La carencia es mucho más que un recuerdo

La carencia es mucho más que un recuerdo

La carencia es mucho más que un recuerdo

Última actualización: 02 de abril de 2016

Extrañar a alguien es una de las sensaciones más dolorosas que puedes experimentar, ya que no solo significa recordar los buenos momentos vividos con una persona; aunque ya no forma parte de nuestra vida, y hace mucho que salió de nuestro corazón, su recuerdo nos persigue día y noche.

¿Por qué extrañamos a la gente? ¿Es posible evitarlo? El problema radica en el vacío que se crea cuando estas personas se van de nuestra vida. El espacio hay que llenarlo de alguna manera y la solución no siempre es dejar entrar a alguien más.



Cuando extrañar duele

Podemos citar muchos ejemplos que dan lugar a este sentimiento: un amor de la adolescencia, un amigo al que queremos mucho, un abuelo fallecido hace mucho tiempo, momentos de felicidad con nuestra familia en la infancia...

No queremos sentir este sentimiento, pero es algo que no podemos controlar y realmente duele. Además de extrañar a una persona o una situación, lo que realmente sentimos es una fuerte presión en el pecho, acompañada de lágrimas que caen de nuestros ojos.

Cuando amas profundamente a alguien y has sido verdaderamente feliz, el hecho de que ya no estén juntos es motivo de tristeza. Claro que es comprensible en los primeros momentos, pero después de un período de tiempo determinado, debes seguir adelante y seguir con tu vida.

Extrañar a alguien es mucho más que recordar y, sobre todo, mucho más que sufrir. Puedes tener un bonito recuerdo del profesor del colegio o de un viaje realizado. Sin embargo, extrañarlo va más allá. La carencia es enfrentarse al vacío causado por una pérdida, ¡y es muy difícil rellenarlo!



La falta es difícil de explicar.

Buscando en el diccionario el significado de la palabra "falta", leemos que es un verbo intransitivo, cuyo significado es "en persona: estar ausente, estar lejos de un lugar donde debería o podría estar". A partir de esta definición podríamos llegar a algunas conclusiones.

En particular, indica la ausencia de alguien que debería estar presente. Hablando de sentimientos, por lo tanto, podemos decir que la falta se abre paso cuando ya no hay alguien a quien veíamos. 

Si sufres es porque no fue posible reemplazar a esta persona, o porque en su lugar dejó un gran vacío que no se puede llenar.

¿Perdiendo o recordando?

Tenemos la definición aproximada del verbo olvidar. Nos falta la palabra recordar para completar este rompecabezas. Buscando de nuevo en el vocabulario, encontraremos esta definición: “Recordar la memoria propia o ajena, con la idea de tener que cumplir algún deber o proveer alguna necesidad”.

¿Qué decir al respecto? Que los recuerdos se queden en el cerebro, es decir, que no estén relacionados con los sentimientos y, de ser así, no nos entristecerían ni nos darían ganas de llorar. Para resumir, extrañar a alguien es pensar en una persona y en los momentos que pasamos junto a ella.


En cambio, recordar es recordar los buenos tiempos, pero dejando de lado la nostalgia, es decir, dejando de lado los sentimientos que se sintieron entonces. Ciertamente es difícil dejar de lado las emociones que provoca un recuerdo, ya que no somos robots, ni máquinas. Sin embargo, muchas veces vale la pena tratar de evitar la depresión, el llanto o incluso el odio que puede surgir.

Si tratas de evitar extrañar a alguien cada vez que lo recuerdas, tal vez deberías alejar estos pensamientos tanto como sea posible. Por ejemplo, evite cualquier acción que pueda traer a la mente su rostro, palabras dichas o momentos compartidos. Con el tiempo, los recuerdos dejarán de dolerte, aunque es posible que sigas extrañando a esa persona; el vacío que dejó al irse no te impedirá seguir adelante.


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