Dieta y enfermedad de Alzheimer

    Dieta y enfermedad de Alzheimer

    Qué es esto

    La enfermedad de Alzheimer es un trastorno altamente discapacitante que induce una pérdida gradual de las facultades mentales, imposibilitando la realización de las actividades cotidianas habituales.


    La enfermedad de Alzheimer ocurre alrededor de la mediana edad y se manifiesta como un deterioro cognitivo causado por la degeneración del sistema nervioso central (SNC) que conduce a una demencia progresiva (actualmente) no curable.


    Aunque la medicina moderna es PODEROSA para restaurar la función cerebral, se han hecho grandes avances para mitigar el AVANCE degenerativo y prevenir su aparición; Además de los medicamentos específicos, tanto las estadísticas como la clínica pudieron destacar algunos componentes esenciales del estilo de vida y la dieta, responsables de:


    1. Preservación (secundaria a predisposiciones familiares) del SNC de la enfermedad de Alzheimer
    2. Retraso del avance y empeoramiento patológico

    Nota: obviamente, si se aplica a una persona que padece la enfermedad de Alzheimer, la optimización de la dieta y el estilo de vida NO es una cura adecuada, sino una terapia preventiva y paliativa para el empeoramiento de la demencia.

    Dieta y estilo de vida

    Empezamos haciendo hincapié en que tanto la alimentación como el estilo de vida juegan un papel fundamental en la prevención y lucha contra la enfermedad de Alzheimer; Numerosos conocimientos científicos muestran que:


     

    La actividad física regular y la "gimnasia mental" (lectura antológica y seguimiento de hábitos intelectuales y de gestión), constituyen 2 elementos primarios contra la aparición y agravamiento de la enfermedad de Alzheimer.

    Además, tomando un historial nutricional de personas afectadas y sanas, se destacó una evidente correlación POSITIVA entre: dieta rica en ácidos grasos saturados o hidrogenados y colesterol, con degeneración cerebral prematura y progresiva. Por el contrario, una dieta rica en: fibra dietética (cereales integrales, legumbres, verduras y fruta fresca), antioxidantes (B-caroteno, vitamina C, vitamina E, zinc, selenio, polifenoles, etc.), fitoesteroles y ácidos grasos poliinsaturados. (familia omega-3, familia omega-6, familia omega-9), parece PROTEGER de la aparición de la enfermedad de Alzheimer.
    Observe cómo TODAS las características nutricionales mencionadas anteriormente reflejan perfectamente los principios cardinales de La dieta mediterránea; la dieta adecuada para prevenir y retrasar los síntomas del Alzheimer es por tanto la misma recomendada para reducir el riesgo cardiovascular.
    Por tanto, la dieta mediterránea para el Alzheimer puede presumir de los siguientes efectos beneficiosos:


    1. Ralentizar el deterioro cognitivo en los ancianos
    2. Reducir el riesgo de deterioro cognitivo leve (DCL), que es la etapa intermedia entre el deterioro fisiológico y la demencia de Alzheimer.
    3. Reducir el riesgo de deterioro cognitivo leve (DCL) que conduce a la enfermedad de Alzheimer propiamente dicha.

    Por el momento aún no está claro cuáles son los mecanismos preventivos de la dieta mediterránea contra la enfermedad de Alzheimer, sin embargo, es posible que las elecciones alimentarias adecuadas favorezcan la moderación de los triglicéridos y el colesterol en la sangre, así como el mantenimiento de la glucemia. y azúcar en sangre, insulinemia dentro de los límites correctos de normalidad; Además, en virtud de los recientes descubrimientos sobre la captación de lípidos de las células nerviosas (que destaca cuánto pueden contribuir las grasas de la dieta a la composición de las membranas y vainas de mielina neuronal), es posible plantear la hipótesis de que las grasas saturadas e hidrogenadas, son las estos últimos, especialmente en la configuración trans, afectan negativamente el mantenimiento de las funciones cerebrales.


    Conclusiones

    En última instancia, que la dieta mediterránea (llevada a cabo a lo largo de la vida) protege el DCL (deterioro cognitivo leve) y el Alzheimer es una estadística casi irrefutable.


    Por otro lado, es necesario sin embargo precisar que el estudio histórico-regresivo de las causas, eventos y curso patológico de la enfermedad de Alzheimer no constituye un protocolo analítico de fácil ejecución; esto se deriva del hecho de que:

    Los pacientes con demencia progresiva suelen manifestar fuertes alteraciones en la memoria y, en ocasiones, incluso en el comportamiento, complicando la reconstrucción cronológica (falta de cooperación, agresión, frustración, etc.).


    Se esperan nuevas investigaciones que permitan evaluar y cuantificar con mayor precisión el papel preventivo y paliativo de la dieta mediterránea en la enfermedad de Alzheimer.

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