La reconciliación con uno mismo es el principio de todo

La reconciliación con uno mismo es el principio de todo

La reconciliación con uno mismo es el principio de todo

Última actualización: 09 marzo, 2017

El principio de todo es aceptar la realidad tal como es. La vida fluye constantemente y, en su fluir, nos deja infinitas experiencias que constituyen nuestro conocimiento. Se refiere a nosotros mismos, a los demás ya todo lo que nos rodea. Las experiencias pueden ser estimulantes, divertidas y trascendentales y esto le da un toque extra de sabiduría a nuestra existencia.



También hay experiencias dolorosas, porque desde el principio la vida también está hecha de carencias, frustraciones e imposibilidades. Cuando no aceptamos estos datos, se despiertan en nosotros miedos, desconfianza y pesimismo, y terminamos culpándonos por ello. Si has llegado hasta aquí, es imperativo que encuentres la manera de reconciliarte contigo mismo.

"Ningún hombre puede sentirse cómodo sin darse a sí mismo su aprobación personal".

(Mark Twain)

Uno de los recursos terapéuticos más difundidos y efectivos es observarnos a nosotros mismos con mayor indulgencia. No es fácil, pero es importante aprender a aceptar nuestras limitaciones y nuestros rasgos individuales. No tenemos que ser demasiado duros con nosotros mismos o incluso comenzar una lucha implacable contra nuestra personalidad al considerarla totalmente horrible.

El principio de todo: mirarse al espejo

Es probable que, cuando nos paramos frente al espejo, no nos guste lo que vemos, o al menos la mayor parte de lo que vemos. Podemos tener una tendencia a criticarnos severa e implacablemente.

Muchas veces ni siquiera nos miramos a nosotros mismos, sino que nos comparamos con un ideal mental. Por eso, es importante aprender a observarnos con atención y, por qué no, con cariño. Una buena idea es conocernos y reconocer nuestra imagen física; es único en el mundo y no se puede comparar con nada.



Otra posibilidad es mirarnos en el espejo desde nuestro mundo interior. Hay cualidades y limitaciones en él como en cualquier otro ser humano. Seremos capaces de aceptarnos cuando entendamos que todos, absolutamente todos, nos caracterizamos por la imperfección.

Si no podemos aceptarnos a nosotros mismos, no podremos aceptar a los demás. Un rasgo distintivo de quienes se aceptan y valoran a sí mismos es su capacidad para apreciar a los demás. Por otro lado, aquellos que viven con una batalla interior incesante también transmiten este conflicto a los demás.

No necesitas viajar al Himalaya y entrar en un estado de absoluta concentración y silencio para mirar hacia adentro. Para encontrarnos solo se necesitan dos cosas: quererlo y perderse. Para aceptarnos y amarnos, primero debemos conocernos a nosotros mismos y luego reconocernos con bondad y comprensión.

Aprende a perdonarte a ti mismo

A veces no nos aceptamos a nosotros mismos porque estamos llenos de culpa. No aceptamos un defecto o una limitación como una realidad común a nadie y, por ello, nos autoflagelamos y transformamos los errores en cruces que cargamos sobre nuestros hombros para siempre. No podemos perdonarnos los errores y comportarnos como si fuéramos nuestros propios enemigos.

Dentro de cada ser humano existen dudas sobre sí mismo. Por ello, es muy importante aprender a identificar cómo nos relacionamos con nuestros pensamientos. Es importante identificar líneas de pensamiento autodestructivas. Superar la percepción negativa de nosotros mismos nos libera de una prisión.

No importa el grado de perfección que quieras alcanzar. La naturaleza humana, por maravillosa que sea, es imperfecta. Y quizás este sea precisamente el aspecto más hermoso, porque nos llevará a tratar de ser mejores personas en la vida cotidiana.


Asimismo, reconocer nuestras limitaciones es un paso importante hacia la madurez y la sabiduría y, sobre todo, constituye una experiencia directa de que cada uno vive de manera diferente.



Honestidad con nuestros sentimientos

Cuando actuamos en contra de nuestros sentimientos, nuestro cuerpo se expresa: de hecho, podemos transformarnos en la enfermedad de nosotros mismos.

Así que no sólo nos estancamos, sino que nos desconectamos del equilibrio del universo. Muchas de las enfermedades que padeces tienen un origen emocional y casi todas están relacionadas con la autoaceptación y el amor propio.

Por contradictorio que parezca, a veces no nos aceptamos a nosotros mismos porque somos increíblemente vanidosos. Algunas personas llaman a esta característica "narcisismo". No nos interesa ser nosotros mismos, sino ser superiores a los demás; por eso no podemos aceptar nuestros errores o fracasos. Nos señalamos con el dedo y abusamos emocionalmente de los demás.

Debes entender que los errores no conducen al fracaso, sino a la experiencia. El verdadero error es seguir quejándose y sintiendo pena por cometer una falta. Siempre hay formas de remediarlo. Todo esto es parte de una conciencia evolutiva que debe abrirse a nuevas formas de evaluación y resolución de sus límites. El principio de todo es reconciliarte contigo mismo y darte la oportunidad de apreciar la persona que eres.


Imágenes de WikiHow

Añade un comentario de La reconciliación con uno mismo es el principio de todo
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.