Vivir en el extranjero: ¿serías capaz de integrarte?

Vivir en el extranjero: ¿serías capaz de integrarte?

¿Podrías adaptarte a vivir en un país extranjero? Estamos a punto de contarte un estudio que ha identificado las variables que juegan un papel más importante en estos contextos.

Vivir en el extranjero: ¿serías capaz de integrarte?

Última actualización: 24 marzo, 2022

Hoy más que nunca parece que el mundo se hace cada vez más pequeño. Las largas distancias ya no son un problema y cada día entramos en contacto con personas que vienen de otros países, de otras culturas que nos parecen cada vez más cercanas y accesibles. Son muchos los que deciden irse a vivir al extranjero.



Unos lo hacen por necesidad, otros por necesidad. mejorar la calidad de vida, por estudio, por trabajo e incluso por motivos afectivos. Lo cierto es que viajar, conocer mundo y mudarse a otro lugar, integrarse y adaptarse al estilo de vida del mismo no es lo mismo.

La psicología también se ha interesado por esta adaptación a contextos distintos al propio. En las últimas décadas, varios estudios se han centrado principalmente en el estrés que provoca lo que no sabemos y sobre la capacidad de cada uno de nosotros para hacer frente a otra cultura, así como sobre la conexión de ésta con la creatividad de los individuos.

Pero hasta hace muy poco el impacto de las normas sociales no había sido explorado de otras culturas en el bienestar de las personas que buscan integrarse a ellas. Un equipo de investigadores deUniversidad de Essex, dirigida por Nicolas Geeraert, publicó en marzo de este año un informe sobre el impacto de las normas sociales y los rasgos de personalidad que inciden en la integración de quienes se van a vivir al extranjero.


La rigidez de las normas sociales

Aunque vivimos en un mundo globalizado en muchos sentidos, las normas sociales siguen dividiendo al mundo y, en muchos casos, dan la sensación de crear más distancia. Además, estos son los factores que hacen más o menos difícil la integración de un nuevo residente.


Este estudio explica, en pocas palabras, que hay países "difíciles" por la rigidez de sus normas sociales y la falta de tolerancia hacia la desviación de estas normas. Por otro lado, hay países más “flexibles”, cuyas normas sociales son menos rígidas y que pueden contar con un nivel de tolerancia bastante alto hacia otras costumbres.

Para personas nacidas y criadas en países o culturas "difíciles", se adaptarán mejor vivir en el extranjero. Estas personas, de hecho, han desarrollado una percepción muy rígida de las normas sociales y las reconocen y se adaptan a ellas con mucha facilidad.

Independientemente de haber nacido en un país y no en otro, lo que confirma este estudio es que la estrechez cultural incide negativamente en la facilidad de adaptación a otras culturas. Es más, los factores que ralentizan significativamente este impacto pasan de querer ser aceptado a desempeñar su papel, a través de la cooperación con los demás, sin esperar un trato diferente y rechazando la tentación de romper las reglas.

El experimento: vivir en el extranjero

El equipo de Geeraert trabajó con 889 voluntarios que participaban en un programa de intercambio internacional. Eran estudiantes de secundaria que habían vivido durante 18 meses con una familia anfitriona en el país de destino y que habían asistido a la escuela local.


Se les entregaron cuestionarios. para medir el grado de adaptación sociocultural, que se refiere a hacer las cosas de la manera "correcta". También se evaluó el ajuste psicológico, es decir, si se sentían cómodos. Y finalmente, los cuestionarios midieron los seis rasgos de personalidad: apertura a la experiencia, humildad-honestidad, amabilidad, emotividad, conciencia y extroversión.


En total, 23 países habían enviado y recibido a los estudiantes. Algunos de estos países fueron considerados particularmente "difíciles". Es el caso de India y Malasia, Japón o China. En el otro extremo de la línea, se incluyeron países más “flexibles”, como Brasil y Hungría, Nueva Zelanda y Estados Unidos.


Los resultados del estudio.

Después de analizar los datos recopilados, las conclusiones del equipo de Geeraert confirmaron los resultados esperados. Las personas que habían viajado y vivido en países flexibles eran las que tenían menos problemas de adaptación a las normas sociales. Sobre todo los que venían de países difíciles desde el punto de vista normativo, mucho más que los que pertenecían a culturas más flexibles o informales.


Además, la integración en el país extranjero fue mayor para quienes se habían comportado de manera humilde y amable.. En conclusión, parece que los dos factores más importantes a la hora de elaborar la predicción de un mayor o menor nivel de adaptación a la vida en el extranjero serían el tipo de personalidad y la distancia (o proximidad) entre los factores culturales propios y los del destino elegido. .

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