Lecciones de resiliencia en tiempos del Coronavirus

Lecciones de resiliencia en tiempos del Coronavirus

En estos días de crisis y ansiedad, ejercitar nuestra resiliencia es más importante que nunca. Es un ejercicio de transformación, en el que partir de las fragilidades para hacer florecer las fortalezas y afrontar mejor el presente y el futuro.

Lecciones de resiliencia en tiempos del Coronavirus

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 24 marzo, 2022

Es la palabra del momento, lo sabemos, pero es realmente necesaria y es fuente de inspiración. Las lecciones de resiliencia en tiempos del Coronavirus no son solo una sugerencia o un mensaje para publicar en nuestros perfiles sociales. Es un ejercicio de salud psicológica que hay que entender, como quien guarda los secretos de un tesoro, para sentirlo todos los días de su vida.



Primero, la resiliencia no es un rasgo. No es un mecanismo que el ser humano activa automáticamente cuando las cosas se complican. Es más bien un proceso, un músculo a entrenar teniendo en cuenta que habrá días menos fáciles, en los que nos sentiremos débiles y en los que lucharemos por cargar con el peso del mundo.

Recordando la célebre frase de Nietzsche “Lo que no mata fortalece”, debemos evitar que la adversidad nos arrase por completo o nos deje definitivamente sin recursos. Y esto es algo que le puede pasar a cualquiera en algún momento de la vida.

Podemos caer e incluso sentirnos derrotados por un cierto período de tiempo. Sin embargo, debemos emerger de las ruinas de nuestra vida y levantarnos de nuestras cenizas con esperanza y coraje. 

Insistimos: es un proceso complejo que requiere compromiso. Florecer entre hormigón es el arte más complejo, pero también el más bello del ser humano.



Lecciones de resiliencia en tiempos del Coronavirus

La buena vida es un proceso, no es un estado de ánimo, dijo Carl Rogers, psicoterapeuta y exponente del enfoque humanista en psicología.

Lo mismo sucede con el sufrimiento, el miedo y las crisis. El sufrimiento no es un estado de ánimo propio del ser humano: no estamos en el mundo para sufrir ni tenemos que sentirnos mal para saber lo que es la vida. El dolor siempre debe ser temporal y elevarse a una mayor experiencia de vida.

Sin embargo, para que todo sea breve y nos permita adaptarnos mucho mejor a la complejidad del entorno que nos rodea, debemos aprender a ser resilientes. ¿Pero qué significa realmente?

De hecho, aunque estemos acostumbrados a escuchar este término, es una idea que nació en el campo de la física y que empezó a utilizarse en el campo de la psicología a partir de los años 40.

Simplemente podemos definirlo como la capacidad del ser humano para recuperarse de la adversidad sin ser dañado. Ahora bien, mientras en física e ingeniería surge la idea de que esos “materiales resilientes” pueden volver a su estado original después de haber sufrido un impacto, en psicología esta fase no está presente.

En realidad, después de haber vivido un período difícil, ya nadie es el mismo. No volvemos al estado original: mejoramos, aprendemos nuevas habilidades para enfrentar los obstáculos, para navegar mejor en el mar de la vida.

No, no somos 100 % resilientes: esta es una habilidad en la que hay que trabajar

Sabemos que es importante aplicar la resiliencia a la época del Coronavirus, pero la psicología nos enseña que muy pocas personas pueden confiar al 100% en esta característica. Para ponernos a prueba, solo consulte la Escala de resiliencia de Connor-Davidson (CD-RISC-25). Los elementos son los siguientes:


  • Puedo adaptarme fácilmente a los cambios.
  • Tiendo a hacer frente con éxito a cualquier obstáculo o complicación.
  • Trato de ver el lado bueno de cualquier situación cuando tengo que lidiar con un problema.
  • Puedo manejar el estrés.
  • Tiendo a recuperarme bastante bien después de una enfermedad, lesión u otro obstáculo.
  • Soy hábil para lograr mis metas.
  • Cuando estoy bajo presión, pienso y actúo con lucidez y determinación.
  • El fracaso no me hace perder el ánimo.
  • Me considero una persona fuerte cuando afronto los retos y dificultades de la vida. 
  • Manejo hábilmente emociones como la tristeza, el miedo y la ira.

Está escondido en nuestra naturaleza y debemos entrenarlo: nuestra fuerza puede surgir de nuestra vulnerabilidad

La Universidad de Columbia realizó un estudio en profundidad sobre el impacto psicológico del 11 de septiembre en los sobrevivientes. Un hallazgo comprobable es que el índice de estrés postraumático no era tan alto como se pensaba inicialmente. La mayoría de las víctimas mostraron una notable resistencia.



El 65% de esta muestra demostró una resiliencia importante, durante la cual se aplicaron diferentes estrategias. El primero fue admitir la propia vulnerabilidad. Es decir, entender que todos podemos sufrir el impacto de los obstáculos en nuestra piel y que es nuestro derecho absoluto sufrir, sentirnos vulnerables, heridos...

También se dedujo que en cada uno de nosotros reside un impulso, una fuerza interna que nos invita a un camino de sanación que consiste en aprender de nuestra experiencia. y en mirar el presente con una mirada más fuerte, más decidida y hasta esperanzadora.

Lecciones de resiliencia en tiempos del Coronavirus: aceptar y prepararse para el cambio

Nassim Taleb, escritor y autor de libros como El cisne negro, escribió recientemente que durante la actual pandemia es bueno tener presente un aspecto: aunque la palabra "resistir" se ha puesto en nuestra boca, él prefiere eliminarla de esta ecuacion

Resistir significa reunir fuerzas para soportar algo que nos abruma y que nos oprime. Según el escritor, no es momento de derrochar energías esforzándose; es hora de la aceptación y algo más. Tenemos que prepararnos para el cambio y eso significa hacer uso de otro tipo de energía.


Las lecciones de resiliencia en tiempos del Coronavirus se traducen en la necesidad de cambio y transformación. Los que se comprometen a resistir se quedan parados en el mismo punto, en cambio debemos avanzar; ante todo sobreviviendo, viviendo, asegurándose de estar bien. Pero el futuro trae cambios y solo el corazón y la mente resistentes podrán adaptarse y aprovechar al máximo ese nuevo capítulo en la vida. Vamos a pensarlo. 

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