Alimentos y ácidos grasos omega-3

Alimentos y ácidos grasos omega-3

Dentro de cada célula de nuestro cuerpo hay grasas que cumplen funciones importantes: los ácidos grasos, con funciones energéticas, metabólicas y estructurales.


Los ácidos grasos son los precursores de sustancias similares a las poderosas hormonas locales (eicosanoides), importantes porque controlan la inflamación, la respuesta inmune, la presión arterial.

Los ácidos grasos se pueden clasificar en ácidos grasos saturado (SFA) e insaturado. Estos últimos se diferencian en ácidos grasos. monoinsaturi (MUFA) e poliinsaturados (PUFA).


Entre los ácidos grasos esenciales, que deben tomarse con los alimentos, el ácido araquidónico (AA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA) se consideran muy importantes para el bienestar y la salud de todo el organismo.

AA pertenece a la clase de ácidos grasos omega-6, EPA pertenece a la clase de omega-3. De hecho, lo que más importa es la manteniendo el equilibrio adecuado entre omega-6 y omega-3.

La cantidad y calidad de los ácidos grasos esenciales introducidos a través de la dieta influye en la cantidad de omega-3 y omega-6. presente en nuestro cuerpo. Mantener el equilibrio adecuado entre omega-6 y omega-3 es de gran importancia en la prevención de algunas patologías (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares). Además, es importante en estados fisiológicos particulares como el embarazo y el envejecimiento.


Los valores ideales la relación entre estos dos ácidos grasos (AA / EPA) también varía según el grupo de edad y según se tome o no complementos de ácidos grasos esenciales.

Una proporción ideal de AA / EPA implica:

- mayor eficiencia del sistema inmunológico;

- una inhibición de los fenómenos inflamatorios (que son la base de muchas patologías discapacitantes);

- una reducción del nivel de triglicéridos circulantes;

- una regresión del proceso aterosclerótico.

Se cree que la optimización de la relación AA / EPA puede conducir a una mejora en el estado de bienestar psicofísico general.


Según las investigaciones científicas más recientes, cuando la relación AA / EPA es superior a los valores ideales, es necesario cambiar su dieta para aumentar el nivel de omega-3 o simplemente complementar su dieta con altas dosis de omega-3. compuestos (por ejemplo, aceite de pescado). Sin embargo, es importante no exceder el consumo de omega-3. De hecho, se ha visto que su consumo excesivo podría, en algunos casos, reducir las funciones del sistema inmunológico, exponiéndolos a infecciones.

 

Alimentos ricos en omega-3

El porcentaje del contenido de omega-3 de los productos de cereales es muy bajo y la cantidad de antioxidantes es prácticamente nula. Esta observación no significa que uno deba eliminar los productos de cereales de la dieta, sino simplemente controlar y moderar su consumo a favor de alimentos ricos en ácidos grasos esenciales de la clase omega-3.


Los omega-3 están presentes en alimentos particulares, especialmente en productos de origen pesquero (los mas ricos son salmón, sardina, arenque, caballa y atún). Cabe recordar que cocinar productos de pescado cambia significativamente el contenido de ácidos grasos en detrimento de los omega-3, este es el caso de la fritura.

Los omega-3 también están presentes en algunas plantas y en algunos alimentos de origen animal como pollo, pavo y huevos, aunque hay que recordar que en las carnes la relación omega-6 / omega-3 está decididamente a favor de la primera. Por otro lado, los omega-3 están prácticamente ausentes en embutidos y quesos.

Es interesante señalar que los animales de granja tienen una proporción de omega-6 / omega-3 casi inalterada contra los del estado libre, pero presentan un mayor cantidad de ácidos grasos saturados, por lo que desde el punto de vista de la salud pueden representar un peligro para la aparición de diversas patologías (por ejemplo, patologías cardiovasculares).


El ácido graso omega-3 más presente en las verduras esÁcido alfa-linolénico, presente principalmente en hortalizas de hoja verde, legumbres, frutos secos, aceites de linaza y soja, extracto de colza. Este ácido graso se transforma en EPA y DHA. Estos últimos son cruciales para el buen funcionamiento del cerebro, la retina y las gónadas y ejercen una acción protectora frente a la aparición de enfermedades cardiovasculares.


Una disminución excesiva de los ácidos grasos omega-3 puede caracterizarse por síntomas neurológicos, disminución de la agudeza visual, lesiones cutáneas, retraso del crecimiento, reducción de las habilidades de aprendizaje.

El nivel de ingesta diaria de ácidos grasos omega-3, recomendada por la empresa de nutrición humana y el país, en un sujeto adulto sano, es alrededor 1-1.5 gramos. Después de un período de 2-3 meses, la integración debe aportar el valor de la relación en torno a valores ideales. Una vez alcanzado este nivel, es fundamental optimizar la ingesta de omega-3 para mantener el nivel de AA / EPA en torno al valor ideal.

La integración debe realizarse teniendo en cuenta la historia clínica del paciente, patologías y estados fisiológicos particulares, como embarazo, lactancia, vejez. Por estas razones Siempre es recomendable ponerse en contacto con su médico o un especialista en nutrición para evaluar el suplemento adecuado tanto en términos cualitativos como cuantitativos.


Antes de iniciar una terapia de suplementación con ácidos grasos es muy importante conocer su estado oxidativo. Está científicamente comprobado que, en presencia de estrés oxidativo y en ausencia de una buena defensa antioxidante, los radicales libres oxidan las grasas. Las grasas oxidadas son peligrosas para la salud arterial. Entonces, en este caso, la ingesta de ácidos grasos estaría lejos de ser beneficiosa.

 

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