Amor en edad madura: almas otoñales que unen

Amor en edad madura: almas otoñales que unen

Amor en edad madura: almas otoñales que unen

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

Los amores que nacen en edad madura son filtrados por las experiencias vividas y por la serenidad del corazón. Hablamos de almas otoñales que se encuentran en el crepúsculo de una etapa vital en la que el amor ya no se percibe como una conquista o una invasión, sino como un vínculo basado en la alegría, la ternura y la complicidad. Suelen ser relaciones mucho más honestas, que abren las puertas a una etapa maravillosa.



A menudo escuchamos que el verdadero amor vendrá cuando seamos lo suficientemente maduros. Esto, sin embargo, no es del todo cierto. Muchas veces tendemos a caer en el error de querer comparar a la fuerza todas las experiencias que vivimos. Pero la realidad es mucho más simple: vivir significa saber apreciar lo que viene en cada etapa de la vida. Ser agradecidos por las experiencias de nuestra juventud, por las decisiones correctas y por los errores, y disfrutar de cada regalo que la edad adulta y la madurez nos ofrecen.

 "El amor maduro es una unión a condición de preservar: preservar la propia integridad, y también la individualidad del otro".

-Erich Fromm-

Cada fase de la vida nos permite acoger lo que nos sucede de una manera especial y diferente. Los jóvenes solemos no tener filtros: abrimos los brazos llenos de ganas y energía infinita ante todo lo que nos cruzamos en el camino. Somos como un aguacero intenso de verano.

Con los años, nos volvemos más selectivos, más cautelosos. Todavía percibimos en nuestro interior el olor de aquellos veranos animados, pero ahora preferimos brisas más cálidas, esas que huelen a tardes tranquilas y luminosas ya playas tranquilas.



Los amores maduros no renuncian en absoluto a la jovialidad ni a la inocencia, pero ciertamente ya no quieren caer en los errores ya cometidos. Saben bien que las parejas no se forman por dos mitades de la misma manzana, más bien de "manzanas y naranjas": de personas que han tenido experiencias diferentes, a veces incluso muy lejanas. Almas con individualidad propia que deseen, por qué no, darle otra oportunidad al amor. Hoy queremos hablaros de estos amores.

Amores en edad madura: cuando envejecer es sinónimo de felicidad

Alberto y Mariangela tienen más de 60 primaveras a sus espaldas y hoy han decidido dar el gran paso: vivir juntos. No faltan las críticas de sus hijos. "Seguro que es sólo por interés económico", dice uno. “Solo quieren sentirse menos solos”, dicen otros. “Es sólo un capricho”, se atreve a decir en voz baja alguien más, seguro de que dentro de unos meses volverán a sus respectivos hogares, a dedicarse a sus nietos, a sus actividades…

Sin embargo, estas críticas y opiniones no parecen molestar ni a Alberto ni a Mariangela. Ya no prestan atención a estas cosas, las arrugas y las cicatrices, aunque afecten un poco la piel, fortalecen su corazón y su voluntad. La decisión que tomaron fue muy razonada. No son niños, la madurez no aumenta su ingenuidad, al contrario, los hace más sabios. Además, su bagaje emocional y experiencial es lo suficientemente rico como para permitirles actuar con pleno conocimiento de causa.

Este amor otoñal, al contrario de lo que piensan esos ojos externos que observan, pero no ven, no conoce el egoísmo y no necesita demostrar nada a nadie. Porque no tiene nada artificial. Sus pensamientos, sus intenciones y sus caricias son sinceras. La luz de la verdad que los ilumina es un sentimiento tan completo que les llena la cabeza, las manos y el corazón.



Por otro lado, hay un aspecto a tener en cuenta y que esta pareja seguro que conoce bien. La mayoría de los jóvenes cree que la madurez o la última etapa de la vida es sinónimo de pasividad y resignación. Según este estereotipo, el amor o la pasión deberían tener fecha de caducidad. Como si fuera un terreno prohibido para los de pelo blanco, para los que tienen más vida detrás que delante.

"El amor joven prospera con el entusiasmo, el amor maduro con la armonía".

Esta percepción es incorrecta. Si algo nos ha enseñado la psicología positiva, de hecho, es que hayLa curva de felicidad alcanza su pico más alto en esta etapa. Es un tiempo en el que el amor se experimenta de una forma mucho más clara y pura.

La nueva línea de tiempo y la importancia del amor.

El amor en edad madura proporciona a las personas un descanso más que satisfactorio. No es un fuego que quema la piel, sino un río que acompaña por un camino de descubrimientos para recorrer en pareja, para continuar creciendo, experimentando y nutriendo un nuevo tipo de felicidad. Más allá de lo que creen muchos escépticos, es en esta etapa donde, por lo general, se experimenta el mayor bienestar psicológico.


Los economistas Blanchflower y Oswald realizaron un interesante estudio que les llevó a concluir que, de hecho, la percepción de bienestar y satisfacción personal se experimenta con mayor intensidad durante la infancia y la edad madura. La felicidad representada durante el ciclo vital tendría por tanto forma de “U”: alcanza un primer pico en la infancia y un segundo después de los cincuenta.

Está claro, sin embargo, que avanzar en edad no es necesariamente sinónimo de mayor madurez psicológica. Incluso el equilibrio emocional no sigue reglas fijas; sin embargo, gran parte de la población afronta esta etapa vital con una entereza excepcional y una actitud espléndida.


Son personas que no solo acumulan años, sino que también alimentan sus deseos y sueños. Hombres y mujeres que se han conquistado a sí mismos, que tienen carisma y esa alquimia que combina la sabiduría con la esperanza, la serenidad con la pasión y el deseo con la humildad.

Los amores maduros pueden no ser tan efusivos como los primeros amores de la adolescencia, pero ciertamente pueden ser mucho más fructíferos y satisfactorios.

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