La armadura emocional del guerrero

La armadura emocional del guerrero

La armadura emocional del guerrero

Última actualización: 14 de febrero de 2015

En el transcurso de la vida nos encontramos ante situaciones o momentos que nos resultan difíciles o incómodos. Quizá sean simplemente escenarios en los que nuestras emociones no saben cómo actuar, no conocen armas para combatirlas..

Esto es un hecho natural, el ser humano aprende de la experiencia y de lo que le rodea. Todos los días experimentamos circunstancias que desafían lo más profundo de nuestro ser. El resultado de nuestras decisiones no siempre es bueno para nosotros. Desarrollar mecanismos de defensa es algo innato en la naturaleza humana, somos guerreros que tenemos que enfrentar continuas batallas, debemos elegir las mejores armas para luchar y muchas veces creamos armaduras, una protección que altera nuestra calidad emocional.



La armadura emocional

La actitud defensiva ante la vida es una actividad emocional que se prolonga las 24 horas del día. Tiene la función de soportar las vicisitudes diarias, pero esto no quiere decir que siempre lo haga de forma saludable. Es cierto que los mecanismos de defensa nos permiten gestionar mejor las situaciones, pero a la larga habremos creado una armadura emocional que utilizaremos ante situaciones similares que se repitan.. Las consecuencias de esta coraza emocional son:

• Capacidad para negar estas situaciones o no sentir ninguna emoción al respecto..

• Evasión de cualquier responsabilidad en situaciones diversas. Poner excusas o culpar a otras personas solo hace que esta consecuencia sea más negativa..

• Gestión negativa de averías. Justificar nuestras faltas no hace más que dañar nuestra personalidad emocional y no nos ayuda a comunicarnos.

• Baja autoestima e inseguridad.. Estos dos pilares emocionales destruyen nuestra capacidad de relacionarnos con los demás y de amarnos.



• Deseo de ser una persona "perfecta". Al ocultar sus emociones o debilidades, intentan dar la idea de un alma perfecta, que no siente o es inmune a ningún sentimiento..

• Débil autoconocimiento. Esta consecuencia afecta quiénes somos, qué queremos y cómo lo queremos. En última instancia, mostramos una imagen poco definida y oscura de nosotros mismos.

La coraza emocional dificulta la visión de la realidad que nos rodea, limitando nuestro crecimiento personal. En general, acabamos convirtiéndonos en personas bruscas, escépticas, sin capacidad de soñar.. Poco a poco destruimos nuestra personalidad y sembramos víctimas dentro de nuestro círculo.


Deshazte de la armadura emocional

Ante cualquier sentimiento destructivo, que pueda minar la calidad emocional de nuestra vida, el primer paso es ser honesto con uno mismo.

Acéptate por lo que eres, sin buscar un modelo de perfección irreal, porque nadie es perfecto. Es fundamental hacerse un examen de conciencia y comprenderse a uno mismo.

Estos conceptos no se pueden adquirir de la noche a la mañana, hay que demostrar perseverancia y motivación e intentar tomar el control de tu vida todos los días..


La comunicación es la piedra angular en el camino que conducirá a la destrucción de esta coraza emocional. Es importante hablar contigo mismo, así como mostrar a los demás tus deseos, miedos, dudas e ideas, los ingredientes fundamentales para acercarte al mundo, libre, sin corazas que impidan crecer..

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