Dime quiénes son tus amigos y te diré quién eres

Dime quiénes son tus amigos y te diré quién eres

¿Admiras a las personas con las que pasas más tiempo? La actitud de quienes nos rodean influye en nuestra forma de ser. Veamos cómo.

Dime quiénes son tus amigos y te diré quién eres

Última actualización: 16 de junio de 2022

Piensa en las cinco personas con las que más te relacionas, con quién pasas más tiempo. ¿Cómo viven? ¿Cómo piensan? ¿Son valientes a la hora de tomar decisiones? ¿Están tratando de hacer sus sueños realidad? ¿Son empáticos? ¿Soy capaz de cometer errores y aprender de ellos? Dime quiénes son tus amigos y te diré quién eres tú.



Según el orador Jim Rohn, cada persona es el promedio de las cinco personas más cercanas en su vida. En otras palabras, nos influyen hasta el punto de que terminamos pareciéndolos tanto en la forma en que nos comportamos y actuamos en la vida como en los valores y pensamientos.

La influencia de las personas que nos rodean.

A menudo nos parecemos a los que nos rodean. 

A primera vista, puede parecer absurdo. “No me parezco en nada a mi hermano”, “mi pareja y yo somos muy diferentes”.

No somos copias exactas de las personas que nos importan. Aun así, analizando sus rasgos de personalidad, hábitos saludables o no saludables, formas de expresarse o incluso de vestir, terminaremos encontrando un amplio abanico de similitudes que quizás no hayamos notado hasta ahora.

El pensador y autor estadounidense Jim Rohn dijo que tendemos a parecernos a las personas que nos rodean. Si hacemos una lista de gustos, aficiones, aficiones, costumbres, conocimientos o habilidades, encontraremos que somos un reflejo de las personas con las que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.


A su vez, también tenemos cierta influencia sobre los demás. Hay algo sobre nosotros en cada persona que nos rodea, ya sea el temperamento, las preferencias musicales o la forma en que enfrentamos los problemas.


El psicólogo David McClelland, conocido por su teoría de las necesidades y la motivación, ha descubierto tras una extensa investigación que El 95% de nuestros éxitos y fracasos están ligados a la persona más querida para nosotros.

Por ejemplo, es más probable que seamos activos físicamente si los miembros de nuestra familia entrenan con frecuencia o que bebamos alcohol si nuestro círculo de amigos lo hace. Suena lógico, ¿verdad?

grupos de miembros

El fenómeno se repite: tendemos a imitar a nuestra pareja o amigos. Los grupos a los que pertenecen son fundamentales para la formación de la identidad personal. Todos necesitamos sentir que pertenecemos a una comunidad o a un grupo. De esta manera nos sentimos cómodos y aceptados.

Nos identificamos y nos sentimos aceptados por los grupos (formales o informales) a los que pertenecemos a partir de un sentimiento de solidaridad con nuestros semejantes.

Al mismo tiempo, muchas veces pensamos en tener que cambiar para pertenecer a un grupo. De ahí que adoptemos aspectos o cualidades de los miembros del grupo con el fin último de integrar.

Lo que otros hacen, piensan, rechazan o celebran, consciente o inconscientemente, afecta nuestras vidas. En este punto, el título del artículo “dime quiénes son tus amigos y te diré quién eres tú” parece tener más sentido. El nivel de bienestar en términos generales está influenciado positiva o negativamente por amigos, familiares y colegas. estudiar o trabajar.


Somos como esponjas: absorbemos la energía que nos rodea. Si nuestro entorno está de buen humor la mayor parte del tiempo, ya que se regocija y se centra en las cosas agradables de la vida, nos será más fácil sentirnos felices.


Lo mismo ocurriría al revés: rodeados de gente gruñona y miserable, nos costará seguir sonriendo.


Dime quienes son tus amigos

Independientemente de si el contacto es físico o virtual, las personas que más influencia tienen sobre nosotros serán aquellas con las que pasemos los momentos más significativos.

Considerando lo anterior, sería recomendable ser más cuidadosos en la elección de las personas a las que queremos unir. No se trata de distanciarnos de todos aquellos a los que no admiramos al máximo o nos convertimos en ermitaños, sino de ser conscientes de las relaciones que establecemos y mantenemos a lo largo del tiempo. nos alimentamos de ellos


Preguntémonos si nos apoyan o nos limitan, si nos sentimos libres en su compañía o si tendemos a reprimir emociones y pensamientos. Si están orgullosos o avergonzados de nosotros.

Analizamos el círculo más estrecho y evaluamos si nos facilita la consecución de nuestros objetivos. Podemos elegir intencionalmente rodearnos de personas que nos impulsen a ser mejores. ¿Qué lazos queremos seguir cultivando? ¿Con qué tipo de personas nos gustaría relacionarnos a partir de ahora?

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