Tensión muscular inducida por el estrés

Tensión muscular inducida por el estrés

El impacto de las emociones en el cuerpo no es insignificante. En este artículo veremos cómo afecta el estrés al organismo, cómo se manifiesta y cómo podemos combatirlo para que no se traduzca en tensión muscular. 

Tensión muscular inducida por el estrés

Última actualización: 19 de febrero de 2022

¿El dolor de cuello no le da tregua, incluso mientras está sentado en su escritorio y mantiene una postura correcta? ¿Sientes dolor en la mandíbula cada vez que llega una carga de trabajo repentina? Probablemente sufres de tensión muscular inducida por el estrés: la expresión física de un trastorno cada vez más extendido.



El artículo Academic Stress define bien los síntomas psicológicos relacionados con el estrés, describiéndolos como respuestas a continuas solicitudes diarias; respuestas que provocan nerviosismo, pérdida de control y agotamiento físico.

Los compromisos son continuos y el estrés busca la forma de manifestarse, incluso a nivel físico. Aquí, entonces, aparece ese dolor de espalda, dolor de mandíbula y dolor de cabeza.

Un serio problema

Dado que gran parte de la población sufre de tensión muscular inducida por el estrés, esta condición se ha normalizado. Esto hace que muchas personas, convencidas de que no pueden intervenir, acepten pasivamente la situación. Este no es precisamente el lado negativo de la aceptación: la resignación.

Sentir tensión en los hombros nos advierte que llevamos una carga excesiva de trabajo o estudio. Sentimos esta parte del cuerpo rígida y, a menudo, sufrimos contracturas musculares que pueden extenderse hasta el cuello.

¿Sientes la necesidad de mover los hombros o de masajearlos? Un ligero dolor puede ocurrir al principio, pero si no intervenimos para reducir el estrés, con el tiempo el malestar puede volverse crónico.


Además, cuando el estrés es muy fuerte, es común notar que los músculos de las piernas están excesivamente contraídos. Puede parecer un problema menor, pero en su lugar aparecen los calambres nocturnos. Quizás te hayas identificado con esta descripción.


"El estrés debe ser una poderosa fuerza impulsora, no un obstáculo".

–Bill Philips–

La tensión muscular inducida por el estrés aumenta el riesgo de lesiones

Puede sonar exagerado, pero no lo es. La tensión muscular puede convertirse en un factor de riesgo de lesiones si se ignora durante demasiado tiempo. Los atletas lo saben bien, por eso se estiran después de un entrenamiento intenso. El objetivo es relajar los músculos en lugar de ganar flexibilidad.

Cuando sufrimos de tensión muscular inducida por el estrés, la tensión no proviene del ejercicio, por lo que no se nos ocurre estirar los músculos. Pero los músculos están tensos, por lo tanto expuestos a todo tipo de trauma..

Prevenir y reducir el estrés.

Si no tomamos medidas para reducir o prevenir la tensión muscular, esta se intensificará. En este sentido, acudir al fisioterapeuta es, en ocasiones, como poner una tirita en la herida: de nada sirve si no actuamos directamente sobre el factor subyacente.

¿Cómo podemos reducir el estrés diario? Con una serie de técnicas que, aparentemente sencillas, requieren de nuestra participación consciente. Una vez superada la pereza natural, ofrecen cambios importantes que te permiten sentirte mejor.

  • Técnicas de relajación: meditación, atención plena, yoga y similares. Podemos contar con una gran cantidad de técnicas para relajarnos y liberarnos del estrés acumulado en el cuerpo. Las pausas activas en el trabajo son el momento ideal para tomarlas.
  • Practica la asertividad. Si puedes decir "no", hazlo. Esta opción se nos presenta muchas veces, pero nuestra necesidad de aprobación de los demás nos impide utilizar este recurso. No ponga en riesgo su salud por este motivo.
  • Reestructuración cognitiva. Es una gran herramienta que se puede adquirir con la ayuda del psicólogo. Consiste en tomar distancia de una situación muy estresante para identificar su origen y poder gestionarla mejor.

Finalmente, hay que recordar un aspecto muy importante: cuando ya no estés en el contexto estresante, concéntrate en el momento presente. 



De la naturaleza que te rodea mientras caminas, del bienestar que sientes cuando entrenas tus músculos en el gimnasio, de la alegría de los amigos con los que compartes proyectos. Por último, pero no menos importante, déjese guiar por un especialista.

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