Última actualización: 10 octubre, 2015
Ayudar a los niños a desarrollar una autoestima sólida es una de las tareas más importantes que tienen los padres.
Los padres son referentes fundamentales para sus hijos. Son los padres los que más influencia ejercen a la hora de hacerles sentir. Son su fuente de consuelo y seguridad.
Son los padres quienes ayudan a sus hijos a verse y entenderse. Les dan el espejo para que se miren. Por eso es importante ayudarlos a cultivar la aceptación..
Los niños a menudo necesitan la aprobación de los padres para poder aceptarse a sà mismos.. Esta necesidad puede manifestarse de forma más o menos intensa y puede progresar a lo largo de los años sin llegar a satisfacerse nunca.
Cuando los padres aceptan a sus hijos, valorándolos y apreciándolos verdaderamente, les brindan un escudo psicológico con el que protegerse de por vida.. Si el niño no es aceptado, una vez adulto tendrá que aprender a darse esa aceptación.
Tenga en cuenta que los niños aprenden de sus padres, de sus respuestas. Si son respuestas de amor, cariño y seguridad, los niños entienden que son importantes y se sienten amados. Es una primera lección de autoestima para desarrollar una buena autoestima.. Si, por el contrario, las reacciones de los padres son de desprecio o de indiferencia, entonces los hijos no se sienten amados y los invade la desesperación.
Aceptar, sin embargo, no implica transformar a los niños a su imagen y semejanza, sino amarlos por lo que son, reconociendo sus valores y sus dificultades..
Si sólo nos preocupamos por cómo deben ser o esperan ser nuestros hijos, no hacemos más que transmitirles una visión muy rÃgida y un ideal en el que deben inspirarse.
No reconocer el potencial de los niños puede hacer que pierdan la oportunidad de desarrollar su autoestima y valor..
Es muy importante que los niños se sientan escuchados y que los padres se interesen por ellos. Cuando escuchamos a alguien, el mensaje que le transmitimos es que es importante para nosotros y que lo que dice nos interesa.; para que esa persona nos interese. No se trata sólo de escuchar a los niños, sino también de implicarlos.
Reconocer y valorar las emociones de los niños es fundamental. Si juzgamos sus sentimientos como "incorrectos" o "negativos" o los reprimimos o los negamos, el resultado podrÃa ser una baja autoestima, un comportamiento inseguro y una pérdida de conexión con los sentimientos, por lo tanto, una especie de parálisis emocional.
Hay que tener en cuenta que es posible disfrutar de "buenos" sentimientos sólo cuando también se pueden expresar aquellos que son desagradables o molestos..
En consecuencia, decirles a los niños cómo deben sentirse, compararlos con los demás, darles respuestas ridÃculas o sarcásticas, negar la existencia de algunos de sus sentimientos, o recurrir a amenazas y castigos como repercusión en su estado de ánimo son reacciones completamente equivocadas que conducen a un único resultado: la negación de los sentimientos.
Para ayudar a los niños a expresar y lidiar con sus sentimientos negativos, uno debe:
- Animarlos a expresar sus sentimientos en un ambiente seguro de aceptación.
, Ayúdalos a encontrar maneras de expresarse.
- Mostrarles una situación en la que nos sentimos de la misma manera para que se sientan comprendidos.
, Ser buenos modelos a seguir cuando se trata de lidiar con sentimientos intensos..
- Ayudarlos a sentirse bien en situaciones de derrota o decepción.
No olvidemos que uno de los elementos más poderosos que tienen a su disposición los padres para fortalecer la autoestima de sus hijos es el lenguaje.
En cada diálogo con nuestros hijos revelamos una parte de nuestra identidad. Por eso es importante prestar atención a la elección de las palabras y el tono de voz al dirigirse a nuestros hijos, optando por un lenguaje que fortalezca su autoestima.
El lenguaje de la autoestima proporciona una descripción del comportamiento del niño sin juicios ni crÃticas, deslindando asà el valor de su comportamiento.. Además, va acompañado de nuestra reacción ante lo que hizo nuestro hijo, es decir, comunicamos cómo nos sentimos o qué pensamos al respecto. Finalmente, el lenguaje de la autoestima pasa por el reconocimiento de los sentimientos de nuestro hijo, dando importancia a su experiencia.
En conclusión, no olvidemos que, como padres, somos responsables de educar y desarrollar las habilidades de nuestros hijos para que puedan sobrevivir en el mundo. El uso de la disciplina es ciertamente necesario, pero no debe afectar en absoluto la autoestima.. Debe ser un medio para crear un entorno seguro donde los niños puedan aprender y volverse autónomos.
