Sal: uno, ninguno, cien mil

    Sal: uno, ninguno, cien mil

    Il Venta en los últimos años ha sido tildado de enemigo de nuestra salud. En promedio, de hecho, se consume demasiado y, a menudo, se hace sin saberlo, ya que los alimentos procesados ​​y envasados ​​son ricos en sodio "oculto". Los sospechosos habituales son las carnes curadas y los alimentos enlatados, pero es posible que se sorprenda del contenido de sodio del pan envasado y muchos aderezos.


    • Sal de mesa refinada común: está compuesto en gran parte por cloruro de sodio y se somete a un intenso proceso de purificación que elimina minerales como magnesio, potasio y calcio, que se consideran impurezas. Después del refinado, la sal puede reforzarse con aditivos desintegrantes y muy a menudo con yodo, dando lugar a la sal yodada. 


    • Sal marina de mesa: esta sal se deriva de la evaporación del agua de mar. Existe en una versión refinada pero también en una versión completa. La sal marina entera no contiene una mayor cantidad de minerales: como, por ejemplo, magnesio, cobre, zinc, fósforo.

    • Sal rosada del Himalaya: su color se debe al óxido de hierro. Es una sal fósil con orígenes muy antiguos: se formó hace unos 250 millones de años gracias al secado de mares y lagos durante la fase de construcción del Himalaya. Su sabor es equilibrado y tiende a conservar el aroma del alimento al que se añade. Según sus admiradores, los beneficios de esta sal son muchos: la sal rosada es más saludable porque es rica en oligoelementos; es puro porque fue depositado hace millones de años cuando no había contaminación de los mares y es fácilmente asimilado por el organismo humano gracias a la estructura de los cristales.


    • Sal gris bretona: se produce en el sur de Bretaña y su color gris se debe al contenido de arcilla. Por tanto, es una sal marina atlántica, muy rica en magnesio y muchas otras sales minerales y más pobre en sodio que la sal refinada. La característica única de esta sal es el ligero regusto a sal que la hace apta para todos los platos a base de pescado, carnes blancas y verduras hervidas. 



    • Sal negra de Hawaii: cosechado en la pequeña isla hawaiana de Molokai. Su color viene dado por el hecho de que la sal se combina con el carbón vegetal activado, al que se le atribuyen propiedades desintoxicantes. En la cocina también se suele utilizar como condimento decorativo.

    • Sal azul de Persia. Sal de roca natural muy rara que se extrae de las minas de sal de Irán. Su coloración depende de la presencia de silvita. Tiene un regusto especiado.


    • Sal ahumada de Dinamarca: esta sal se ahuma con roble, enebro, haya, olmo rojo y cereza. Por tanto, su sabor es más decisivo y es excelente si se utiliza para condimentar platos de carne y verduras.    

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