Solo hay una madre

Solo hay una madre

Solo hay una madre

Última actualización: 03 de febrero de 2015

Mirando por la ventana en este día de invierno me vienen muchos pensamientos a la mente. Y hoy, mientras estaba solo en mi habitación, pensé: ¿Realmente estamos solos en esta vida, aunque estemos rodeados de nuestra familia, pareja o amigos? Creo que sí, en parte es cierto. Cuando solo vemos oscuridad, desolación o estamos pasando por un momento de depresión, la certeza de tener un hombro donde llorar siempre será de inmensa ayuda y nos permitirá levantarnos: pero a veces ni siquiera esto es suficiente para hacernos recuperar y salir completamente del pozo en el que hemos caído. Hay heridas que solo el tiempo puede curar.



Madre y su eterno perdón

Sin embargo, estoy seguro de que hay alguien que siempre estará a nuestro lado, desde el mismo momento en que venimos al mundo: nuestras madres. El vínculo que tenemos con ellos es tan fuerte y natural que hace que siempre se preocupen por nosotros. Cuando somos pequeños nos protegen de cualquier peligro, cuando crecemos y nos hacemos niños nos ayudan en el estudio, cuando nos enamoramos por primera vez nos recuerdan que debemos mantener los pies en la tierra. En breve, las madres son la voz de la conciencia que tanto necesitamos tomar decisiones correctas en la vida.

Y así, incluso cuando somos injustos con ellos y nos enfadamos porque son demasiado protectores, siempre estarán allí dispuestos a perdonarnos, cuando sea necesario. Aunque no los tratemos como se merecen o respondamos mal. Como dijo el gran escritor ruso Lev Tolstoy, "El corazón de una madre es un abismo en cuyo fondo siempre hay perdón". Y tenía razón. Hagamos lo que hagamos, la mayor parte del tiempo nuestras madres estarán ahí, dispuestas a perdonarnos mil veces.



Ellos son los que nos necesitan en la vejez.

Después de leer estas líneas, seguramente estarás de acuerdo en que toda madre merece el máximo respeto. Por eso, cuando llega la vejez, es importante que todo lo bueno dado regrese, y que los cuidemos, para darles cariño y amor, y lo que necesiten, en la medida de lo posible. Especialmente si ya no tienen un esposo en quien confiar.


¿Te sientes un poco culpable porque recientemente te peleaste con tu amada madre? Hay un remedio para todo. Acércate a ella, dile que quieres arreglar las cosas y luego sal con ella a dar un paseo oa cenar. Seguro que en ese momento le darás el mejor regalo del mundo: amor, cariño y el cuidado de su hijo.


Imagen cortesía de ferarditi

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