Quiero que sepas estar sin mi, pero prefieres vivir conmigo

Quiero que sepas estar sin mi, pero prefieres vivir conmigo

Quiero que sepas estar sin mi, pero prefieres vivir conmigo

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

Decir que no necesitamos a ciertas personas para vivir es negar la evidencia. Todos queremos tener cerca de nosotros todos los días a nuestros seres queridos, las personas que son importantes para nosotros, con quienes podemos divertirnos, compartir momentos, alegrías, alegrías y tristezas.


La palabra "necesidad" debe basarse en un vínculo sano, no asfixiante, que ante todo permite el desarrollo personal y la existencia de un espacio privado para la otra persona. Todos necesitamos a los que amamos, pero, al mismo tiempo, debemos proteger nuestra individualidad y fomentar el desarrollo de la de los demás.


Aprendí que puedo sonreír sin ti, que puedo recorrer mis caminos sin seguir tus pasos, que puedo crecer sin que pierdas la fe en mí. No quiero poner mi felicidad en tus manos, quiero ofrecerme a ti libremente, para unir nuestras alegrías y vivir en armonía.

Tales frases se encuentran a menudo en ciertos libros, en manuales sobre relaciones de pareja maduras y felices. De hecho, sabemos que decir “no te necesito, pero prefiero estar contigo” no es fácil, mucha gente no lo entiende.

Es simplemente cuestión de saber armonizar y construir. Entender que vivir en pareja no significa perder algo, no significa despertar con la sensación de que nos falta algo, que estamos perdiendo nuestra identidad por culpa del otro.

Vivir en pareja significa ser felices como somos individualmente, con la conciencia de haber elegido a alguien para ser aún más feliz y crecer como persona. Que no, si no sintiéramos que hay unidad y equilibrio en ambos lados, entonces significaría que no estamos formando un equipo, que estamos perdiendo, que nuestra identidad se está desmoronando.



Vivir enamorado o en dependencia: el delgado hilo de la felicidad

Si amamos a alguien, queremos que esté con nosotros. Queremos un compromiso real y su presencia en nuestra vida. Necesitamos que nos demuestres tu cariño cada día a través de la reciprocidad, la magia de esos pequeños detalles que son capaces de construir vidas enteras.

Decir que necesitamos reciprocidad en el amor no significa ser adicto, sino querer recibir aquello en lo que uno invierte. En las relaciones adictivas, necesitas a la otra persona tanto como te necesitas a ti mismo y más. En este caso, necesidad es sinónimo de dominación y apego, no de igualdad.

El delgado hilo de la felicidad, a veces, depende de esta simple diferencia que tantas complicaciones trae a la vida en pareja; Éstos son algunos de ellos:

El peligro de fusionarse completamente entre sí.

Amamos tanto, que llegamos a fusionarnos completamente con nuestro amado. Lo tuyo es mío, tus preocupaciones son mías, tus tristezas son dolores para mi corazón...

Por supuesto, no podemos negar el hecho de que tener una relación implica compromiso, requiere que juntos resuelvan problemas y enfrenten dificultades, que se cuiden mutuamente. ¿Debería haber un límite? Sí, por supuesto.

  • Está claro que haríamos cualquier cosa por nuestra pareja, pero debemos tener cuidado de no perder el equilibrio y nuestra identidad.
  • Amar no es caminar sobre un hilo suspendido con los ojos vendados, guiados únicamente por nuestro socio.
  • Tenemos derecho a elegir, decidir y expresar nuestra opinión; pensar diferente no debe alejarnos de nuestra pareja. Podemos amar las similitudes y respetar las diferencias: no es por esto último que se romperá el equilibrio.
  • Nunca debemos permitir que nuestra pareja nos haga cuestionar o renunciar a nuestros valores.. Son parte de nuestra identidad y, si los perdemos, una parte de nosotros quedará vacía.

No se salgan de su camino para mantenerse completos

En realidad, para vivir felices no necesitamos grandes cosas: sólo amor, intimidad, el respeto y esa complicidad que se hace cada vez más patente en nuestra mirada, que se desean y se conocen. Las personas que más necesitan todo esto tienen carencias personales y esperan que otros las resuelvan o las llenen.



Los que tienen muchas lagunas y carencias sin resolver buscan salvadores, ángeles amorosos que les den todo a cambio de nada. Ese es precisamente el momento en que alguien se desvive por llenar todos esos abismos y pierde su plenitud.


Se dice que si tratamos de curar un corazón roto, también podemos ser destrozados.. Por eso, no es bueno cultivar la idea de que podemos cambiar a los heridos, que tenemos el poder de volverlos a hacer felices: si no son felices gracias a ellos mismos, es difícil que alguien más los haga felices de la noche a la mañana. .

  • El amor debe ser un acto de libertad en el que no exista el chantaje y donde nadie trata de paliar la soledad o de llenar los espacios dejados por otros.
  • Amar significa vivir de manera integral con uno mismo y con el otro. Si no nos respetamos a nosotros mismos, si somos inseguros, si no nos gusta lo que vemos en nuestra alma y lo que sentimos en nuestros pensamientos, terminaremos transmitiendo nuestros tormentos al otro.
  • Nadie tiene la obligación de curar las heridas de otro, para resolver sus dilemas, para aliviar sus pesadillas en las noches de angustia; esto sería esclavitud. Debemos ofrecernos al otro maduros, completos y sin miedo para poder amar plenamente, sin carencias.

Amor significa humildemente necesitar, pero también permitir. Significa querer lo mejor el uno para el otro, buscando también nuestra felicidad. Significa construir un dúo, sin dejar de ser uno mismo. Significa vivir con integridad, respetando nuestra identidad y llevando de la mano a la persona que amamos.


Imágenes cortesía de Mila Marquis y Pascal Campion

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