Habilidad para discutir: cómo refinarla

Habilidad para discutir: cómo refinarla

La capacidad de argumentar o discutir es fundamental en momentos en los que, en mayor o menor medida, disponemos de todos los medios para expresar nuestra opinión.

Habilidad para discutir: cómo refinarla

Última actualización: 24 de marzo de 2020

En un momento histórico en el que parece obligatorio opinar sobre cualquier tema, puede resultar fascinante seguir los debates. Estos aparecen como un hecho natural de la vida social; te asistimos continuamente en diferentes contextos, desde las redes sociales hasta la televisión. Por lo tanto, siempre es útil desarrollar la capacidad de discutir, quien sabe que tarde o temprano también tenemos que enfrentarnos a una discusión.



Por otra parte, saber argumentar es una habilidad que se practica con frecuencia, pero a la que se dedica poco estudio. Es evidente que también se puede desarrollar la capacidad de discutir, sin embargo la educación ha relegado esta competencia a un objeto de estudio específico. El resultado es que, aunque la retórica se considera una competencia transversal, muchas veces no encaja en ningún currículo y por tanto acaba siendo una habilidad ausente.

El pensamiento crítico, la argumentación y las técnicas de refutación son herramientas imprescindibles cuando queremos defender una idea o una afirmación. Las redes sociales son un campo de entrenamiento perfecto.

Si tratamos de analizar las refriegas mediáticas, podemos identificar fácilmente varios vacíos de comunicación. La más común -y también la más triste- es la falta de respeto a quienes no piensan como nosotros.

Pensamiento crítico y habilidades analíticas.

El pensamiento crítico es uno de los elementos de la capacidad de debatir. Significa ser capaz de pensar de forma independiente, distinguiendo el argumento sólido de la pista falsa. Al volvernos críticos, podremos entender que una opinión se forma a menudo sobre la base de una simple repetición de conceptos dentro de campañas ad hoc.



El pensamiento crítico sigue otro camino: se alimenta del pensamiento lógico, del análisis crítico de las ideas, sin llegar a conclusiones precipitadas. Escapa de análisis distorsionados, eufemismos y afirmaciones basadas únicamente en hipótesis.

Como hemos dicho, el pensamiento crítico se puede entrenar. Comienza eligiendo conscientemente la fuente de la información.. Es igualmente importante separar la información del medio del que la hemos obtenido. Es cierto que el medio puede inspirar más o menos confianza, pero esto no nos exime de un análisis crítico de la información.

El argumento

Presentar un tema, o una serie de temas, significa proporcionar información y razones por las que defendemos una idea. Esto es especialmente cierto cuando el tema se presta a debate y discusión. Teniendo siempre como base el pensamiento crítico, la capacidad de argumentar se compone de varios elementos:

  • Aunque parezca obvio, el tema de discusión es el primer elemento. Es necesario conocer el tema sobre el que se está debatiendo, ya sea de política, economía u otro. Debes tener conocimiento del tema, no solo una opinión.
  • La tesis que queremos defender. Es la idea o ideas principales sobre las que girará la discusión. Es conveniente tener una opinión clara si queremos poder presentarla correctamente.
  • El cuerpo de la tesis. Es el desarrollo de la idea o de la posición defendida. Aquí analizamos el tema de la discusión desde todos los puntos de vista. Consta de dos elementos: argumentación y refutación.
  • La conclusión. Puede ser completo o abierto si no se ha llegado a una conclusión definitiva y se sugieren más ideas o desarrollos futuros sobre el tema. Por otro lado, es importante saber cerrar un debate cuando ya ha agotado su curso o las posiciones están muy arraigadas.

La refutación de la capacidad de argumentar

La refutación parte del principio de que los argumentos del interlocutor se consideran inconsistentes. Puede ocurrir que la persona con la que estamos discutiendo haya generalizado, partiendo de una experiencia personal, y haya llegado a conclusiones incorrectas. Le puede pasar a cualquiera.



Además de las posibles lagunas, hay que tener en cuenta que para cada declaración puede haber un argumento en contrario, la idea que la refuta. A esto se deben aplicar los mismos parámetros de lógica y pensamiento crítico de la tesis inicial. De lo contrario, caerá en la incoherencia.


Uno de los elementos de la capacidad de argumentar es saber manejar los contraargumentos con inteligencia. Si alguien ha cometido el error de generalizar demasiado, podría ser interesante trasladar la idea a un contexto más amplio. Por ejemplo, si la discusión es sobre impuestos en España, puede ser una buena idea informar sobre la situación en otros países.

"Aquellos de nosotros que no exponen voluntariamente sus ideas al riesgo de refutación no están participando en el juego de la ciencia".

Karl Popper

Algunas técnicas para desarrollar la capacidad de argumentar

Mejorar la capacidad de argumentar es una fortaleza que te servirá muchas veces y en todos los ámbitos de la vida. Requiere inteligencia para analizar y recursos que se pueden entrenar, algunos de ellos muy simples. Uno de ellos es el hábito de hacer uso de argumentos racionales basados ​​en ideas ya aceptadas por la sociedad. y que, en general, relacionan causa y efecto o se basan en analogías.


La capacidad de argumentar es un arte que se puede adquirir y entrenar. Es una habilidad social que vale la pena cuando tienes ganas de invertir en ella. En este sentido, existen cursos de formación específicos que te permiten adquirir todas las técnicas y herramientas necesarias.

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