Las leyes del desapego para la liberación emocional

Las leyes del desapego para la liberación emocional

Solo cuando seamos capaces de aplicar las leyes del desapego, venciendo así al ego, dejaremos de sufrir por fin.

Las leyes del desapego para la liberación emocional

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 29 de diciembre de 2021

En el enfoque del crecimiento personal y la espiritualidad, el desapego es crucial para alcanzar la felicidad. Significa superar las barreras de la zona de confort para dejar de vivir con miedo a perder dimensiones a las que uno se aferra en exceso. Sólo cuando seremos capaces de aplicando las leyes del desapego, venciendo así al ego, finalmente dejaremos de sufrir.



Intentemos por un momento explicar qué es la felicidad para nosotros. Algunos dirían que la persona feliz es aquella que tiene grandes recursos, un buen socio, una gran cuenta corriente. Todo ello sin duda cubre muchas de nuestras necesidades más básicas.

Pero, ¿ofrecen estas dimensiones una auténtica sensación de bienestar? De hecho, la definición más precisa de felicidad no podría ser más sencilla: la la felicidad es la ausencia de miedo, es no conocer la ansiedad.

Básicamente significa saber amar, apreciar e involucrarse de una manera más equilibrada y sana, liberándose de los excesos que ponen cadenas y ataduras. Cortando sus alas.

Practicar el desapego es, por lo tanto, el primer paso para alcanzar tal estado. Es permitirnos ser más libres, más ligeros, menos apegados a lo que tenemos o nos falta. Es vivir con el corazón sin necesitar compulsivamente de nada ni de nadie. Al mismo tiempo, también significa ser capaz y saber darse a los demás con autenticidad y sin presiones.

La liberación emocional que genera el desapego ofrece la posibilidad de vivir más honestamente. Es entonces cuando se nos presenta la opción de crecer, de avanzar con pleno conocimiento de causa.



Sin dañar a nadie, sin que los demás nos limiten con las cadenas del amor pasional, filial o incluso maternal. Así que aprendamos a poner en práctica las simples leyes del desapego.

Las leyes del desapego

Sea responsable de usted mismo

La primera ley del desapego invoca un principio fundamental del crecimiento personal: la responsabilidad. Pensemos en ello: nadie nos quitará cada piedra que encontremos en el camino. Como si nadie respirara por nosotros ni se ofreciera a hacerse cargo de nuestros dolores.

Cada uno de nosotros es el arquitecto de su propia existencia. y eso requiere coraje. Significa que debemos despegarnos de las opiniones de los demás, de la necesidad de ser reconocidos, de la aprobación externa para llevar a cabo decisiones, sueños o proyectos. Somos personas libres, dispuestas a crear el destino que estimemos oportuno.

Siendo plenamente conscientes del derecho a ser constructores del propio destino, tenemos presentes las siguientes dimensiones:

  • No pongas la felicidad en manos de otros.. No concibas la idea de que encontrar pareja o recibir siempre el reconocimiento familiar es fundamental para ser feliz en esta vida. La soledad es a veces la mejor compañía para cumplir.
  • Si el barómetro de la satisfacción y la felicidad depende de lo que dan los demás, sólo habrá sufrimiento. ¿La razón? Rara vez satisfarán todas las necesidades personales.
  • cultivar la felicidad, siéntete responsable, maduro, sé consciente de tus decisiones y sus consecuencias, elige por ti mismo y nunca dejes que tu bienestar dependa de las opiniones o consejos de los demás.

Vive el presente y acepta la realidad.

En esta vida nada es eterno, nada permanece, todo fluye y retoma su camino tejiendo ese orden natural que a veces nos cuesta tanto aceptar.



Casi siempre estamos enfocados en todo lo que ha sucedido en el pasado y que de alguna manera ahora se convierte en una pesada carga que altera nuestro presente. A menudo estamos tan "apegados" a todos esos eventos que sucedieron ayer que nos olvidamos de lo más importante: vivir.

Ponemos toda nuestra atención en los desencuentros familiares, en el trauma que nos rodea y nos afecta, en la pérdida, en la desilusión sentimental o en la frustración insuperable... Todas estas son anclas que sujetan, que ponen las cadenas en nuestros pies y nos engancha a nuestra alma.

El desapego es también unir fuerzas para mirar al presente y permitirnos sanar nuestras heridas. Debemos fomentar la aceptación, asumir la realidad y no resistir ciertas pruebas. Además, un A veces no tenemos más remedio que perdonar e incluso perdonarnos a nosotros mismos.

Sólo así nos sentiremos más libres, dispuestos a apreciar con todos nuestros sentidos, aquí y ahora, este regalo en el que tenemos nuestra verdadera oportunidad.

Leyes del desapego: promover la libertad y dejar que los demás también sean libres

La libertad es la forma más plena, completa y saludable de disfrutar la vida, de comprenderla en toda su inmensidad.

Desprenderse no significa cortar lazos o establecerlos en nombre de la frialdad emocional. Todo lo contrario. Es una dimensión en la que podemos aprender a limar miedos para amar de una forma más auténtica y respetuosa.

Saber dar y dejarse recibir sin presiones, sin necesidades ciegas, sin angustia o con el eterno temor de ser abandonado. Es preferir sin necesidad de los demás.


Otro aspecto a recordar acerca de la publicación es que no estamos obligados a ser responsables de la vida de los demás. No faltan, por tanto, los que anhelan encontrar pareja para escapar de la soledad o incluso para sanar viejas heridas del ayer.


Que quede claro que ninguno de nosotros tiene la obligación de ser un héroe. Para salvar a otros para curar su soledad o las fracturas causadas por viejas relaciones. Estos lazos solo generan sufrimiento.

Los apegos intensos nunca son saludables, pensemos por ejemplo en esos padres obsesivos que se exceden en proteger a sus hijos e impiden que maduren, que avancen seguros para explorar el mundo.

El desapego es vital en estos casos, ya que permite superar los límites de la certeza para aprender de lo inesperado, de lo desconocido.

Aceptar que las pérdidas ocurrirán tarde o temprano

En toda corriente budista y espiritual existe la idea de la impermanencia. Hablamos de esa dimensión en la que nos vemos obligados a entender que en esta vida nada dura, que nada puede durar para siempre.

Las relaciones e incluso las cosas materiales cambian, maduran y, a menudo, incluso se desvanecen. Aceptamos, por tanto, la idea del cambio, la ausencia e incluso la pérdida como una ley vital a la que no podemos cerrar los ojos.

Algunas personas se irán para siempre, los niños crecerán, algunos amigos dejarán de serlo y algunos amores dejarán el calor de nuestra mano… Sin embargo, muchas otras cosas vendrán. Porque la vida es cambio, pero también movimiento y todo esto forma parte de las leyes del desapego.

Y como tal, debemos aprender a aceptarlo para afrontarlo con mayor entereza. Con mayor fuerza. Pero lo que nunca cambiará es la capacidad de amar: siempre empezamos por nosotros mismos.

Conclusiones

Si quieres empezar a practicar las leyes del desapego, antes que nada tendrás que aprender un identificar las emociones y sentimientos generados por el elemento de apego (puede ser una persona, una situación o un objeto).

Así que preguntaos qué propósito cumple en vuestras vidas y tenedlo siempre presente. Entonces agradece lo que ha hecho por ti y déjalo ir.

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