Demostración del amor: de la teoría a la práctica

"Si de verdad me amas, enséñame: dame una demostración de amor que no me deje ninguna duda de que de verdad me amas, y te creeré".

Una canción de Fabrizio De Andrè, la balada del amor ciego, cuenta la historia de un hombre que, para mostrar su amor a una mujer egoísta e insensible, se quita la vida a petición de esta última.

Sin llegar a afirmaciones similares y absurdas, quizás todos hemos intentado encontrar pruebas, una demostración de amor de los que decían que nos amaban.



A menudo, el "semi amor entonces ..." se usa no tanto para tener confirmación como para tener poder: si el otro nos ama, se verá obligado a mostrárnoslo haciendo lo que le pedimos.

es una forma de manipulación que a menudo se considera normal en las relaciones.

Quizás sean pequeñas cosas pero sigue siendo una actitud en la que tratamos de obtener su sumisión de los demás, de mandarlos.

Siempre que manipulamos a alguien a quien se supone que amamos, surge nuestro egoísmo y nuestra afirmación de que la gente nos da satisfacción de la manera que creemos que es mejor.

 

¿Demostración de amor ... o egoísmo?

Demostración del amor: de la teoría a la práctica

La demostración de amor se convierte así en una excusa para hacer sentir culpables a quienes no nos complacen e inducir a quienes no quieren decepcionarnos a satisfacer nuestros deseos y caprichos.

Otras veces esto se convierte en la prueba que necesitamos para poder confiar en los demás, como si sin este "bautismo" no fueran dignos de nuestra confianza.

Aquí radica el verdadero engaño de las demostraciones de amor: no tienen nada que ver con el amor.


Amar significa dar a los demás sin pedir nada a cambio., y por tanto sería inútil conseguir una demostración del amor de los demás, ya que no lo esperamos.


No sólo.

La prueba no tiene sentido por qué se amamos, dejamos que otros sean libres para hacer lo mismo, para elegir si amarnos o no, mientras que una demostración es una forma de imponer nuestra voluntad a los demás.

También esconde la idea de que tenemos el poder sobre ellos para hacerlos felices y esto depende de la prueba que busquemos.

 

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El amor no se muestra, se ofrece

Siempre surge una demostración de amor, entonces, de la afirmación de que la gente nos "ama" a nuestra manera, según nuestras ideas: él me ama si hace lo que yo digo significa que debe adaptarse, debe cambiar y ser lo que yo quiero.

Al reclamar esto no le damos espacio al amor.

No tiene sentido pedirle a alguien una muestra de amor: si nos ama lo hace porque quiere y ciertamente no somos jueces de su amor (que en ese caso se convertiría en tal para nosotros solo si se adapta a nuestras pretensiones).

Además, amar significa dar a los demás y no esperar nada, ni siquiera que nos amen o que lo demuestren.


Más que amor la manifestación en cuestión es prueba de dependencia, inseguridad e inmadurez emocional de los que lo piden.

Demostración, por tanto, de no saber amar. Pero también oportunidad para empezar a vivir diferente y hacer del amor una fuerza capaz de transformar verdaderamente nuestra vida.

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