¿Leer en voz alta o en silencio?

¿Leer en voz alta o en silencio?

¿Leer en voz alta o en silencio?

Última actualización: 24 marzo, 2022

¿Qué forma de estudiar te resulta más fácil? Muchas personas estudian en silencio, otras prefieren leer en voz alta. Si estás entre los segundos, probablemente después de leer o aprender las nociones, las expresas verbalmente; más que un monólogo, podrías entablar una verdadera conversación contigo mismo. Pero, ¿qué es más efectivo: leer en voz alta o en silencio?


De hecho, sugerimos usar ambos métodos, de hecho, como veremos leer en voz alta o en silencio sirve para desarrollar diferentes aspectos. Aunque cada uno de nosotros tiende a preferir y dar más importancia a uno de los dos, veamos en qué nos sirven ambos.


Estudiar en silencio y memoria visual

Cuando estudiamos en silencio, lo ideal es realizar una primera lectura encaminada a captar el sentido general del texto al que nos estamos dedicando. Por supuesto, el estudio no puede detenerse ahí. Después de esta primera lectura, es importante subrayar los puntos clave, detenerse en lo que no está claro y reflexionar o buscar en otro lado información que ayude a disipar dudas.

Subrayar y tomar notas en los márgenes es fundamental, incluso utilizando rotuladores de colores, ya que ayuda a estimular nuestra memoria visual (recuerda que la localización de la información facilita el proceso de recuperación, es decir, hacerla resurgir de nuestra memoria). El uso de colores también nos permite prestar más atención, para centrarnos en las partes del texto que consideramos más importantes.

Para fijar mejor los conceptos, la lectura silenciosa debe completarse con resúmenes y diagramas.

 

La importancia de estudiar en silencio es que podemos concentrarnos profundamente en el texto que tenemos delante; sin embargo, la lectura en sí misma no será de mucha utilidad. De hecho, es necesario trabajar activamente con el elemento de estudio, para hacerlo nuestro.. No sólo leyendo, sino también tomando notas, anotando, escribiendo con nuestras propias palabras lo que vamos asimilando. De ahí la idea de que estudiar en voz alta tiene mucho más que ofrecernos.



Leer en voz alta agudiza el conocimiento

Cuando leemos en voz alta, se produce un mecanismo diferente: el oído empieza a formar parte de esta experiencia, favoreciendo el despertar de capacidades cognitivas relacionadas con la memoria, la atención, la comprensión… Esta acción activa la capacidad de retener y almacenar la información que llega al cerebro.

Sin embargo, al igual que con la lectura silenciosa, suceden más... ¿Por qué es mucho más fácil para nosotros escuchar una explicación de la boca de otra persona que leer notas? Esto sucede porque somos capaces de dar un valor personal a los conceptos que leemos, los interpretamos con palabras diferentes, dando lugar a otros interrogantes, dudas, debates. Este fenómeno enriquece el estudio y favorece el proceso mnemotécnico.

Leer en voz alta nos permite hacer conexiones. De repente, conectamos lo que estamos diciendo con un concepto leído antes o en otra página. Creamos un esquema mental para apoyar esquemas escritos o lecturas realizadas en voz baja. Es un elemento complementario perfecto para refinar el conocimiento y grabarlo en nuestra mente.

Los beneficios de escucharte a ti mismo

Los dos grandes investigadores Colin MacLeod y Noah Farrin se han dedicado al estudio de los efectos de la lectura en voz alta y su relación con el aprendizaje. Desde 2010 se han dedicado a esta área hasta que publican una de sus investigaciones titulada “Los beneficios de escucharse a uno mismo” en la revista Memory.

La investigación involucró a 100 estudiantes de la Universidad de Waterloo, Canadá, a quienes se les dieron 80 palabras que debían reproducir en voz alta. La mayoría de ellos escribieron las palabras que no recordaban por seguridad.


La siguiente prueba consistió en el análisis de 4 métodos diferentes para recordar los términos: leerlos en silencio, escucharlos grabando la voz de otras personas, escucharlos grabando su propia voz o, finalmente, leerlos en voz alta.



Los resultados fueron sorprendentes y los autores llegaron a acuñar el llamado “efecto de producción”. Dos semanas después de la prueba, a los participantes se les dio una serie de palabras para indicar si formaban parte de las leídas o memorizadas durante la prueba. Las personas que habían leído en voz alta dieron respuestas más precisas.

Leer en voz alta nos permite dar un carácter personal a lo que estamos leyendo, lo que nos permite recordarlo mejor.

Sin embargo, también se ha descubierto que escuchar grabaciones de su propia voz ayuda. El tercer método más eficaz ha resultado ser escuchar grabaciones con la voz de otros, lo que sugiere que cuanto más personal es la grabación, más fácil es recordarla.

Si bien leer en voz alta es una gran opción, no podemos descartar por completo a los demás; a menudo, el propósito del estudio es memorizar material con significado y no palabras sueltas. Una combinación de varios métodos puede conducir a resultados más satisfactorios.


Algunas personas prefieren estudiar en silencio o grabarse leyendo un texto y luego volver a escucharse. Otros optan por leer en voz alta enseguida, y luego estudiar en silencio escribiendo o haciendo esquemas sobre las nociones aprendidas. Todo consiste en adoptar la metodología que permita a cada uno de nosotros obtener la mayor rentabilidad.

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