Dieta y Candida

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La dieta contra candida tiene como objetivo prevenir la proliferación excesiva de este microorganismo, privándolo de nutrición y fortaleciendo las defensas inmunológicas del organismo.



¿Qué es Candida?

Candida albicans es un hongo saprofito que se encuentra comúnmente en la cavidad oral, el tracto gastrointestinal y la vagina; el adjetivo saprofito enfatiza su capacidad de beneficiar al cuerpo humano sin dañarlo ni traer beneficios.

De hecho, la proliferación de cándida está controlada por el sistema inmunológico, por las bacterias probióticas que pueblan el intestino y por los lactobacilos de la flora vaginal. Sólo cuando estas defensas se ven socavadas por factores como el estrés severo, el uso de antibióticos y una higiene vaginal excesiva, la cándida adquiere connotaciones patológicas; en este caso hablamos de candidiasis, una enfermedad cuyas manifestaciones pueden afectar a la piel, la vagina, la piel y, en individuos inmunodeprimidos como el VIH positivo en estadio avanzado, a todo el organismo.


Una premisa importante

Muchos defensores de la medicina holística creen que el crecimiento excesivo de cándida en el intestino humano (candidiasis intestinal) es responsable de síntomas como depresión, mal humor, fatiga, pérdida de memoria, dolores de cabeza y un deseo excesivo de dulces.


Los mismos autores intentan remediar el problema mediante una serie de reglas dietéticas, útiles para reequilibrar la microflora local y reducir la cantidad de estos hongos.

Estas reglas son la base sobre la que se construye la dieta candida, propuesta por primera vez al público en general a través del libro The Yeast Connection: A Medical Breakthrough de Crook, WG, publicado en los Estados Unidos en 1983.

Antes de examinar los principios en los que se basa, comencemos por decir que no hay certeza sobre la utilidad de esta dieta y mucho menos sobre el vínculo entre los síntomas anteriores y la candidiasis intestinal.

Por otro lado, reducir excesivamente la variedad de alimentos consumidos no solo hace que la dieta sea monótona, demasiado restrictiva y, como tal, difícil de seguir, sino que también provoca, a la larga, importantes déficits nutricionales. Por este motivo, antes de emprender la dieta contra la cándida, es muy importante contactar con un experto en la materia, como un médico o un nutricionista.


Qué comer

Comidas que se deben evitar

Las reglas básicas de cualquier dieta para derrotar a la cándida requieren la eliminación de azúcares, alcohol y alimentos ricos en levaduras y micotoxinas.

Por este motivo, en la parte superior de la "lista negra" encontramos sacarosa, frutas (tanto azucaradas como deshidratadas), la mayoría de los cereales, bebidas azucaradas y alcohólicas (en particular cerveza), alimentos ahumados o alimentos ricos en conservantes, cacahuetes, vinagre, pan (se permite el pan sin levadura) y quesos duros.

Alimentos útiles

Por otro lado, la dieta cándida favorece el consumo de yogur sin azúcar (como alimento rico en bacterias útiles para la salud intestinal), formulaciones específicas de probióticos y prebióticos, ajo, cúrcuma y diversos alimentos fermentados como el miso o el kéfir.


Se permite pescado, huevos, carnes magras, aceite de oliva y otros aceites de semillas, arroz integral, algas y verduras (bien lavados).

suplementos

La dieta anticandida da mucho espacio a algunos suplementos, como los probióticos antes mencionados (especialmente bacterias del género Lactobacillus), prebióticos (FOS e inulina), ácido caprílico, ácido sórbico y sorbatos, y complementos a base de fibras solubles (pectina, goma guar, psyllium y semillas de lino).


Por su parte, la fitoterapia sugiere el uso de:

  • Algunos aceites esenciales (orégano, menta, tomillo y árbol de té), para tomar exclusivamente en forma de cápsulas (si no se dosifican con cuidado son muy peligrosos);
  • Adaptógenos: inmunoestimulantes, como anquilostomas, pau d'arco y equinácea;
  • Coleréticos - colagogos, como cúrcuma o alcachofa, extractos carminativos, como hinojo, comino y anís;
  • Antibacterianos, como el propóleo y el rizoma seco de Hydrastis canadensis.

Duración de la dieta

La duración de la dieta cándida depende de la salud general del organismo, la gravedad de los síntomas y su duración; Al respecto, existen opiniones encontradas, pero las personas que responden con éxito a la terapia dietética dicen que es necesario seguirla durante al menos cuatro semanas antes de ver los primeros resultados. Para muchos otros se trata de meses.

Las elecciones de alimentos de las primeras semanas son particularmente rigurosas, tanto que la ingesta total de carbohidratos puede caer por debajo de los 60 gramos. Por supuesto, se deben tener en cuenta los factores anteriores, así como el sexo, la estructura corporal, la actividad física y el peso inicial del paciente.


También en estas etapas preliminares, puede suceder que los síntomas empeoren, tanto porque el cuerpo se está acostumbrando lentamente a la nueva dieta, como porque el cuerpo está "inundado" con las toxinas de los microorganismos moribundos.

A medida que mejoran los síntomas, la dieta anticandida puede volverse menos estricta, pero para evitar recaídas es bueno seguir moderando el consumo de azúcares simples y carbohidratos de índice glucémico medio.

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