Las 4 etapas del miedo

Las 4 etapas del miedo

Las 4 etapas del miedo

Última actualización: 14 octubre, 2015

El miedo es natural en los prudentes, y saber vencerlo significa ser valiente.

(Alonso de Ercilla y Zúñiga)

El miedo es un sentimiento universal, todos lo hemos experimentado alguna vez. se caracteriza por sentimiento de angustia que se produce ante la percepción de una amenaza. Sin embargo, esto no quiere decir que solo sea negativo, también tiene un lado positivo que nos protege.


Surge el sentimiento de miedo por advertirnos de un peligro. nos lleva a poner en marcha los recursos necesarios para hacer frente a la situación si nos creemos capaces, de lo contrario, optaremos por la huida, alejándonos porque no nos sentimos capaces de afrontar la situación.


Es importante tener eso en cuenta el aspecto negativo no es el miedo, sino el hecho de que indica la presencia de un problema.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando el miedo se vuelve irracional? Es entonces cuando proyectamos este sentimiento hacia un objeto que nos inmoviliza, que no podemos controlar ni saber superar. Para saber la respuesta, te explicamos las cuatro etapas por las que pasamos cuando tenemos miedo.

Primera etapa: imaginación

Muchas veces, cuando tenemos miedo, lo imaginamos todo. Nos dejamos llevar por nuestras expectativas de lo que puede pasar, de manera exagerada. En realidad, sin embargo, imaginamos y creamos en nuestra mente una situación peor que la que existe, sin saber qué sucederá realmente.

Precedemos a los acontecimientos, generando miedo y, en ocasiones, ansiedad en nosotros mismos.

¿Por qué lo hacemos? La respuesta es simple. Como hemos dicho, tener miedo nos prepara para protegernos y afrontar una situación difícil. Cuando comenzamos a imaginar de manera exagerada, significa que nuestra mente está teniendo en cuenta las posibilidades que puedan surgir para estar preparados y hacerles frente.

Cuanto peor sea la situación en la que estamos pensando, mejor seremos capaces de hacerle frente si creemos que tenemos suficientes recursos.



Nuestra mente trabaja rápido y no podemos evitar pensar lo peor. Esto puede salvarnos la vida en muchas ocasiones.

Segunda fase: miedo

La segunda fase del miedo es el miedo mismo. Anteriormente hemos imaginado qué puede pasar, las posibles alternativas, cómo podemos escapar de una determinada situación… ahora viene el miedo.

La paura se manifiesta en los pensamientos, pero también en el cuerpo. Cuando llega el miedo, empezamos a hiperventilar, el corazón late más rápido, la voz se apaga y el cuerpo se sentirá lleno de nervios. Ya no se puede imaginar ni pensar. Sólo uno se prepara para actuar, nada mas.

Un ejemplo de miedo puede ser hablar en público. Pensamos que lo haremos mal, que nos equivocaremos, que se reirán de nosotros... creando expectativas e imaginando las mil alternativas posibles. Esta situación nos provoca una retroalimentación que no nos permite deshacernos de este miedo, fruto, muchas veces, de nuestra inseguridad.

Tercera fase: parálisis y aceleración

Cuando nos enfocamos solo en lo que estamos sintiendo, sin dar espacio a nuestros pensamientos, podemos estancarnos. Esta es la tercera etapa del miedo. Cuando ya no podemos pensar, cuando nos enfrentamos a una situación que nos impide actuar, ocurre lo que todos tememos: quedarnos paralizados por el miedo.

Esta situación se suele vivir con impotencia, a veces sin saber cómo salir de ella. Sin embargo, ¿qué podemos hacer? Esperar. Cuando el miedo nos paraliza, hay que esperar a que pase. No es una sensación que se va rápido, se tarda unos segundos. Nuestro cuerpo dispara la alarma y necesita tiempo para entender que no hay riesgo.


En esta etapa, sin embargo, el miedo también puede acelerarnos, en lugar de paralizarnos. Y ahí es cuando empezamos a hacer tonterías. Un ejemplo es cuando nos tapamos con las sábanas de la cama o buscamos en el armario… si lo pensamos bien, ¿de qué nos podrían proteger las sábanas? Sabemos que es ridículo, pero en ese momento el miedo nos domina y no somos conscientes de lo que hacemos.



Cuarta etapa: recordar

La imaginación nos lleva al miedo puro, que puede paralizar o acelerar. Sin embargo, ¿cuál es el último paso en la cadena del miedo? Recuerdos. Todo queda almacenado en nuestra mente, especialmente los eventos estresantes o con mucha carga emocional. 

Si hemos tenido una mala experiencia con una ex pareja, cada vez que nos acercamos a alguien que quiere estar con nosotros, se activará el recuerdo anterior. ¿Qué pasa entonces? Que los recuerdos nos afectan, y al mismo tiempo nos protegen del mal que hemos vivido y que queremos evitar.

Estos recuerdos pueden hacer que perdamos algunas oportunidades, por lo que no siempre son positivos. Es cierto que es bueno aprender y actuar diferente para no sufrir, pero no hay que sortear el obstáculo. Debemos tratar de superar nuestros miedos, no dejar que estos nos controlen o condicionen nuestra vida. Si tenemos miedo a hablar en público, sacamos a relucir nuestra fuerza de voluntad para superarlo. El miedo está en nuestra mente y solo nosotros podemos vencerlo.


Como has visto, estas son las cuatro etapas del miedo por las que pasamos cuando algo nos asusta. Es normal tener miedo, incluso a veces es bueno, pero no podemos permitir que afecte nuestra vida. Debemos aprender a superarlo. Recuerda que podemos aprender de nuestros miedos; sólo indican la presencia de un problema y la posibilidad de solucionarlo. No conviertas el miedo en tu enemigo.

Añade un comentario de Las 4 etapas del miedo
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.