10 comportamientos típicos de personas miserables

10 comportamientos típicos de personas miserables

Paul Watzlawick, un psicólogo austriaco, afirmó que los humanos tienen un talento innato para la tragedia. Lo demuestra en su libro "El arte de amargar tu vida", en el que ilustra que convertir la vida en una experiencia miserable para nosotros y los que nos rodean es un trabajo duro a tiempo completo.

El arte de arruinar la vida está al alcance de todos

Actualmente existe un imperativo que se puede encontrar en todas partes: disfrutar. La ansiedad por alcanzar la felicidad ha llegado a límites insospechados. Pero a pesar de esto, todavía hay personas que se desviven por ser miserables y amargar sus vidas. De hecho, si les prestamos atención notaremos que dedican una enorme cantidad de energía a transformarse en sus propios verdugos.



La imaginación es su herramienta más poderosa para convertir su vida en un suplicio. Sin embargo, hay que prestar atención a estos comportamientos porque nadie está exento de caer en su red o empezar a amargarse la vida sin darse cuenta.

1. Tener miedo de todo lo posible y lo imposible

El miedo es un sentimiento normal que tiene un papel adaptativo porque nos protege del peligro. Pero cuando subimos el nivel de miedo dejamos de vivir. Vivir constantemente con miedo no es vivir, es morir lentamente. Las personas miserables se aseguran de que todo se convierta en una amenaza, por lo que terminan viviendo en una zona de confort cada vez más pequeña.

2. Aburrirse, hasta el cansancio y mucho más

Si quieres que el tiempo sea más lento y que todos los días cuenten, haz algo nuevo todos los días. Si quieres que las páginas de tu calendario vuelen, déjate consumir por la rutina. La mejor opción para hacer la vida miserable es hacer siempre las mismas cosas de la misma manera, seguir la misma rutina año tras año y cerrarse a todo lo nuevo. Estas personas tienen todos los motivos para quejarse, pero no se dan cuenta de que ellos mismos construyeron el muro a su alrededor.



3. Deportar "maravilla" y "maravilla" en la "tierra de nunca"

No hay nada que nos haga sentir más vivos de lo que continúa el descubrimiento. Cuando descubrimos algo nuevo, nuestro cerebro se activa y estamos felices, satisfechos y eufóricos. Al contrario, los miserables se rodean de un halo de “todoterreno”: nada los asombra, y lo que asombra a los demás se cataloga como el plagio de algo que ya existe. Así, en su vida todo se vuelve predecible, su existencia está llena de aburrimiento porque han cerrado las puertas para evitar que suceda algo maravilloso, por pequeño que sea.

4. Discutir por estupideces, por el "placer" de discutir

Para las personas miserables, tener la razón es más importante que hablar para llegar a un acuerdo. Es un problema difícil de manejar, sobre todo en las relaciones, porque estas personas se centran en los detalles para arruinar su día y, en consecuencia, arruinarlo para su pareja. El problema es que estas personas no discuten por cosas importantes, ni por defender determinados valores, pero se ponen eufóricas, atacan y es imposible mantener una discusión civilizada con ellos.

5. Elimina la palabra "gratitud" del vocabulario.

Estas personas han desarrollado una visión muy negativa del mundo, por lo que no encuentran ninguna razón para sentir gratitud. Son incapaces de encontrar algo positivo en cada situación, no se dan cuenta de todas las cosas buenas que tienen porque solo se enfocan en los fracasos, errores y debilidades. A menudo piensan que sólo las personas "estúpidas" pueden sentir gratitud y que el mundo es un valle de lágrimas en el que nunca pasa nada bueno.

6. Quejarse de todo y de todos


Dado que las personas miserables no tienen motivos para sentirse felices o agradecidos, por lo general se quejan de todo, se vuelven quejosos crónicos. Tanto la conversación como su diálogo interno se enfocan solo en las cosas negativas que les suceden. Se quejan cuando llueve, pero también cuando hace sol, cuando tienen trabajo y cuando lo pierden, cuando gana la derecha y cuando gana la izquierda… De esta forma pierden muchas buenas oportunidades porque solo ven lo negativo lado de las situaciones.


7. El pasado determina el presente, ad infinitum

Lo que sucedió en el pasado todavía se arrastra hacia el presente. Estas personas logran hacer todo lo posible para llevar la carga de oportunidades perdidas, desperdiciadas o ignoradas. Incluso recuerdan las malas notas que recibieron en la escuela, a pesar de que ya pasaron 30 años. Piensan que "los malos recuerdos son para siempre". Sin embargo, si el pasado ha sido mejor entonces piensan que nunca volverán a ser felices y se resignan a morir un poco cada día.

8. Elige la peor versión de ti mismo

Todos tenemos ciertas características de personalidad que no nos facilitan la vida. Algunas personas tienen tendencia a la ansiedad, otras a la obsesión, la paranoia o la hipocondría. Son lo que se conoce como "personalidades acentuadas". La mayoría de la gente intenta compensar estos rasgos y limitar sus efectos mejorando otras características positivas. Las personas infelices, en cambio, las acentúan. Se desviven por ser la peor versión de sí mismos y dejan que estas características determinen su existencia. Entonces pueden asumir que todos los días de su vida serán negativos.


9. Desconfíe de los demás como lo haría un "agente secreto" paranoico

“Ningún hombre es una isla completa en sí mismo”, dijo Eduardo Galeano. Necesitamos a los demás, el contacto con los demás nos trae muchos beneficios, pero solo cuando somos capaces de mantener relaciones interpersonales asertivas. La gente miserable se asegura de que esto no suceda. Desconfían constantemente de las intenciones de los demás y si les haces un favor o un cumplido, inmediatamente piensan que hay una segunda intención, que queremos algo o que es una forma velada de humillación. Las personas desdichadas siempre dependen de lo que los demás no dicen, más que de lo que realmente dicen. Evidentemente, de esta forma acaban estando solos. Así que tienen otra razón para quejarse de lo miserable que es su vida.


10. Si todo sale mal, la culpa es de otros

Para vivir infeliz, hay una forma que nunca falla: culpar a los demás. El problema es que si asumimos la responsabilidad significa que también tenemos la capacidad de ser felices y de cambiar. Por el contrario, las personas miserables señalan a los demás con el dedo acusador. Todas sus desgracias son siempre culpa de otros: los padres que no les dieron la educación adecuada, tener un hijo demasiado temprano, un jefe-déspota en el trabajo, un socio imprudente o el político de turno. Todo chivo expiatorio es bueno. Pero no hay nada mejor para ser miserable que el odio gratuito.

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