No tolero más y reclamo mis derechos

No tolero más y reclamo mis derechos

Decir en voz alta "no tolero más" cuando es necesario mejora las relaciones interpersonales. No debemos sentirnos culpables por ello, al contrario: al clarificar nuestros límites establecemos barreras que apuntan al equilibrio y al bienestar.

No tolero más y reclamo mis derechos

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 30 de diciembre de 2021

"No soporto más"... ¿Alguna vez has dicho esta frase? Lo hiciste reivindicando tus derechos, poniendo límites y dejando claro que ya no tolerarás determinados comportamientos o actitudes.



Sin embargo, ya pesar de que tener la asertividad adecuada no siempre es fácil, este recordatorio debe aplicarse a diario. Nadie merece vivir en el amargo territorio de las necesidades silenciadas.

El miedo tiene muchas caras. Es sutil, complejo y siempre devastador. Porque no es sólo la sombra de una amenaza o peligro. También está el miedo a la decepción, la preocupación de no ser lo que los demás esperan.

Está el miedo al fracaso, a ser rechazado cuando los demás están acostumbrados a que les digan “sí” a cada una de sus peticiones. Cuando eso sucede, cuando estamos atrapados en una vida sin límites emocionales y límites para protegernos, se produce el caos y el desorden.

Podemos ofrecer a los demás la imagen de una persona siempre ordenada, eficiente y solidaria, pero dentro de nosotros todas nuestras partes están sueltas, confundidas y desconectadas unas de otras. La identidad se desdibuja y la autoestima se consume.

Albert Ellis, un conocido psicoterapeuta y defensor de la terapia emocional racional, ha prestado especial atención a este problema.

Ellis argumenta que uno de los "monstruos psicológicos" más comunes que nos impiden avanzar es la necesidad de hacer todo bien para que los demás lo reconozcan y luego tratarnos como nos merecemos. Esta idea, esta ilusión, es una gran fuente de sufrimiento.



"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente".

-Ludwig Wittgenstein-


No tolero más: cómo reclamar derechos y límites personales

Cuando decimos “no tolero más”, no solemos hacerlo siempre de la mejor manera. Surge de repente. Como el sonido de una cafetera manteniendo la presión durante demasiado tiempo.

Cuando eso sucede surgen emociones negativas, frustración e ira. No es bueno llegar a estos extremos. No es bueno descuidar la buena higiene de tus límites personales.

Encontrando tu "punto débil"

Todos tenemos un punto débil o una zona de confort donde nos sentimos bien, seguros. Ahora bien, ¿qué significa exactamente este término cuando se aplica al campo de los límites personales?

  • Encontrar ese estado en el que no nos sentimos ni bien ni mal. Es ese momento equilibrado y sereno en el que nos encontramos "bien", donde nada choca, duele o perturba.

A veces será útil permanecer en esa zona de confort donde no solo nos sentimos seguros, sino también donde podemos identificar mejor dónde están los límites que nadie debe cruzar.

  • Cuando decimos en voz alta “No tolero más”, estamos reclamando un espacio para nosotros. Es un punto de inflexión donde ya no permitimos que ciertas cosas y ciertas personas socaven nuestro equilibrio y bienestar, nuestro "punto débil".
  • Para llegar a este meridiano personal es necesario clarificar los propios límites. Es un ejercicio de autoconocimiento valiente que requiere tiempo y una sincera apertura hacia nosotros mismos.
  • Decimos esto por una sencilla razón: los demás suelen dar por sentadas muchas de nuestras acciones. Nos damos por vencidos, aceptamos, continuamos, perdonamos y nos decimos que no pasa nada, que podemos con todo… Cuando por supuesto que no.

Aaron Beck, quien ayudó a teorizar la terapia cognitiva o la terapia cognitiva conductual (TCC), dijo que muchas de nuestras tensiones psicológicas surgen de este tipo de contradicciones.



Reforzamos ideas equivocadas, justificamos lo injustificable y olvidamos nuestras necesidades y esos límites que deben proteger nuestra identidad y nuestra autoestima.


“No soporto más”: reclama tus derechos sin sentirte culpable

Pocas cosas son tan importantes para el bienestar psicológico como la falta de disonancia, la fidelidad a los propios principios. Decir “he llegado hasta aquí” tantas veces como sea necesario no debería hacernos daño.


El peso de la culpa o del remordimiento no debe caer sobre ellos mismos Porque más allá de lo que podamos pensar, lo que realmente estamos haciendo es intentar que nuestras relaciones sean sanas.

Asimismo, no podemos olvidar que cuidándonos, colocándonos en esa zona de confort donde nos sentimos seguros y protegidos, garantizamos nuestro bienestar. Y cuando te sientes bien, eres capaz de dar lo mejor de ti a los demás, para crear lazos más auténticos y sinceros.

Por otro lado, estudios como el realizado por la Dra. Rita Ellen Numerof de la Universidad de Manchester (UK) indican que si fuéramos capaces de entrenarnos cada día en el ejercicio de la asertividad, seríamos capaces de conseguir una mejor calidad de vida a nivel físico y mental. Porque reivindicar derechos y poner límites es necesario en todos los ámbitos: familia, relaciones, trabajo.


Hagámoslo, pongamos límites, sin tener miedo ni sentirnos culpables porque no solo mejorarán nuestras relaciones, sino que será una inversión para alcanzar la felicidad.

Conclusiones

Ser asertivo lleva tiempo, sobre todo requiere mucho trabajo interior. Tenemos que dejar de alimentar el miedo al qué dirá la gente o cómo reaccionará cuando decimos en voz alta "no tolero más".

Iniciamos entonces esos cambios que tanto afectan nuestra realización personal, nuestro equilibrio y nuestra inteligencia emocional.

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