Querida vida, te haré vivir hasta dejarte sin aliento

Querida vida, te haré vivir hasta dejarte sin aliento

Querida vida, te haré vivir hasta dejarte sin aliento

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

Querida vida, quiero disculparme por todas las veces que te di por sentado y no aproveché al máximo las oportunidades que me brindaste. Ahora que he superado mis miedos, mi timidez y mis prejuicios, prometo bailar para ti hasta el amanecer, amarte, escucharte y hacerte reír hasta que te duela el estómago, hasta dejarte sin aliento. Porque tú y yo nos entendemos, porque vale la pena compartir esta alegría.



Decir estas palabras en algún momento de nuestra vida puede llevarnos a afrontar una fase de cambio profundo o, como dirían los más espirituales, un auténtico "despertar". Sin embargo, no siempre conseguimos desplegar todos nuestros recursos y fuerzas para hacer este pacto tan exigente con nosotros mismos. Que nos permita disfrutar plenamente de los días que nos quedan por vivir.

"La alegría de la vida es siempre tener algo que hacer, alguien a quien amar y algo que esperar".

-Thomas Chalmers-

Quizá este propósito, el de vivir intensamente, hasta quedar sin aliento, te haya parecido demasiado hedonista. Esta visión de la vida, sin embargo, se basa en un concepto muy simple, en el que coinciden numerosos antropólogos, sociólogos y psicólogos positivistas. Todas las acciones que realizamos corresponden a dos pulsiones primarias: sobrevivir y, si podemos, essere felici.

Existir, abrir los ojos todos los días, salir a la calle y relacionarse con los demás son dimensiones de la vida que responden a un proceso interrumpido llamado "intento-error", del cual podemos aprender poco a poco a obtener lo que tanto anhelamos: estabilidad, calma interior, bienestar y en definitiva... felicidad. Para lograrlo, sin embargo, es necesario agregar un ingrediente a esta receta: la pasión.



Una vida vivida con pasión: ¡aquí está el secreto!

La psicología humanista continúa siendo una de las corrientes de pensamiento más importantes y útiles en el campo de los estudios psicológicos. Sería imposible entenderlo sin dos figuras importantes como Carl Rogers y Abraham Maslow. Fueron estos eruditos quienes primero afirmaron que somos los únicos dueños de nuestra realización personal, somos nosotros quienes tenemos la tarea de trabajar día tras día por nuestro crecimiento y felicidad.

Hasta entonces, corrientes como el psicoanálisis freudiano o incluso la psicología del comportamiento nos retrataban como seres pasivos, figuras incapaces de influir en el entorno que nos rodea. Nada más falso, dado que, como nos enseña el propio Rogers, pocas cosas pueden ser más importantes para el ser humano que percibirse como una persona funcional, capaz de cambiar su entorno a través de cuatro componentes fundamentales: una mentalidad flexible, el sentimiento de libertad, confianza en sí mismo y apertura a la experiencia.

A su vez, son muchos los psicólogos que, siguiendo esta filosofía, han añadido un punto más a lo que se ha dado en llamar “la finalidad de la pasión”. Para lograr la realización personal posicionada en la cúspide de la pirámide de Maslow, de hecho, necesitamos un ingrediente fundamental: la pasión. Solo así podremos crear un impacto significativo y positivo en nuestra vida. De esta forma, firmamos un trato estable y justo con nosotros mismos para afrontar la adversidad y alejar el miedo y las preocupaciones, pensando en el impulso de la motivación y el destello de ilusión de cada día.


Quien vive la vida con pasión, quien decide vivirla con ilusión, sin miedos ni reticencias, puede comprender que todo lo que hace tiene un “por qué”. Un propósito que le satisface, que le divierte, que le da alegría.


A partir de hoy viviré con ilusión, con todo de mí, con los pulmones llenos.

Podríamos decir sin temor a equivocarnos que la sociedad de consumo actual quiere convencernos de que la felicidad es un estado mental momentáneo y fugaz, casi siempre asociado al tiempo libre oa la posesión de determinados productos. Un buen coche, un móvil de última generación, ciertas comodidades en casa, ropa a la última, productos de marcas famosas… Pero todo esto nos brinda solo una felicidad "desechable", una sensación de falso bienestar que crea una verdadera adicción.

Quizás, en cambio, deberíamos mirar las cosas desde un punto de vista muy diferente, y también mucho más lógico. Debemos aprender a comprender que la felicidad no tiene por qué ser momentánea o fugaz. Para vivir la vida que queremos, que necesitamos y que nos puede dar un bienestar permanente, debemos trabajar cada día en una serie de dimensiones que sin duda nos serán de gran utilidad.

Te proponemos que lo reflexiones con nosotros.

Pasos para lograr una vida más plena

  • El propósito de la pasión. Ya lo hablábamos antes: para ser cada día más felices y poder alcanzar un bienestar permanente y satisfactorio, debemos identificar las pasiones internas que nos definen, nos mueven y pueden moldear nuestro estilo de vida. Debemos entender que todo lo que logremos debe dejarnos satisfechos, debe estar en sintonía con nuestros valores, nuestra identidad y nuestros intereses personales.
  • Pensamiento racional. Sabemos que hoy en día la esfera de las emociones y la intuición tiene una gran importancia para comprender nuestro comportamiento. Sin embargo, debemos tener presente una cosa: en nuestra búsqueda de la felicidad debemos tomar decisiones racionales, definidas y objetivas. Por ejemplo, decidir distanciarnos de determinadas personas o dejar un trabajo para emprender nuevos proyectos. Todas estas decisiones deben estar guiadas por un pensamiento lógico y racional que no podemos subestimar y que, a su vez, requiere de la participación de otra dimensión: il coraggio.
  • Autodisciplina. Para vivir la vida al máximo, contrariamente a lo que muchos creen, se necesita cierta disciplina. Porque a veces, por ejemplo, es necesario renunciar a la gratificación instantánea para obtener más beneficios a largo plazo.
  • Del mismo modo, aquellos que saben cómo ser felices evitan postergar, invierten tiempo y energía en sus propios crecimiento personal y sabe luchar hasta el final por lo que quiere.

En conclusión, como puedes ver, es posible trabajar hacia una existencia mucho más significativa y positiva. Se necesita mucha fuerza de voluntad, disciplina y un poco de coraje.. Porque a veces, como bien sabes, es necesario tomar decisiones importantes y difíciles para lograr lo que tanto anhelamos.



Hacerlo, tener el coraje de intentarlo, puede abrirnos la puerta para que seamos verdaderamente nosotros mismos por primera vez en mucho, mucho tiempo.

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