte a ti mismo es una forma de expiar los pecados y sentirte mejor contigo mismo. La persona piensa que su comportamiento ha sido indigno y como no puede repararlo, se le impone una penitencia que lo "liberará" del peso del daño causado. Sin embargo, el problema es que habitualmente esta penitencia tiende a no acabar nunca y, en lugar de dar alivio, acaba creando un daño enorme a la persona.


7 consejos para dejar de castigarte

1. Acepta que castigarte a ti mismo no resolverá nada. Si cometió un error y tuvo un impacto negativo, intente solucionarlo o contener el daño. Si es posible, discúlpese. Si no puede disculparse, tal vez porque no puede hablar con las personas directamente, aprenda del error para asegurarse de no volver a cometerlo.

2. Hable sobre el error. Cuando las personas se sienten culpables, a menudo tienden a aislarse de los demás. Sin embargo, tan pronto como esté listo para hablar sobre la situación, debe confiar en alguien. A menudo, otros lo sorprenderán con una perspectiva más imparcial de los eventos que ayudarán a aliviar la carga de la culpa.

3. Aprenda a ser amable con usted mismo. A menudo es más fácil ser amable y condescendiente con los demás que con nosotros mismos. Una gran estrategia es imaginar que hay un niño muy pequeño dentro de nosotros. Debemos controlar nuestro diálogo interno para evitar decir algo que pueda lastimar a ese niño.

4. Entender los errores como oportunidades de crecimiento. Las personas que se castigan a sí mismas a menudo ven los errores como fallas o defectos por los que determinan su valor. Sin embargo, siempre se debe pensar que el camino hacia el éxito está lleno de fracasos. Y, a menudo, las lecciones de vida más importantes provienen de los errores.


5. Vea las cosas en perspectiva. Un mecanismo que perpetúa la culpa es pensar que si pudiéramos retroceder en el tiempo actuaríamos de manera diferente. Sin embargo, es importante darse cuenta de que en ese momento, con el conocimiento que teníamos y las circunstancias en ese momento, tomamos la decisión que considerábamos más adecuada. Aceptar esto es extremadamente liberador.


6. Aprenda a ser flexible en el juicio. Detrás del castigo suele esconderse una persona rígida que no quiere aceptar el hecho de que cometió un error. Sin embargo, debemos recordar que entre el blanco y el negro hay miles de tonalidades. Ser un poco más sensibles mentalmente y alejarnos del pensamiento polarizado nos ayudará a abordar la vida con una perspectiva más abierta.


7. Sea claro sobre quiénes somos. Las personas que se castigan a sí mismas durante años terminan olvidando quiénes son para convertirse en alguien que simplemente lleva el peso de la culpa sobre sus hombros. A veces, es como si toda su vida se hubiera reducido a ese accidente. Para salir de este círculo vicioso es importante recordar quiénes somos y que tenemos cualidades positivas. Eres mucho más que tu propia culpa.


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