El mejor afrodisíaco para las mujeres son las palabras.

El mejor afrodisíaco para las mujeres son las palabras.

El mejor afrodisíaco para las mujeres son las palabras.

Última actualización: 01 de febrero de 2016

Sedúceme con palabras, con letras susurradas en mi oído mientras me abrazas, háblame mientras me miras para ver mi esencia más profunda, escríbeme cuando te acuerdes de mí y hazme saber que estoy presente en tu vida a través de tus palabras. Solo tienes que saber un secreto: el mejor afrodisíaco para las mujeres son las palabras.



Pero cualquier palabra, cualquier abrazo o cualquier beso no es suficiente. Necesito escuchar tu sinceridad, quiero que tus gestos acompañen tus palabras, que tengas un interés real por mí, de lo contrario quedarán vacíos y no habrá magia.

"Lo más seductor de una mujer son sus ojos cuando la veo y su inteligencia cuando la conozco"

(Antonio Gómez Rufo)

Cómo usar las palabras como afrodisíaco para las mujeres

La comunicación siempre es muy importante, pero cuando dos personas se están conociendo es aún más importante. Las mujeres, en general, prestan atención a todo: cómo las miran, cómo las tratan y qué les dicen, los gestos, la forma en que se mueven y visten. Esto no significa que lleguen a conclusiones precipitadas, sino simplemente que les interesa saber quién está delante de ellos.

Las palabras juegan un papel fundamental y muchas veces seducen; si se usan correctamente, con cuidado y respeto, pueden ser un afrodisíaco muy poderoso para las mujeres. Pero, ¿cómo usar las palabras para que puedan seducir?

Sinceridad y naturalidad.

Las palabras que salen del corazón, que son sinceras, que no responden a un discurso preparado, pueden sacudirnos el corazón. No se trata de programar frases bonitas y luego decirlas, sino de sentir lo que despierta en ti la mujer maravillosa que tienes delante y expresarte con la mayor naturalidad y respeto que puedas.



Un exceso de adulación o ser demasiado proxeneta no te hace quedar bien, de hecho, podría ser desagradable. lo importante es encontrar un equilibrio entre el exceso y la perfección; solo tienes que prestar atencion y observa las reacciones de la persona que tienes delante: sus ojos te hablarán.

Acompaña tus palabras

A las mujeres les gusta hablar con ellas, pero también les seducen las miradas, que alguien las escuche mientras hablan, que a alguien le importe lo que dicen. Una palabra acompañada de una mirada dice mucho. Pero incluso esta mirada debe ser sincera y natural, porque lo que más les gusta es que un hombre sea él mismo.

A medida que aumenta la confianza, una caricia acompañada de palabras es una combinación perfecta.; sin embargo, se debe actuar siempre con delicadeza, con respeto, con sentimiento, y nunca con exceso de confianza, con arrogancia o con desprecio.

Trata tu sentido del humor

Las palabras pronunciadas con humor, con ironía o con un tono particular pueden resultar muy atractivas. No todo el mundo tiene el mismo sentido del humor, por lo tanto hay que tener cuidado cuando no conoces a la persona que tienes delante y saber bromear con respeto e inteligencia.

A todo el mundo le gusta reír y siempre hay personas que nos parecen especialmente graciosas; sin embargo, no es fácil que dos sentidos del humor coincidan: se necesita tiempo para conocerse y adaptarse a los gustos de la otra persona.


“El amor llega cuando no se llama. Nos confunde y se desvanece como la niebla cuando tratamos de contenerlo”.

(Isabel Allende)

hablar y escuchar

El exceso de palabras no ataca, no seduce y se vuelve monótono. Hablar demasiado y no dejar hablar a la otra persona puede incomodar a la otra persona, que no puede expresar lo que piensa y siente. Una conversación entre dos individuos debe dejar espacio para las palabras de ambos, para los silencios de ambos. ya las miradas que se cruzan y se encuentran.


Un afrodisíaco ineficaz para las mujeres.

Si las palabras no son sinceras, si no van acompañadas de gestos, quedarán vacías., ya que no habrá coherencia entre los discursos y los hechos. Todas las palabras dichas sin razón, sin sentimiento, volarán, se desvanecerán, de ellas no quedará nada.


Las mujeres son muy sensibles y esta falta de coherencia entre las palabras y los sentimientos puede herirlas, puede llevarlas a pensar que, detrás de las frases pronunciadas, no hay verdad.

“Para las mujeres, el mejor afrodisíaco son las palabras. El punto G está en la audición, el que busca más abajo está perdiendo el tiempo”.

(Isabel Allende)

Imágenes cortesía de Pascal Campion

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